Tres días
habían pasado desde que había visitado la casa de los padres de Karina, y desde
entonces habían pasado muchas cosas. Partiendo de que me había llegado la carta
de que pronto algunos funcionarios se pondrían en contacto conmigo. Eso era lo
esperado, lo que más me complació fue la reacción de Karina y su actuar.
El día
anterior había llegado a mi bandeja de mensajes un largo mensaje de ella lleno
de insultos, entre los que destacaba el decirme que era un “enfermo”, y que no
podía creer que había ido a ver a sus padres. Que haría que me arrestaran. Eso
resumiendo su larga lista de insultos y algunas faltas de ortografía,
seguramente producto de la furia con la que había escrito el mensaje. Eso solo
me hizo reír un poco al leerlo, todo eso indicaba que estaba ganando.
Como ya me
había quedado claro, su cerebro no alcanzaba los niveles de su belleza, a pesar
de haberse graduado, le faltaba habilidad para manejarse en habilidades bajo
presión, manejar su carácter y a veces hasta tomar decisiones con la cabeza
fría. Eso haría que todo lo que pudiera descontrolarla jugase a mi favor. Ella
no se daba cuenta que me estaba dando armas para apoderarme de su cuerpo.
Después de
ordenar mis ideas llego un pensamiento que me éxito “Mi mente es más adecuada
para esa cabeza hueca que tiene”. No lo había pensado desde esa perspectiva, pero
el solo hecho de formular esa frase me había excitado. Ahora me veía a mí, como
una persona más apta y capacitada para usar el cuerpo de Karina, o como debía
convencerme a mí mismo “mi verdadero cuerpo”
Por
supuesto, debía actuar en consecuencia, entrar en el papel y sobre todo, hacer
que más elementos estuvieran a mi favor. El día después a ese mensaje, había
llamado por teléfono a casa de los padres de Karina, un número que había
obtenido antes de volver a casa el día de la demanda, por supuesto para tener
un contacto para cualquier presencia que debiera hacer durante la averiguación.
La madre de
Karina levanto la bocina al tercer timbre, preguntando quien era, obviamente mi
voz aun no le era familiar. Pero no tardaría en hacerlo si todos mis planes
funcionaban.
-Mama… soy
yo, Karina, por favor no te exaltes – indique interrumpiendo algo que iba a
decir – ese tipo ya me ha amenazado por entablar la denuncia – hable despacio y
claro tratando de proyectarme como una chica asustada. Aquella mañana había
tenido que morderme la lengua para no reírme cuando otro largo texto de
insultos y amenazas había llegado a mi bandeja de mensajes cuando ella recibió
la notificación. – Por favor, no sé lo
que pueda hacer ese loco, está en mi cuerpo ¡pero no soy yo! – recalque – por
favor, no hagan nada que lo moleste ¡podría hacerles daño y no me lo
perdonaría!
La idea de
que un enfermo ladrón en el cuerpo de su hija los atacase pareció asustar a la
señora. Una de las ventajas de tratar con gente algo mayor es que no entendían
del todo la tecnología actual y probablemente esto del cambio de cuerpo le
pareciera muy surrealista y mucho mas aterrador.
-Eh… eh…
si, vamos a tener cuidado tu papa. es decir, Alfonso y Yo … - respondió.
Contuve mi
emoción al escuchar “tu papa”, ella ya empezaba a verme como su hija de manera inconsciente.
Seguramente me trataría con un poco de distancia y también a Karina.
Era una tonta
al no haber dicho a sus padres de inmediato todo, pero como muchos, pensaban
que el cambio ilegal había pasado ya a la historia y que ya no era un negocio o
amenaza, y mucho menos, alguien se le hubiera ocurrido mi brillante plan para
tomar un cuerpo mejor usando las leyes. Iba varios pasos por delante, porque
cuando entendiera que debía recurrir a otros para ayudarle, yo ya habría conseguido
muchos puntos con ellos.
Durante
todo este tiempo, me había puesto a documentarme sobre la ley que se había escrito
sobre el cambio de cuerpos, sus regulaciones y sobre todo los procesos legales.
Era la primera vez que estudiaba tanto en mi vida.
Ciertamente
había términos que no entendía, peor me sorprendía a mí mismo el ímpetu que
ponía en entender rápidamente algún apartado en especial para poder continuar
con mi entendimiento. El proceso era increíblemente simple, pero muy eficaz.
El proceso
era privado, esto debido a que, en casos anteriores, aquellos que habían
recuperado sus cuerpos habían sido víctimas de atentados, ya fuera porque los
narcos salían afectados, o similares. De modo que estos procesos privados
hacían que fuera menos público y se pudiera proteger al afectado en caso de que
se fallara a su favor.
El estado
lanzaba una averiguación sobre selectas personas cercanas a la persona, y harían
un perfil psicológico y de comportamiento, y lo corroborarían después de las
fechas señaladas en el caso.
Un juez
especializado y la encargada del psico análisis estarían presentes para
recolectar todo el perfil y habría una sesión programada de ambos (acusado y
demandante), en done tras un análisis, se daría un veredicto, esto daba como
resultado “actúa como tú mismo”, y ganaras el juicio, al menos si eras quien decías
ser. Muchos no entendían ni a quien habían usurpado y eran regresados a sus
cuerpos.
Las
condenas iban desde cárcel por años, hasta incluso pena de muerte en los casos más
graves. En mi caso tenía dos opciones, terminar unos años en la cárcel, o salir
libre con un nuevo cuerpo. Terminará como terminará, mi gordo cuerpo terminaría
tras las rejas... Ahora, mi vida dependía de esto, eso me ponía más nervioso,
incluso me asustaba, pero ya había llegado a este punto como para echarme
atrás.
En los
siguientes días entendía como se llevaría a cabo todo el procedimiento, también
entendía que tipo de perfil debería llegar para la audiencia única en la que
decidiría todo cuando tuvieran toda la información. Frente a mi ordenador leía
algunos de mis apuntes antes de caer en cuenta: aun existía aquel perfil del secreto
amante de Karina.
A pesar de
que había borrado el de ella, si hacían una búsqueda y el respondía seria el
fin. No iba a permitirlo. Esa misma tarde, invertí horas en buscarlo con ayuda
de los respaldos que tenía para Hackearlo. Era muy similar a Karina, salvo que
el tenía un par de conversaciones más. Parecía que coqueteaba con varias, y había
elegido a una adinerada chica de su propio país con un espectacular cuerpo y
cabello rubio.
-Bueno
James… no te guardare rencor – dije mientras empezaba a borrar aquel perfil –
tu puedes tener a tu puta rubia… y yo el cuerpo de Karina.
Era justo,
gracias a él, aunque no lo supiera, yo tenía todo para usurpar mi futuro
cuerpo, el podría conservar a quien decidió para ser su pareja.
Esa noche
dormiría un poco más tranquilo, últimamente era difícil conciliar el sueño, me
empeñaba una y otra vez en imaginarme y soñar con que haría en mi verdadero
cuerpo, trataba de suponer como es que se sentiría tener un cuerpo delgado y
hermoso. Trataba de imaginarlo, pero no podía hacerlo bien, solo podía imaginar
una sensación similar a estar en solo huesos, años de cargar la maldita
obesidad me impedían recordar o suponer como era ser más delgado. Mi descuido
hacia mi persona era simplemente irreversible para mí, el asma acababa conmigo,
además, era imposible para mi correr sin que mis rodillas se hicieran polvo, mi
corazón debía estar ya afectado. Doctores me lo habían hecho saber “debe cuidar
su alimentación”, “debe hacer ejercicio”. ¡va!, solo me quedaba morir pronto en
prisión si fallaba, o ser libre con un cuerpo saludable y de ensueño.
Ese mismo
pensamiento me había dejado consentirme y despreocuparme ya de mi salud,
mientras leía sobre el juicio comía deliciosas hamburguesas, me permitía
helados o incluso frituras, después de todo, en el peor de los casos no estaría
mucho en prisión antes de que habérmela pasado bien acabara conmigo. Y por otro
lado y me sorprendía el morbo que esto me producía, m i cuerpo quedaría en tal
estado que seguramente Karina no podría con el mientras yo disfrutaba el suyo.
Eso también
me hizo pensar, en que, si todo salía bien, no iba a acabar como un maldito
puerco de nuevo, disfrutaría mi deliciosa comida chatarra y cuando tuviera mi
nuevo cuerpo lo pasaría bien cuidándome como debía ser. Años de ejercicio
podían botarse en pocos meses de comer como normalmente lo hacía. Pero eso ya
lo meditaría más tarde.
Cuando
llego el domingo era hora de trabajar muy a profundidad, usando el perfil de
Karina en mi modo incognito, empecé a buscar a todos sus compañeros de la
universidad y amigos cercanos. Mientras hacia esa investigación los rastreaba y
agregaba en mi otro perfil para saludarlos y tratar de “re entablar” una
relación de amistad.
La fortuna
de las redes sociales, era que, la mayoría que ya no tenía contacto con Karina
podían pensar que era ella. No sabrían con cuál de las dos hablaban. Me di
cuenta que muchos, generalmente hombres aceptaban rápidamente la invitación y
estaban gustosos de platicar conmigo, sobre tofo porque querían hacerse notar,
ya sea “acuérdate, yo estaba en tal lugar”, o “si, yo hacía estoy aquello”.
Lo mismo hacía
con los antiguos compañeros de preparatoria. En mis estudios de psicología y
psico análisis, había aprendido a dar generalidades para obtener lo particular.
Como “ese día, yo usaba tal cosa. ¿No?”, y podían corregirme, no, acuérdate que
paso esto con tu blusa y….
Descubrí
que los hombres eran mucho más fácil de manipular, debía admitirlo, somos más
imbéciles cuando hay un par de tetas enfrente. La mayoría pensaba que era el
verdadero perfil de Karina, seguramente no visualizaban el asqueroso gordo que
era y pensaban en una Karina recostada, quizá con poca ropa contestándoles
feliz la conversación.
Era muy
fácil obtener información detallada y precisa, y la mayoría concordaba, solo
despejaría detalles más tarde. Excusas como “ese día estaba distraída” o “Sorra,
no me acuerdo, es que paso hace tiempo”, eran normales y completaban la
información que yo pedía o llenaban los hoyos de mi historia. Descubrí por supuesto que Karina, siendo una
chic atractiva obtenía atención, pero ella no miraba muchas personas, si no que
como toda adolecente estúpida y hermosa, tenía una pequeña burbuja en la que se
manejó durante su época de estudiante.
Muchas
chicas eran más difíciles de tratar, pero ahí entraba mi parte masculina,
cuando quieres encantar a una mujer, indicas que cualidades tiene y trates de
resaltarla, esa humildad en una chica linda como Karina era más difícil de
encontrar y para ellas significaba mucho. Terminaban por abrirse y darme otro
tip de detalles.
Llegaba a
la conclusión de que, cuando los agentes de investigación llegasen con varias
de esas personas, la mayoría de los hombres automáticamente recordarían
nuestras conversaciones para decir lo mismo. Muchos con la ilusión de que “la
verdadera Karina”, los considerar ahora amigos cercanos por abogar por ella, o
incluso, podrían ser sus “príncipes”, si recuperaba su cuerpo. No lo dudaba, la
mayoría pensaba con las bolas, pero debía admitir que me excitaba en parte que
ellos me consideraran la verdadera Karina, era lo más cercano a estar en su
cuerpo por ahora.
En cuanto a
las mujeres, algunas serian neutrales, otras tratarían de ayudar a la verdadera
Karina, y muchas por la malicia estarían felices de que la engreída de la
preparatoria perdiera su cuerpo. En todos los escenarios posibles, el
beneficiado era yo.
Por otro
lado, Karina había empezado a mandarme mensajes más a menudo, de odio, insultos
y repitiéndome que no me saldría con la mía. Cada vez, al terminar de reírme de
su desesperación mis mensajes eran muy similares.
“Solo
muestras el ladrón que eres, voy a recuperar mi cuerpo, enfermo”
En sus estados cada vez subía menos fotografías, y también parecía estar de mal humor todo el tiempo. Aquello hacia que las primeras amigas con las que había contactado empezaran a suponer que yo era la verdadera Mantenía mas contacto con ellas. Preguntaba cómo estaban, preguntaba sobre si todo estaba bien, y les recordaba ciertas cosas que ellas habían dado a entender que eran importantes.
En sus estados cada vez subía menos fotografías, y también parecía estar de mal humor todo el tiempo. Aquello hacia que las primeras amigas con las que había contactado empezaran a suponer que yo era la verdadera Mantenía mas contacto con ellas. Preguntaba cómo estaban, preguntaba sobre si todo estaba bien, y les recordaba ciertas cosas que ellas habían dado a entender que eran importantes.
“Lorena,
somos amigas, claro que me preocupas…”
“Isabela,
ese ladrón en mi cuerpo no va a preocuparse por ti”
El estrés y
el enojo de Karina le jugaba en contra alrededor de sus amigas. Y muchas ya estarían
pensando que quizá yo decía la verdad. Después de todo ¿no se suponía que una
amiga debería comportarse como tal? Incluso me preguntaba si alguna, que aún no
me creía del todo no pensaría “Aunque no sea Karina, ella sería una amiga más
amable”. Yo estaba siendo el corderito y ella se derrumbaba cada vez más. Al
pasar de los días veía que tenía estados menos frecuentes. En su teléfono celular
veía que a veces contestaba a sus amigas con la misma frustración que a mí.
“Ese pendejo no es yo, deja de mensajearte con el”
“¿No seas
estúpida, como vas a creer que soy yo?”
Recibir
tales mensajes haría que cada vez estuvieran más de mi lado. Lo único que me
preocupaba era que el estrés llegase a afectar mi futuro cuerpo… no importaba,
con unos días de descanso y cuidado seguramente podría revertir cualquier
consecuencia de estresarla. Era joven… hermosa, saludable… esos pensamientos
hicieron que mi miembro reaccionase, pero no continúe con mi fantasía, sabía
que no duraría mucho antes de que eyaculara, sería mejor, continuar con mi trabajo.
Aun había algunas personas con las que conversar y pulir todo o que sabía de mi
futura vida.
A la mañana
siguiente desperté con dificultad, ponerme de pie resultaba un ritual que
estaría feliz de terminar cuando todo esto concluyera. Mi costado me dolía,
cuando me senté en la cama mire las latas de coca cola que había estado tomando
estos días, quizá la menos debería tomar más agua, últimamente ir al baño producía
un ardor cuando orinaba. “Al demonio” pensé, ya había decidido como seria todo,
saliera bien o mal, no estaba dispuesto a alargar mucho mi vida con estos
problemas y enfermedades.
Ese día
debía prepararme, debido a que hablaría con el encargado d mi caso, la visita
estaba programada en poco tiempo y era mejor si limpiaba y trataba de hacerle ver
que trataba de mejorar el estado de esta porquería que ya me costaba arrastras
y que debía seguir llamando cuerpo, al menos un poco más.
Cuando todo
quedo impecable, estaba sudando, hacía mucho que no limpiaba, peor no importaba,
me limpie con una toalla rápidamente antes de abrir la puerta cuando esta sonó.
El agente
era un hombre de unos cuarenta años, el cual hablaba de manera muy formal, por
supuesto yo tenía otros planes. Después de mostrarme muy “educada” y dispuesta
a hacer todo lo que le dijera, comenzó a pedirme toda la información de cómo había
terminado en este cuerpo.
Mi relato,
no fue muy diferente al que había dado a los Padres de Karina, la fecha, la
hora, el lugar, como había pasado. Como es que “había perdido el conocimiento”,
y como es que había terminado en esa bodega atrapada en este cuerpo. Sin embargo, agregue algo muy importante y que
no había mencionado a los padres de Karina.
Para el
agente, tendí un teléfono celular, era nada más y nada menos que el mío, dado
que todo el proceso lo había hecho con laptop que había comprado ahí solo había
lo que yo deseaba que viera: Mis viejos mensajes.
Como era de
esperarse, el parecía sorprendido y asqueado, tenía mensajes muy viejos de
cuando aún intentaba negociar con personas de peso el cambio de cuerpos con una
maquina clandestina.
Su cara
horrorizada al leer como yo negociaba el precio por un buen cuerpo, sano y
joven no le quedaba lugar a dudas: este cuerpo era culpable. Pero había algo más
importante: solo un tremendo imbécil mostraría eso si no fuera la Karina real.
En ese
momento pasaba de ser un “supuesto farsante”, a “alguien que está dispuesta a
exponerse a esas mafias por recuperar su cuerpo”.
Mientras me
preguntaba más, dije que no sabía más que lo que había en el teléfono, también
trataba de dramatizar lo difícil que había sido vivir como el gordo que era. ¿Frases
como “Sabe lo que es haber ido al gimnasio por años y estar así?”, hacían que
el hombre mirase las fotos de Karina que había en su archivo y viera la
diferencia, por supuesto sabía que él no podría dejar de pensar en el atractivo
físico de ese cuerpo. Y como la mayoría podría desarrollar el deseo de “ayudar
a la damisela en apuros”. Además, yo le estaba dando elementos que más tarde
podrían hacer que el hiciera arrestos muy significativos, y todo mientras me
exponía al peligro.
La
conversación se alargó mucho, me hacía preguntas detalladas y a veces casuales,
sabía que a esto se le llamaba “altibajos psicológicos”, trataba de ver si ante
una pregunta simple o espontanea mi respuesta era errónea o tardaba demasiado, entendía
muy bien el juego y el libro psicológico y estaba pasos adelantado a el. Cuándo
pregunte a quienes habían investigado para la audiencia, el indico “no puedo
decírtelo, pero saliste muy bien.
Eso quizá
para el fuera solo una generalidad, pero leer su lenguaje corporal indicaba que
estaba muy seguro de lo que tenía enfrente.
Cuando por
fin se fue y me dejo solo me derrumbe sobre la cama. Me sentía agotado, había
sido duro e mantenerme en el papel todo el tiempo. Pero estaba muy seguro de lo
que había conseguido, casi todo lo que me había preguntado era lo que había
estado estudiando una y otra vez, también mucho sobre lo que había hablado con
las amigas de Karina y también con los contactos que había agregado
recientemente.
Sonreí al
saber cuál era la diferencia entre Karina y yo: ella era la verdadera y por
extraño que resultara seria su perdición. Al saber que le preguntarían sobre su
vida, y no saber todo o que yo sabía y había manipulado, estaría segura de que
podría responder a todo, esa confianza haría que seguramente supusiera algo de
su memoria y no concordaría con la información que se había recolectado. Las
conductas, los modos, y que incluso sus padres contaran, con naturalidad los cambios
que ella había tenido tras su ruptura me darían las ventajas necesarias.
Se me había
citado a la última audiencia al día siguiente, estaba demasiado nervioso, pero
aun tenia cosas que hacer. Me puse de pie, me sorprendía que la ansiedad no me
dejara pensar en comer nada, aun así, comencé por donde debía.
Saque bajo
mi cama la caja donde tenía apuntada toda la información de Karina, me sorprendía
que había memorizado casi todo, y podría recitar hojas enteras sin equivocarme,
pero eso ya no importaba, todo había sido dicho y mañana se daría la sentencia.
Fui a la estufa para quemar uno por uno los cuadernos y recolectar la ceniza
antes de echarla por la tapa del escusado.
Una vez
termine eso, ya era de noche, sin embargo, aún tenía cosas por hacer. Tome la laptop,
en otro momento hubiera vomitado de pensar lo que me había costado esa máquina
y lo que iba a hacer.
La desarme
por completo en varias piezas y machaque por completo cada una asegurándome de
que no se pudiera salvar nada en absoluto. Después de ello metí todo en una
mochila para salir. Recorrí un par de calles tirando las piezas en basureros
diferentes, incluso le di la carcasa aun pepenador diciéndole que podría
venderla por un poco de dinero para comer. Eso haría que terminara muy lejos.
Con eso, la evidencia de mi investigación había desaparecido.
Cuando volví
a mi destartalado departamento mi corazón latía con fuerza, ya no había mas que
hacer, mañana se decidiría todo. Cuando fui a la cama no podía dejar de dar
vueltas en la cama ¿y si había olvidado algo? ¿y si había cometido un error
fatal?... sabía que morir apronto en la cárcel.
No pude
dormir esa noche, daba vueltas preocupado por lo que sería de mí. Mis sueños se
entre mezclaban entre fantasías con el que quería fuera mi cuerpo y con el
terminar tras las rejas o peor…. Cuando el despertador sonó estaba empapado en
sudor... era chistoso pensar que era más fácil levantarme pero más difícil decidirme
a hacerlo, era como si la ansiedad y el pánico me impidieran hacer lo que debía
hacer. Pero me obligue a mover mi gordo culo fuera de la cama, tomar una ducha
y vestirme para ir al centro de investigación donde el juez daría el veredicto.
Pude ver a
Karina llegar acompañada de sus padres, aunque estos parecían mantener un poco
la distancia de ella y eso claramente le molestaba. Pero le daría una suave
sonrisa a la señora y al hombre que educadamente devolvieron un saludo con la
mano.
El centro
era grane y había mucha seguridad, después de todo, albergaba la única maquia
funcional del mundo para cambiar de cuerpos. Pasamos escoltados hacia un cuarto
en donde debíamos esperar, los padres de Karina tendrían que esperar en la
parte de afuera. Era la primera vez que estaba con Karina en persona, y a solas,
además, eso era muy extraño
No pude
evitar mirarla de arriba abajo, piel, hermosa y suave, labios perfectos
pintados ese día de rojo, cabello, perfectamente cuidado y con un perfume
delicioso, senos grandes y firmes, una cintura delineada por la ajustada blusa
que llevaba y unas piernas largas y torneadas y aunque estaba sentada, sabía
que todo eso se coronaba con unas anchas caderas y unos glúteos firmes.
-Deja de
verme enfermo mal parido – soltó fulminándome con la mirada
-Yo
solamente suspire, verla así, había hecho que mi miembro se pusiera erecto,
pero mi obesidad hacia que mi prominente estomago cayera sobre mi pelvis ocultándolo,
pero me dejaba mostrarme un poco de buen humor
-Como digas
ladrón – conteste, no sabía si ahí había cámaras debía de actuar hasta el último
momento – no te saldrás con la tuya.
-Deja de
fingir! – soltó molesta mostrando el estrés que había acumulado.
-Eso debería
decirte yo a ti, pero ya veremos – dije tratando de ocultar mi miedo.
La puerta
de la sal se abrió y era ver dos cosas opuestas. Karina se levantó con
elegancia caminando con un suave contoneo de sus caderas, sostenía por sus magníficas
piernas y haciendo sonar los zapatos de tacón bajo que llevaba puestos. Yo por
mi lado, parándome como un pato borracho abría las piernas para soportar mi
insano peso y tambaleaba suavemente debido a eso y a l miedo que sentía de no
haber hecho todo bien.
Había dos
guardias, fornidos y armados, obviamente me miraban con asco en sus ojos, pero
con deseo cuando se volteaban a Karina. Aun así, no se movieron, solo estaban detrás
de los asientos donde nos ordenaron sentarnos. Me deje caer casi con aplomo
sobre uno de ellos, frente tenía una mesa en donde estaba sentado un hombre de
unos sesenta años ataviado con traje formal y un grueso expediente.
La verdad
es que casi ni podía escuchar las formalidades que decía, que, si el día que
era, que el motivo de la auditoria, que el proceso y no sé qué más nombres y
protocolos. Apretaba mis dientes con tal
fuerza para no hacerlos castañear que quizá me hiciera daño. Sin embargo, me
obligue a respirar para escuchar, pues cuando dijeron “ahora se dará veredicto
sobre el caso”.
La
sentencia fue ficha, el juez se aclaró la garganta y nos miró a través de sus
gafas de montura cuadrada. Mi corazón latía con tanta fuerza que temía que me
diera un ataque antes de escuchar su sentencia. Podía sentir el sudor en mi
ropa…
Mis manos
fueron a mi boa para cubrirla cuando la sentencia fue dicha. Era un acto natura
que culminaba mi actuación y evitaba que cualquiera viera mi cínica sonrisa
“El acusado
y la demandante entraran a la cámara de intercambio, se devolverá a la señorita
Karina su verdadero cuerpo”
De lo mejor :3
ResponderBorrarMuy buena continuarla pronto por favor
ResponderBorrarExcelente, me encanta, porfavor sube la otra pronto, es genial, buenas vibras
ResponderBorrarNo puedo expresar lo mucho que me ha gustado la historia. Estoy muy ansioso de ver como continua.
ResponderBorrarLa historia es lenta pero detallada me gusta como la estas escribiendo espero la siguiente parte continua genial
ResponderBorrarContinua!
ResponderBorrarEncontré el blog de casualidad y mire la historia la leí y me gustó espero lo continues y subas rápido más capítulos
ResponderBorrarme encanta como va esta historia ya quiero ver la continuación respecto al concurso de la portada participo te dejo el link a mi portada https://i.ibb.co/3sfQMf0/prbg.jpg
ResponderBorrarespero ganar jeje
att: Cooler
Pues la historia estuvo buena desde el primer capitulo, aunque me da algo de pena por la pobre de Karina, pero bueno, si este no es el final, supongo que sera la parte 4 la que cierre esta saga, a ver que nos tienes, saludos y hasta la próxima
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