-¡Noche de Brujas!-
III
-El Orfanato-
-Pt 2-
-Pt 2-
Las
parejas se quedaron un rato en la sala, estaban a gusto esperando a la llamada
de la mujer para comer, pues les había
invitado a tomar un café con pan que había hecho para la cena, todos se
miraban extrañados preguntándose uno a uno que era lo que hacían ahí, Diego y
Laura le contaron a ambos que esperaban desde hace mucho tiempo un hijo el cual
por razones naturales no podían concebir, la monja estaba escuchando todo desde
la cocina, estaba tan al pendiente como los niños quienes esperaban pronto el
hacerse de alguno de los cuerpos que estaban de visita, la mujer salió con las
bebidas preparadas así con del pan recién caliente y cortado, los niños
rodearon a todos tratando de convencer a las personas, la suerte de ser
escogidos solo dependía de ellos, pasaron algo de lo que quedaba de la noche y
de la tarde a gusto contando historias entre otras cosas para divertirse, el más
amargado era Héctor pues estaba pensando aun en el lugar afrodisiaco al que le invitaron,
Laura en cambio estaba emocionada, los niños la hacían feliz, sin embargo
presenciaba algo raro en el interior de la mujer que los cuidaba, rodeaba con
la mirada el lugar notando la madera seca y podrida de algunas paredes, el
viento entro sonando fuerte apagando las velas de la sala lo que ocasiono que
se asustaran, la madre encendió rápido unas lámparas y los ayudo a todos a ir a
sus habitaciones, una de las niñas quienes parecían ser unos dulces ángeles
tomo de la mano a Laura, así como otros niños tomaron las manos de los demás
tan solo para tratar de convencerlos, de
su encanto.
Ya
en la habitación, Laura y Diego comenzaron a charlar sobre la situación, Laura
debía de escoger bien a uno de los
niños, pero parecía estar encaprichada en dos de los niños que más le habían
gustado, pues por alguna razón debía de salvarlos de algo, de repente, un niño
toco la puerta, Diego abrió rápidamente, notando como el niño lucia pálido, el
niño entro corriendo hasta la ventana como si tratara de ver algo, era la luz
de la luna, la cual parecía brillante y muy grande, el niño regreso hacia los
dos, querían saber que pasaba pero el niño sol suspiraba con rapidez como si
estuviera agitado, -¿Qué pasa, te sientes bien?, le preguntaban, el niño asintió
con la cabeza, pero parecía que no podía hablar por más que quisiera, hizo un
vano intento por liberar unas palabras pero la presión y el miedo le invadían,
-¡Hu…hu…huyan! –el niño pedía, pero solo dejaba más consternados a ambos, de
repente la madre entro casi como una sombra al acecho entre la oscuridad,
saludo a los dos en el cuarto y miro con firmeza al niño, este lucia asustado
pero corrió rápido saliendo de la habitación, la monja sonrió macabramente y se
salió para dejaros cómodos a ambos.
A la
mañana siguiente el sol iluminó el cuarto, Laura sentía que había tenido una
especie de pesadillas, veía su vientre hinchado como si se tratara de un
embarazo, estaba feliz y se veía a si
misma frente de un gran espejo, pensaba que todo había sido un sueño del que
despertó luego del agotamiento del mismo pero de pronto noto como su rostro se
notaba perverso, levanto sus propios brazos agitándolos hacia sus pechos los
cuales pronto comenzó a apretar dejando salir leche materna de ellos, parecía
que su vientre se deformaba mostrando manos y rostros intentando salir y gritar
dentro de ella de forma rosando su piel, de repente muchos niños comenzaron a salir por todos lados cantando en un idioma
extraño en tono parejo que hacía que su
mente se sintiera aturdida, noto como la
sobra grande de una moja se aparecía por el fondo de la habitación
detrás de los niños y justo cuando estos estaban a punto de acercarse a ella arrinconándola
como si estuvieran a punto de hacerle algo despertó encontrándose con la luz de
un nuevo día, parecía que había polvo en todas partes que se notaba por la
iluminación del sol como reflejo del mismo,
Diego la sorprendió del otro lado de la cama mirándola fijamente con una
sonrisa tierna, se saludaron dándose un beso, quería acariciarla jugando un
poco per Laura rápido se levantó junto con el ambos entre risas, no quería que
la madre o algún niño entrara y los viera, se arreglaron antes de salir de la habitación
y escucharon como un par de niños corrieron al escuchar que se acercaban a la
puerta, al abrir se toparon con Héctor y Carmen, -¡Hola como amanecieron! –decía
Laura, -¡Bien, bien!, pero ya es hora de irnos, ya quiero legar a esas aguas
termales que me prometieron desde hace dos días –respondía Héctor, -¡Si, lo
sentimos pero ya queremos irnos, anoche no dormimos bien y en, buen tu sabes,
peleamos un poco por los niños, es que son tan tiernos ¿no lo crees? –decía
Carmencita susurrando y sonriendo tiernamente al oído de Laura, ella sonrió, -¡Sí!,
lo son, pensé querrías llevarte uno ¡Jaja!, -No son juguetes que te puedes
llevar así porque si ¡Jaja! –respondía riendo entre ambas, los hombres se
estrecharon la mano despidiéndose, bajaron hasta la sala donde se despidieron
de la madre y de los niños, quienes parecían tristes y decepcionados una vez más,
-¡Oh, ya se van!, qué triste ¿pero porque? –les decía la madre María, -No es
por nada pero ya estoy harto de este lugar, que bueno ya nos vamos, ahora si
quiero descansar en un verdadero lugar, creo que anoche tuve muchas pesadillas,
enserio lo lamento pero debemos irnos, gaste mucho en el lugar que rente para
quedarnos aquí todo el fin de semana –decía Héctor con egocentrismo mientras
que Carmen le soltaba un sutil golpe con el codo, -¡No seas tan mamón!, discúlpenos
madre María pero ya debemos irnos, todo esto ha sido tan lindo, los niños también
obviamente se llevan toda la atención, pero es que pues ya ve no, usted
entiende…, -se disculpaba Carmen con la madre, -¡Oh si hija no hay problema!
–la madre respondía, Héctor saco las cosas hasta el auto para guardarlas,
cuando noto que sus dos llantas delanteras estaban ponchadas, -¡Oh por un
demonio, lo que faltaba!, ¡PTMD mis llantas!, -¡Héctor guarda silencio hay
niños aquí!, -¡Me vale madres! –decía mientras intentaba solucionar el problema
de sus llantas, pero al no ver remedio no le queda otra más que salir a la
carretera a pedir ayuda, pasaban algunos carros pero pocos se apiadaban en
ayudarle, más de 2 horas después sin que pasara nadie lo dejaron desesperado,
regreso sin opciones Laura y los demás trataban de convivir con los niños pero
estos no querían salir a fuera al aire libre, decían que el sol les irritaba
por alguna razón extraña, no era común que los niños no quisieran salir pero lo
pasaron por alto, se quedaron a dentro jugando con ellos mientras que la madre
preparaba algo de arroz para la comida, pues para el desayuno solo les había
dado pan seco y un vaso con agua, el resto del día fue tan aburrido como la noche
anterior, más paredes de madera podridas por todos lados así como de concreto
que parecía del mediterráneo, no había mucho que hacer y el tiempo se acababa,
tendrían que irse pronto para regresar a la ciudad y Héctor cuando menos
descansar de lo mucho que se estaba fastidiando ahí dentro, algunos de los
niños quienes eran los que más se apegaban a Laura, Diego, Carmen y Héctor
seguían bajo sus pies intentando darles ternura, mientras que todos a excepción
de Héctor quien estaba algo amargado disfrutaban de la compañía de los niños, al anochecer todos los niños se
habían retirado excepto los que estaban junto con los adultos, parecían haberse
escondido, la madre les dio pan a cada uno y cenaron con decepción junto con un
vaso de leche tibia, pronto parecían que estaban por quedarse dormidos cuando
se despidieron y se retiraron, al legar a sus cuartos Laura y Diego discutieron
algo con sueño sobre la adopción de Dianita y Luis los niños que estaban
siempre sobre de ellos desde que llegaron, aunque Laura aun tenia sentimiento
por el niño de la otra noche quien aún no sabía su nombre, Carmen y Héctor se
durmieron tan pronto como cayeron en la cama polvorienta y agujereada, Laura
todavía se quedó un rato pensando las cosas más que nada en los niños que
lucían tan extraños junto con la monja, cuando se dio cuenta ambos ya estaban
dormidos.
Laura
estaba mirándose a sí misma otra vez, ahora ya no estaba embarazada si no que tenía
a un niño en brazos, pronto intento acercarse notando que su reflejo se había
vuelto realidad cuando se dio cuenta de que cargaba a un niño ente sus brazos,
pero pronto el bebe giro su cabeza mostrando un rostro un tanto abrumador y
casi demacrado, este intentaba sacar uno de sus pechos para chupar la leche
materna con algo de agresividad usando sus dientes que parecían demasiado
afilados a punto de penetrar su piel con dolor, cuando pronto sintió algo de
malestar queriendo escapar de ese mal sueño abriendo los ojos cuando noto que
un gran circulo de niños estaban sobre de ella cantando, de repente estos
pararon y miraron hacia abajo con ojos negros despidiendo un calor algo estremecedor,
su cuerpo estaba desnudo cuando estos intentaron irse sobre de ella tomando sus
brazos y sus piernas, esta intentaba huir pero no podía pues al parecer los
niños tenían mucha fuerza, pronto la pararon aun sujetándola frente a un gran
espejo y mirando su reflejo podía ver como la niña con la que estaba encantada
se aparecía frente a su reflejo de espaldas, pronto esta giro y cuando lo hizo
un hombre aparecía detrás de ella, este parecía
frustrado y enojado a punto de irse sobre encima de ella aun sujetada de
brazos y piernas por los demás niños, de repente Diego la despertó, estaba
teniendo tan solo pesadillas y se encontraba gritando cosas en la cama cuando
el despertó y la sujeto porque intentaba hacerse daño a sí misma, Laura
despertó sudando y con los ojos irritados, al ver que todo había sido un sueño
se lanzó sobre Diego abrazándolo, de repente escucharon un grito casi como un
par de gemidos y salieron corriendo a ver qué pasaba.
Laura
iba apresurada hacia la habitación de Héctor y Carmen de donde se escuchaban
los gritos, cuando toco nadie respondía más que parecía estar trabado el seguro
de la puerta, Diego llego pujando ambos con fuerza hasta que encontraron una escena desagradable de Héctor
y Carmen teniendo sexo con sus cuerpos desnudos y sudando, aunque algo no
aprecia bien, la escena les parecía de lo más grotesca de su parte parecía que
ambos estaban dormidos, tenían los ojos cerrados y sus gestos o lucían como
unas personas normales, más bien parecían ser controlados salvajemente mientras
que algo hizo que la puerta se cerrara fuertemente detrás de ellos, las velas
del cuarto se apagaron sin siquiera haber viento soplando mientras que algunas
sombras se escapaban escuchándose algunos ruidos como risas y golpes de las
mismas detrás de la puerta y la ventana iluminada por el reflejo de la luna
llena, de repente los cuerpos de la pareja
cayeron desorientados mientras que despertaban sintiéndose confundidos,
ambos no sabían que había sucedido pero estaba avergonzados al verse desnudos
frente a sus nuevos amigos, pronto se taparon y Laura salió del cuarto junto
con Diego, regresaron a su habitación donde prefirieron no decir una sola
palabra de lo que vieron, ellos creían un poco en esas cosas y preferían no
meterse en sus asuntos para que no los molestaran, quizás la mala vibra de Héctor
les habría causado eso, aunque no todo era como parecía, los espectros que
habían visto eran las lamas de quienes se hallaban encerrados en los cuerpos de
los niños quienes se habían manifestado poseyendo los cuerpos de la pareja pues
querían saciar un poco sus deseos de volver a sentir al carne humana así como
algunos de sus deseos carnales y pasionales.
Yo en su lugar me ubiera ido caminando asta el siguiente pueblo muy buena historia
ResponderBorrarBien, sigue
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