lunes, 28 de octubre de 2019

Una niñera engreída






La inseguridad estaba cada vez más fuerte y la necesidad por un trabajo también, Diana una chica de 23 años sabía que podría sacarle provecho a la necesidad de los padres de  su vecindario por una buena niñera conocida y respetada, la chica había cuidado de sus pequeños vecinos en los últimos meses, aunque últimamente cuidaba al niño por el que le pagaba más, el pequeño Jules, un chico de ya 12 años quien estaba cansado de que sus padre no le dirán atención había comprado por internet una poción de agua de daemonritus, el chico sabía las propiedades de este extraño líquido, esperaba a que su vecina llegara, la chica aparentaba ser una excelente niñera, una chica a respetar, para él no lo era, siempre que llegaba sonreía incrédulamente a los señores hasta que se iban, le daba de comer algo rápido que por lo regular no le gustaba, prendía la televisión en un canal de yoga, usando su sexy traje de ejercicio el cual le encantaba sobre todo cuando la veía en toples, veía su culo apretado dentro de su par de leggins y sus pechos rebotar cuando saltaba y luego se ponía a ver televisión en su gran pantalla de plasma que sus padres habían comprado con su dinero, pedía algo de pizza para que el comiera sin importarle su salud pues él ya era algo rollizo y finalmente se ponía a escribir cosas en su computadora muy  entretenida  sin ponerle atención, cuando él se acercaba se ponía furiosa sin dejar ver que era lo que escribía, mas sin embargo casi siempre se acercaba por detrás tomándola de la cintura  y  alzando la vista tan solo para ver sus buenos senos mostrándose en su escote, Jules era algo pervertido ya para un niño de su edad pero la soledad le hacían entretenerse más con el mundo real que con una simple fantasía de videojuegos, esta vez la chica le dio un simple tazón de cereal y una pieza de pan ara que la dejara en paz  como si fuese  un simple niño pobretón, al terminar su desayuno Jules espero pacientemente, miro a la chica espiándola haciendo su ejercicio rutinario, luego la chica se fue a dar una ducha al baño como siempre no sin antes asegurar la puerta de la entrara  para que Jules no escapara  y de asegurar la del baño para que no la espiara, salvo que esta vez no se había dado cuenta de que Jules se  había escondido en el armario del baño, mientras  que veía como Dianita se desvestía, su miembro se levantó por el alto morbo sexual que eso le provocaba, Diana se recostó en la tina que había llenado con agua caliente y espuma para relajarse, se puso unos  pepinillos en sus ojos para descansar mientras su cuerpo se enjabonaba y se colocó sus audífonos para que nada la molestara, Jules salió del armario con el frasco, trato de no hacer ruido, se desvistió y abro el frasco vertiendo algo del líquido en  el agua, pronto Diana se sintió extraña, su cuerpo comenzó a paralizarse y de repente convulsiono, se sintió extraña mientras  que sentía como se salía de su propia  boca como si fuera una bola babosa hasta verse fuera de su propio cuerpo tirado en la tina, Diana sentía que flotaba estaba realmente horrorizada  y tan pronto como reacciono el chico la encerró en un recipiente mirando a su suerte lo que realmente pasaba.


Jules se metió a la tina junto con el cuerpo de Diana, de pronto Jules experimento lo que Diana hace unos momentos hasta que se miró fuera de su cuerpo, Jules miraba ambos cuerpos con frialdad, regreso olla mirada  hacia el frasco que tenía encerrada a Diana y horrorizada observo como Jules se metía  dentro de su cuerpo, -¡No, maldito mocoso detente!, Jules ignoro los gritos desesperados de Diana, comenzó  a introducirse en su cuerpo dentro de su boca y pronto el cuerpo de Diana comenzó a convulsionar hasta reaccionar y moverse por su propia cuenta, Jules miro su cuerpo de frente, salió rápido de la bañera jalando del tapón para que el agua hechizada no volviera a hacer  efecto en su nuevo cuerpo, después la  nueva Diana bajo la mirada a sus  nuevos pechos, pronto llevo sus manos a sus tetas sonriendo, aprovechando el jabón aun impregnando en su nuevo cuerpo jugando con el deslice de sus manos con sus tetas, comenzó a pellizcar sus pezones exclamando leves tonos sensuales  y calientes desde la boca de Diana, escuchando su bella y engreída voz  gemir de  placer, su nueva vagina recibió una señal de electricidad que recorría todo su cuerpo, pronto bajo una de sus manos hacia  su vagina frotándola con sus dedos sintiendo como esta se mojaba al venirse por el placer que eso le hacía sentir en su nuevo cuerpo, Diana estaba devastada, su cuerpo era violado por el niño sin poder hacer nada, Jules la miro impotente, se acercó mostrándole sus pechos jugándolos con sus bellas manos, tomo el frasco y lo abrió con cuidado hasta acercarlo a su ex cuerpo, -¿Quieres tu cuerpo de vuelta? –le decía a Diana, la chica frunció el señor y aun sabiendo lo que haría giro su cabeza protoplasmática aceptando, Jules le sonrió, -¡Pues entra a mi cuerpo y si me convences te lo regreso! –Diana comenzó a temblar, se introdujo en la única salida que tenía metiéndose dentro de la boca Jules hasta que el cuerpo comenzó a convulsionar, Diana reacciono y miro su cuerpo de frente sonriendo con la misma sonrisa hipócrita que ella le mostraba a sus padres, -Parece que tu pequeño amigo esta excitado y si le damos lo que quiere -la nueva Diana se recostó frente al chico en la tina abriendo sus piernas en señal de que la penetrara, Diana sentía asco y repulsión pero su nuevo cuerpo por alguna razón se lo pedía, casi obligándola acerco su nuevo miembro erecto a punto de penetrar su vagina con asco y repulsión, -¡Quien es el pequeño  mocoso que estaba excitado ahora, anda, tú hermosa niñera te está dejando penetrarla, ¿acaso quieres perderte de esa gran oportunidad pequeño pervertido? -Jules le decía descaradamente, pronto Diana no tubo elección, introdujo su nuevo miembro dentro de lo que antes era su vagina y ambos experimentaron su primer sexo, -¡Vaya!, así que este lindo cuerpecito tuyo es aun virgen, se delicado y consiénteme, para que mi nueva vagina no se lastime, quiero que te comas mi coño hasta que jadees y no desees volver a este cuerpo tuyo jamás –Jules decía perversamente con su nuevo cuerpo, Diana comenzó a sentirse más caliente al saber que ambos estaban perdiendo su virginidad esa mañana, sentía  su vagina húmeda y caliente rosando su nuevo miembro al  penetrarse a sí misma, su mente de niño adolescente la obligaba, ahora era un pequeño pervertido, Diana no pudo evitarlo y subió las manos del mocoso en sus propias tetas, comenzó a estrujarlas y pellizcar ambos pezones, Jules gemía y exclamaba por mas ante los excitantes estímulos que la Diana humillada tenía que hacer por regresar a su cuerpo, pronto su miembro libero su carga, Jules sitio un calor que llenaba de lechita el interior de su vagina, Diana se separó aún caliente e insatisfecha en su pequeño cuerpo de adolescente perverso, -¡Parece que a alguien le gusto ser un pequeño pervertido! –lastima, parece que la pócima se ha vaciado por accidente en el lavabo, Diana lloraba mientras que Jules limpiaba su vagina del semen su pene que había dejado dentro de ella, se sentía  humillada y robada por un niño.



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