Novata en apuros

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La nueva oficial recién graduada de la academia se encontraba valiente recorriendo las calles en busca de ayudar a las personas, al poco rato, ella se encontraba en la calle 13, luego de una llamada al 911 quienes los reportes la señalaban como la única oficial en el área cerca y disponible para el combate, lo que no sabía era que todo se trataba de una novatada de los oficiales hombres a la chica, pues Isela más que mostrar respeto y fuerza parecía más bien una niña mimada e inofensiva quien no demostraba ser tan buena para el puesto de oficial, Isela se acercó al área, ella no había sido informada que en esa calle se encontraba un grupo de Body Hopper mafiosos quienes se dedicaban a robar cuerpos para transportar sus drogas y lavado de dinero,  misma que estaba prohibida para toda la ciudadanía y sobre todo la policía por el riesgo de terminar con sus cuerpos robados, Isela se acercó justo cuando un Body Hopper llamado Fernando tomo posesión de su cuerpo,  -¡Hola muñeca!, ¿qué haces por aquí, en mis rumbos, acaso bienes a entregar la mercancía?, pero mira nada más que ricas pernas tienes, y este rostro tan inocente, quien te mando aquí, o acaso…, ¡si, si!, tu eres policía, ¡Hey chicos, adivinen, esta muñeca es una policía, pero mírenme que cuerpo tan pequeño y frágil tengo!, -¿Pero qué demonios…, quién eres tú, porque no puedo moverme?, -Tranquila muñeca, no entiendo como fuiste tan estúpida para venir hasta aquí, que no te informaron de lo peligroso que es este lugar, o eres de esas perritas policiales que se creen tan valientes por detener a un grupo de la mafia, -No, yo no sabía que aquí se encontraba un grupo, me informaron de un robo por esta dirección, mis compañeros no deben de tardar en venir, pero cómo es que no puedo moverme, como es que hablo contigo, -Mira muñeca, nadie  va a venir de ningún lado y menos a salvarte, ahora estas en mi poder, ahora tu cuerpecito me pertenece y harás lo que yo diga, creo que podremos darle un mejor uso a tus encantos de niña inocente, quienes te hayan envidado aquí solo estaban jugando contigo, esta zona está prohibida para toda la gente incluida los policías, quienes no pueden hacer nada para detenernos, no suelo usar cuerpos de niñas como tú, pero creo que no estas nada mal como para usarte por un tiempo, -¡No, no que paneas hacer conmigo, suéltame, AYUDAA!, -¡No seas tonta muñeca!, aquí nadie  vendrá a salvarte, El Body Hopper comenzó a caminar de manera pervertida con el cuerpo de Isela, moviendo sus caderas para que la falda de su uniforme se alzara con el viento mostrando su panti debajo de la misma, comenzó a girar su macana mientras jugueteaba con su cabello y se movía como una puta inocente mirando a sus compañeros, -¡Ey chicos, mírenme!, ¿acaso no soy una linda muñeca?, creo que podríamos usar muy bien este cuerpo, la policía ya nos debe muchas.

El Body  Hopper recorrió la ente de Isela, ella era apenas una chica de 23 años, recién graduada y con la esperanza tan estúpida de ayudar a la gente por las calles, pero analizando raído a sus compañeros sabía perfectamente que se la querían comer a gritos, además de que no creía que lograría detener  a nadie jamás, la nueva niña policía llego a la jefatura, saltando y moviendo sus caderas, sonriendo a todos los oficiales dejando entre ver sus encantos, se aventó con perversión sobre del escritorio del Coronel y se puso a jugar con sus dotes femeninos mientras que robaba información de las computadoras, todos en la oficina no entendían que le pasaba a la chica quien ahora demostraba sol ser una putita.