sábado, 23 de mayo de 2020

¡Vaneza la Pirata!







Vanesa salía ebria de bar, enganchada con otros dos chicos mientras que caminaban en la playa cayéndose muchas veces de lo ebrios que estaban, no era de dudarse que los tipos quizás pensaban en propasarse  con ella cuando ambos chicos fueron arrastrados por el mar sin si quiera poder nadar ni pedir ayuda, Vanesa aún se podía levantar mientras seguía su camino rodeada de arena por la playa, cuando de repente la marea aventó uno de los tesoros inesperados perdidos en el mar, tan simple como un sombrero pirata antiguo que el mar había vomitado, Vanesa quien aún estaba ebria tropezó con el sombrero mientras que intentaba levantarse tomo el sombrero pirata jugando con el sorprendida de que  aun existieran esas  cosas, pero el peor error que pudo haber cometido fue si quiera pensar en ponérselo cuando lo sujetó con dirección hacia su cabeza hasta que su cuerpo cayo inconsciente de nueva cuenta en la arena, de repente, Vanesa comenzó a reaccionar algo mareada  y confundida balbuceando en otro idioma, -¡Arrrggg!, ¿pero en donde carajos estoy? –gritaba el pirata con la voz dulce de la chica aun experimentando un fuerte mareo ante los efectos del alcohol en su cuerpo, sin embargo parecía no afectarle tanto, -¡Arrrg, pero que es esto, son…, son tetas de mujer! –asentía el pirata tocando sus nuevas tetas pervertidamente, -¡Arrg, hace años que  no me sentía tan vivo como ahora, tenía años de no tocar a una vieja buena vieja  como esta, la última vez me hundo con mi barco en el fondo del mar, pero veo que aún conservo mi valioso tricornio –luego siguió aminando explorando sus nuevas formas femeninas encontrándose con un mundo nuevo y moderno, -¡Arrrgg!, ¿pero qué demonios es esto, en dónde estoy? –gritaba refunfuñando el pirata, siguió caminando hasta que entro a un bar con muchas luces iluminando todo como un festival medieval demoniaco, luego analizo a la gente mientras que notaba la mirada acosadora de los hombres modernos sobre sus atributos, pero luego dejo de molestarle pensando que sería  más efectivo los nuevos dotes sexys de su cuerpo, -¡Arrg! –la nueva Vanesa comenzó a beber mientras que festejaba con los mundanos, -¡Arrrgg!, estas nuevas bebidas no saben tan mal, pero nada como mis finos  licores irlandeses –luego de beber y beber, el cantinero le pido pagar la cuenta puyes ya estaban por cerrar, -¡Arrrgg!, ven acá chico estúpido, te regalo estas como ofrenda por mi cuenta acabo de resucitar y no tengo ni un doblón de mi botín –albureaba la pirata Vanesa sujetando el rostro el chico mientras lo sumergía dentro de su escote dejándolo probar sus tetas, el chico se enmudeció y pensó que podría pagar la cuenta de la chica por algo más que una simpe probada de tetas, terminó de limpiar y cerrar con sus amigos y se la llevó hasta su departamento donde la volvió su capitana. 




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