𝑬𝒍 𝒅𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒐𝒔𝒐 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒗𝒆𝒄𝒊𝒏𝒊𝒕𝒂

 

Llevaba ya un año en el cuerpo de mi vecinita, me estaba preparando para otra noche más de diversión con su cuerpecito, me sentía toda una putita cada vez que me vestía y me arreglaba con su cuerpo, había perdido mi vida por meterme en su cuerpo luego de usar aquel hechizo que había encontrado en internet, mi cuerpo había muerto y yo pensando en pasar solamente unas cuantas horas de diversión con su cuerpo termine quedándome atrapado.

A pesar de todo, tuve que encontrarle un nuevo camino a mi vida, tenía este grandioso cuerpo de mi vecina y no podía desperdiciarlo, me aproveche de sus encantos y poco a poco me fui convirtiendo en una gran perra, salía de fiestas totalmente vestida como una putita, lo cual me encanaba ya que me excitaba verme bien puta con su cuerpo, a fin de cuentas ahora era mío y yo decidía como vestir y verme para gozar de buenas vergas en la cama, me sentía toda una señorita, maquillándome y vistiéndome bastante rico para gustarle a cualquier hombre, luego de salir de fiesta, regresaba a casa con un hombre con una buena verga que mamar y penetrarme, había mejora do mucho desde mi primera verga pues ahora con ese sensual cuerpo era una presa fácil para cualquier hombre que quisiera penetrar este rico y caliente cuerpecito, no me importa ya lo que la gente pudiera decir de mí, me encanta este cuerpo, me encanta verme como una putita y si puedo claro que viviré de esto por el resto de mi vida.