𝐄𝐥 𝐭𝐫𝐚𝐣𝐞 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐨

Había comprado ese traje de piel por Internet, siempre me excitaba mirando esos trajes imaginando ponermelos y que estos me convirtieran en una hermosa chica de verdad, estaba tan fascinado con estos trajes que un día decidí ahorrar para comprarme uno lo cual era bastante costoso.

Finalmente había logrado tenerlo en mis manos, los miraba sintiéndome bastante caliente y con ganas de ponermelo, me desnude y lentamente me fui cubriendo el cuerpo con la tela artificial del traje de piel que se estiraba por todo mi ser.

Me puse la máscara y un peluca encima para terminar el proceso de mi transformacion, me sentía tan sexy y extraño a la vez, me miraba en el espejo con fascinación, tenía unas tetas y una vagina aunque fueran de mentira, me sentía bastante excitado aunque triste de que esto no pudiera ser más real.

Cuando de repente, una voz extraña me llamo entre suspiros y risas.

-¡Hola, jijiji!, Así que quieres ser real con este traje de piel, ¡Jijiji! -

-¿Cómo, quien dijo eso? -

-¡Soy yo tonto, o mejor dicho, somos! -

-¿Cómo que somos quién eres? -

-¡El espíritu del traje!, Eh escuchado tus lamentos y eh decidido ayudarte Jijiji! -

-¿Cómo no entiendo, de que hablas? -

-¡Ya lo verás Jijiji! -

Me estaba comenzando a sentir muy nervioso, pensé que ya estaba volviendome loco de tener una imaginación tan pervetida, de repente, una fuerza muy intensa comenzó a envolver todo mi cuerpo, rápidamente intente quitarme el traje pero no podía, no encontraba una salida y ni la máscara, ni la peluca, ni el traje se abrían para salir, me estaba desesperando cuando entonces comencé a sentir como todo mi cuerpo adoptaba la forma del traje, comenzaba a sentirse muy real, sentía su piel como si fuera tan real, sentía sus senos volviéndose sencibles en mi pecho, lo más extraño fue sentir como mi entrepierna estaba caliente en el interior.

Sentía mi erección encogerse y de repente un extraño cosquilleo me dejó perplejo hasta que sentí como ahora la vagina de látex se había impregnado en mi volviéndose real, se sentía calientita y húmeda, sentía como palpitaba sin razón creíble alguna, todo mi cuerpo se estremecia con fuerza ante los cambios, mi cuerpo se encogío, mis piernas y brazos se volvieron delgados con una piel muy lisa y suave, mientras que sentía como tenía unas cuevas y un culo bien definido, finalmente, mi cabeza se paralizó experimentando un intenso calor que deformaba mi rostro hasta convertirse en el rostro real de la máscara, la peluca se había vuelto mi cabello real y yo solo podía mirar como ahora suba nueva chica yacía frente al espejo totalmente asombrada.

Sonreí tratando de gritar aterrado sin saber que había pasado, aún sentía mi cuerpo arder pero ahora de sencibilidad al percibir todo mi cuerpo totalmente cambiado, solté un leve gemido la sentir por primera vez mis tetas, se sentía tan rico y abrumante.

-¡Jijiji, ya veo que te gustó! -

-¡Tu otra vez!, ¿Que fue lo que me hiciste? -

-¡Jijiji, pues hora somos reales!, Mira que bonita somos, que ricas se miran esas tetas y lo mejor es que por fin tenemos una deliciosa vagina entre las piernas, ¡Jijiji! -

-¡Esto no es posible!, ¿Qué tipo de magia negra es está? -

-¡Eso no importa, hy que disfrutarlo Jijiji! -

-¡Ahhh, espera, deja de provocarme me estoy excitando demasiado, ahhh, que rico, ahhh, siento mi vagina arder ahhhh! -

-¡Disfrútalo amor Jijiji, ahora eres toda una señorita Jijiji! -

-¡Ahhh, sii, siii, que rico, que rico se siente tener un cuerpo de niña siii ahhh! -

Me había perdido por horas explorando mi cuerpo de chica, me sentía tan caliente y agobiado como si fuera un adolescente empedernido profanando el cuerpo de una chica, pero una chica que no era real y ahora este era mi cuerpo, un cuerpo sin identidad.

Habían pasado varios días y yo no tuve de otra más que resignarme a lo que tenía ahora en mi vida, jamás logré quitarme el traje y volver a mi forma masculina, simplemente era una víctima de una mágia extraña eh irreal, pero había una forma de aprovecharlo y eso sería disfrutar de mi nueva vida como una linda señorita.

Salí a comprar ropita muy sexy y bonita, me sentía toda una diva por las calles mientras los hombres me miraban y los fascinaba con mi cuerpo y mi belleza, había aprendido todos los trucos de las mujeres para hechizar hombres y ahora tenía un novio que me mantenía, me deseaba y era el hombre que está mujer necesitaba, ya no me importaba volver a ser hombre, me encanta ser la mujer que soy ahora.

-Kary-