miércoles, 5 de febrero de 2025

𝐄𝐥 𝐆𝐨𝐫𝐝𝐨 𝐏𝐞𝐫𝐯𝐞𝐫𝐭𝐢𝐝𝐨


Imagínate cuidar toda la vida tu bonito cuerpo para que llegue un imbécil a robarlo.

Esto le pasó a la pobre de Gabriela, una chica de 23 años que sin saberlo, había sido espiada por un completo desconocido y ajeno a su vida.



Gustavo, un hombre de 54 años, antisocial y parásito de la vida que solo se dedicaba a acosar y pervertir mujeres, quien trabajaba como taxista sin ofició ni beneficio.

Un día, Gabriela iba saliendo de el gimnasio cuando le hizo la parada a Gustavo, sin saber que ese día abría marcado su destino par siempre, pues, luego de llevar a Gabriela hasta su casa, Gustavo no dejo de acosarla y vigilarla por los siguientes días.

Pues Gustavo estaba tan fascinado por Gabriela, que decidió hacer algo para que ella fuera suya por siempre.

Gustavo acosaba a Gabriela día y noche, esperando hasta que ella saliera de su casa y regresará, jamás quiso volver a llevarla a ningún lado, pues no quería levantar sospechas de la chica, para que no lo reconociera.

También, se las ingenio para encontrar sus redes sociales, investigando los lugares a los que frecuentaba, encontrando sus comentarios en algunas páginas de sitios como, un restaurante, o una tienda de postres.

Así, poco a poco, Gustavo fue aprendiendo cada paso de la vida de Gabriela, quien jamás se imaginaba que un hombre la estuviera acosando, con la única intención de robar su hermoso cuerpo.

Cuando Gabriela salía de una tienda de compras, caminaba por la plaza, se atravesó entre una gran multitud de personas, ella caminaba tranquilamente, cuando de repente, sintió que su cuerpo se estremecía y de la nada ya no se encontraba en la plaza ni en su cuerpo.

-¿Qué, pero que pasó, en dónde estoy? - Gabriela se preguntaba luego de el leve mareo que había sentido y ahora miraba un volante de coche frente a ella -



Gabriela no pudo no notar que su cuerpo se sentía diferente y entonces se encontró con una enorme barriga y lo que parecía ser un miembro apretado totalmente expuesto en su entre pierna y por debajo del volante.

-¡Ahhh, pero que es esto! - Gabriel gritaba ante la asquerosa impresión -

Fue cuando escucho su voz de hombre emanando de su boca, Gabriela sintió un enorme hueco en el estómago, se levantó de inmediato tratando de salir del coche, siendo algo difícil dado a su nuevas dimensiones corporales, pues, tenía una enorme barriga apretada contra el volante.

Al salir del coche, Gabriela terminó en el suelo, pues su nuevo cuerpo estaba tan pesado que no pudo controlar el peso y se cayó, para variar, Gabriela seguía con los pantalones abajo y muchas personas vieron las partes íntimas y expuestas del grotesco hombre pervertido por el aire, Gabriela noto esto y rápido trato de cubrirse el asqueroso miembro que colgaba entre sus piernas, sintiendo un asco tremendo al tocar ese horrible pedazo de carne que ahora era suyo.

Gabriela miro por todos lados, necesitaba saber lo que pasaba y quién le había hecho esto, entonces, noto que se encontraba cerca de la plaza y caminando, trato de llegar hasta donde recordaba estar para ver si lograba alcanzar a la persona que ahora debía tener su cuerpo.

-¡Jejeje, no puedo creerlo, en verdad lo logré, tengo su cuerpo, ahora es todo mío si, ahhh!, no podía seguir aguantandome las ganas de poder estrujar estás deliciosas mamacitas, ¡Jajajaja! -


Gustavo había armado todas las piezas de su rompecabezas, llegando al punto de conocer todo acerca de la vida de Gabriela, fue entonces que decidió finalizar su plan y obtener su precioso cuerpo de una vez por todas.

Gustavo conocía a un amigo, que conocía a otro amigo, que sabía dónde encontrar a la banda criminal más temible de los tiempos, pues, desde hace ya algún tiempo, acecharon a toda la ciudad provocando caos y perversión, pues, la banda de Swappers, se dedicaba a intercambiar personas, algunas veces al azar, para luego obtener dinero por regresarlos a sus cuerpos, algo que muchas veces no sucedía, por algunas personas que decidían ya no regresar a sus antiguos cuerpos, siendo muy beneficiados por el cambio, otros porque desafortunadamente no tenían el dinero y finalmente otros terminaban por pagar pero ni siquiera fueron devueltos a sus cuerpos, ya que a esta grupo criminal le gustaba provocar caos y satisfacer a si mismo sus perversiones, mirando como un espectáculo a todas las personas sufriendo por estar en los cuerpos incorrectos.

Pero luego de un tiempo, había sido algo difícil encontrarlos para personas que quisieran contratarlos, ya qué, habían provocado tanto caos, que eran muy buscados por las autoridades, aunque, realmente ni siquiera sabían quienes eran ni qué forma tenían, pues, gracias a sus habilidades, podrían ser cualquier y estar en dónde sea.

Pero Gustavo había logrado contactarlos, los Swappers acudieron a una cita con Gustavo, quien les explico todo su plan y lo que había hecho para lograr llegar a su objetivo, el no tenía mucho dinero, pero estaba dispuesto a darles todos sus ahorros por el cuerpo de sus deseos, los Swappers examinaron a la chica, quien les parecía un excelente negocio para un pez gordo, pues seguramente habría alguien que pagaría mucho dinero por tener el cuerpo de Gabriela, Gustavo estaba furioso, pues no quería que le hicieran nada al cuerpo que el había elegido y por el que se había esforzado tanto.

Los Swappers intentaron hacer el sacrificio, perderían un cuerpo demasiado bueno por las migajas que Gustavo les estaba ofreciendo por sus servicios, pero ante su falta de diversión los últimos meses en los que se habían ocultado de la sociedad, decidieron ayudar a Gustavo por simple y mera diversión, querían ver a la pobre de Gabrielita sufriendo por ser arrebatada de su precioso cuerpo, ella ni siquiera imaginaria que un completo desconocido la estuvo acosando por mucho tiempo, sin saber que sería el objeto del robo de su cuerpo.

Cuando Gustavo por fin tendría su cuerpo, siguió a Gabriela de su casa hasta la plaza a la que sabía que iba cada dos semanas, Gustavo sabía que ese día era día de compras con sus amigas, pero por simple cosa del destino, ese día Gabriela iba completamente sola, Gustavo permaneció en su taxi mientras esperaba que los Swappers los intercambiaran.



El se sentía tan excitado por el momento, que decidió darle un último suspiro a su fiel amiguito que lo había acompañado en muchas pajas durante su patética vida, deleitandose con solo imaginar por fin poder estar en el cuerpo de Gabriela.

-¡Vaya, si que eres un gordo pervertido! - una voz extraña le decía en su cabeza -

-¿Qué, quien está ahí? - Gustavo miraba por todos lados confundo -

-¡Relájate tarado!, soy uno de los Swappers, ya te vamos a cambiar, no escogiste una chica cualquiera, si que es una muñeca -

-¡Si que lo es, es mi vida entera!, No puedo esperar más para poder tocar su cuerpecito, ¡Jejeje! -

-¡Ya pronto lo harás! - 

El Swapper entonces, realizó un movimiento rápido arrojando el alma de Gustavo fuera de su propio cuerpo y llevándolo hasta el cuerpo de Gabriela a una rápida velocidad.

De repente, Gustavo dejo de ver su propio cuerpo para estar atrapado dentro de una enorme multitud de personas, experimentando un extraño cambio en todo su cuerpo, y, por fin, al bajar la mirada, encontró las tetas que tanto deseaba colgado de su pecho.

-¡Ahhh, por fin, lo logré, tengo el cuerpo de Gabriela jejeje! -



Gustavo miraba impactado y bastante excitado sus nuevas y redondas tetas, marcadas perfectamente en su pecho por una blusita bastante pegadita, logrado sentir mucho placer al manosear sus deliciosas tetas con sus propias manos.

Al poco rato, Gustavo estaba manoseando su nuevo cuerpo entre una multitud de personas que pocas se detenían a observar como la hermosa chica manoseaba su cuerpo con euforia.

Entonces, Gustavo noto las miradas de la gente sobre el mismo, sintiendo pena y a la vez le valió, pues ahora era su cuerpo y podía hacer con el lo que quisiera, tomo todas sus cosas de la compras que Gabriela había hecho y camino con prisa hasta un lugar menos concurrido.

-¡Cielos amigo, deberías ser más prudente!, No es normal que una mujer haga eso en medio de la gente - el Swapper le decía mientras observaba un rato al sugeto usar su nuevo cuerpo -

-¡Oh, sigues ahí jejeje!, Lo siento, pero no pude evitarlo, es algo que espere por mucho tiempo, son tan ricas y tan suavecitas, son mucho mejores de lo que esperaba, ¡Jejeje! - 

-¡Aprovéchalo bien, úsalo correctamente, esto no sucede todos los días, disfrútalo, hasta luego! -

-¡Por su puesto que lo usaré muy bien!, lo voy a manosear cómo se debe, seré toda una putita bien rica y sabrosa ¡Jejeje! - 

Luego de que el Swapper se marchará, Gustavo decidió sentarse en una banca a descansar, su nuevo cuerpo estaba tan caliente, sentía como todo se agitaba bastante delicioso al caminar, tanto que no podía parar de sentirse tan excitado, sus hormonas enloquecían y no paraba de jadear, necesitaba liberar todo ese calor que ya sentía, entonces, comenzó a examinar mejor su nuevo cuerpo, miraba sus deliciosas piernas, suavecitas y muy lisas, era grande y bien dotadas al igual que sus nuevas tetas y su culito, que por cierto sentía bastante rico al sentarse amortiguando con sus carnes el asiento.

-¡Ahhh, que ricas piernas jejeje, ya quiero llegar a casa para ver todo este cuerpecito al desnudo! - 

Gustavo acariciaba su cuerpo, deleitándose con las miradas de los chicos quienes no imaginaban que dentro de esa hermosa chica se encontraba un hombre pervertido.

-¡Ahí estás maldito, devuélveme mi cuerpo! -

Gabriela lograba llegar a la plaza y encontrar afortunadamente su cuerpo sentado en una banca, manoseando sus piernas y sus pechos con morbo y perversión.

-¡Oh, jejeje, así que, lograste llegas con ese gordo cuerpo hasta aquí! -

-¿Qué fue lo que me hiciste, porque tienes mi cuerpo?, ¡Deja de tocarlo pervertido! -

-¡Jajaja, este ahora es mi cuerpo amor!, Y el único gordo pervertido aquí eres tú, ahora lárgate o llamaré a la policía y te encerraran de por vida -

-¡No, no dejaré que te salgas con la tuya!, alguien me debe de creer, no puedo permitir que te robes mi cuerpo así de fácil - 

-¿Y que harás?, Ni siquiera puedes correr, jamás lograrás detenerme y si te acercas a mi casa, te juro que deseas estar muerta antes de pisar la cárcel, ahora mira como me voy a disfrutar de tu lindo cuerpecito, ¡Jejejeje! -

Fue así, como Gabriela perdió su vida entera, dejando que el gordo se saliera con la suya, pues no podía hacer nada para impedir que este se fuera, no sabía que hacer, estaba desesperada y nadie le creería ahora que era un enorme y asqueroso gordo pervertido, la pobre de Gabriela jamás imaginaba que un extraño y completo desconocido le robaría su propio cuerpo de la manera menos esperada.

-Kary-

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