sábado, 23 de agosto de 2025

“𝐇𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐫𝐫𝐮𝐢𝐧𝐚𝐫 𝐚 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚”



Era el día menos pensado y llegué a casa enojado, necesitaba sacar toda mi rabia, mientras pensaba en esa maldita desgraciada, ¡me había reprobado!, pensaba con coraje mientras me metía a mi habitación.


Mis padres un no llegaban del trabajo pero seguro que me regañarían; estaba solo en mi cuarto y tomé mi celular, buscando el perfil de la maestra, todo para masturbarme con sus fotos como siempre lo hacía.


Mientras suspiraba un orgasmo reventó en todo mi ser sin saber que sucedía, dejándome llevar por la corriente.


Cuando me di cuenta me encontraba en el suelo y mucha gente comenzó a ayudarme, eran algunos chicos de la escuela y me gritaban, ¡Maestra!


Comencé a sentir todo bien raro, mi cuerpo diferente en zonas extrañas donde antes no tenía estas cosas, llevaba una falda y una blusa escotada.


-¡Carajo!, tengo tetas! -grité apretándome cada teta con mis manos embargado de asombro.


Todos me miraban extraños aunque la atención se desvió un poco cuando algunas compañeras hacían lo mismo.


-¿Graciela estás bien? -el maestro Jorge, quien era el maestro de Deportes, se acercó a ayudarme preguntado qué pasaba, pero yo solo dije lo que sabía, notando algo de molestia en su expresión.


-¿Graciela, soy la puta maestra Graciela? -grité con asombro perturbado mientras manoseaba con más fuerza mis tetas, hasta que comencé a mojarme las piernas y sentir cosas bien raras que me hacían sentir bien excitado.


-¿Porque dices esas cosas?, ¡estás actuando muy extraño Graciela!


Él estaba confundido, sin entender lo que pasaba al igual que todos, miraba mis tetas, sentía mi culo apretado con un calzón que marcaba mis nalgas, el cabello molestándome con el viento, apenas podía moverme pero intenté correr hasta el baño, sintiendo como mis tetas rebotaban a cada paso, este cuerpo se sentía bien raro.


Llegué al baño de hombres donde todos estaban como locos, al verme en el espejo no lo podía creer, ¡en verdad era la maestra!


Me arranqué la ropa quedándome solo con el sujetador, ¡sus tetas son enormes!, grité mientras manoseaba mis tetas y todos mis compañeros me veían, los que ponían atención ya que otros estaban perturbados.


-¡Jajaja no puedo creer que tenga sus tetas maestra Graciela! -gritaba con placer mientras todos me miraban.


Poco después todos comenzaron a calmarse, me vestí con lo poco que pude pues dañe la blusa de la maestra, apenas me tapaba las tetas pero había sido grandioso, pensaba, bueno, ya me divertí con el cuerpo de la maestra, ¿Ahora cómo regreso a mi maldito cuerpo?


Pero todos comenzaron a escuchar las noticias, esto había sido un fenómeno y todos habíamos cambiado por culpa del FOSE, afectando solo a los que habían sido víctimas de algún orgasmo o placer sexual.


Mientras escuchábamos esto muchos actuaron apenados, sobre todo las compañeras que tenían dentro a otros chicos de la escuela o personas extrañas y ajenas a sus nuevas vidas.


-¿Qué tipo tan jodida mente asqueroso tienes que ser para masturbarte con Graciela? -me decía el maestro Jorge quien me había ayudado hace rato, con una actitud totalmente molesta, luego de eso se fue indignado.


Entonces pensé, si yo estoy en el cuerpo de la maestra, entonces ella terminó en mi cuerpo, lo que significa que ella despertó con mi pene en sus manos, ¡Jajaja!, me reía con fuerza de solo pensar imaginar con ver su cara llena de espanto.


Pero nadie decía nada de que pudiéramos regresar a nuestros cuerpos, al parecer esto era permanente y no había nada que pudiéramos hacer.


¡Maldita sea, yo no puedo ser una mujer de 40 años!, ¿qué va a pasar con mi maldita vida?


Pensaba después de haber perdido muchos años de juventud y mi masculino cuerpo.


Semanas después todos habíamos acordado sobre llevar nuestras nuevas vidas, yo no estaba de acuerdo, ni siquiera sabía nada de matemáticas y ahora tenía que dar clases, pero al hacer un curso de regularización de matemáticas, me di cuenta de que el cerebro de Graciela tenía buena inteligencia y habilidad para las matemáticas, estaba emocionado de que ahora pudiera entenderle excelente a las matemáticas, entonces podía dar las clases como toda una profesional sin problema.


Era extraño tener que usar prendas de mujer, siendo bastante incómodas de usar, sobre todo el brasier y las tangas, que no dejan de meterse entre mis nalgas y vaya que Graciela tiene un buen culote, no sabía que las mujeres usaran esto todo el tiempo, o será que la Graciela en el fondo era toda una zorrita, será que por eso el maestro Jorge estaba tan encabronado de que un pervertido se robará el cuerpo de su querida Graciela.


Con el tiempo notaba que Jorge se comportaba distante, quizás eran amantes a escondidas o incluso bien pudieran haber planeado una relación más seria.


La cosa es, que Graciela está casada y Graciela y yo preferimos no decirle nada, Graciela estaba muy encabronada por no decir que asqueada de ver como despertó y lo primero que vio fue un pene erecto junto con sus manos bañados de semen.


Mis padres si se enteraron y aceptaron con molestia que ese fuera mi castigo, ya no regresar a mi cuerpo, incluso ingenuos pensaban que con Graciela en mi cuerpo, su tonto hijo mejoraría sus calificaciones, Graciela también parecía confiada, decidiendo aprovechar la oportunidad para comenzar una nueva vida y un futuro diferente, pero ella a diferencia de mi; heredó mi cerebro con menor y diferente capacidad de aprendizaje, por lo que las matemáticas ya no se le daban como cuando tenía su cuerpecito, esto parecía deprimirle, cosa que notaba en cada clase, sumado a que tenía que ver como un pendejo niño se paseaba por la escuela dando clases vestidas como una zorrita.


Yo también encontré la manera de llevar la vida a gusto con mi nuevo cuerpo, lejos de verlo como una desgracia lo vi como una ventaja.


El cabello me molestaba y me lo corté para que ya no me estorbara, algunos me decían que me veía más sexy y otros molestos por arruinar la imagen de la maestra.




Pero a mí no me importaba, este era mi cuerpo y mis reglas, sabía que este cuerpecito podía darme más de lo que me ofrecía; así que decidí comenzar a dar clases privadas en la página roja de internet.



Justo ahora tengo una clase y ya me están esperando 10, 000 alumnos en vivo, ¡Jejeje!, solo me acomodaré un poco las tetas y ¡listo!.





-Kary-

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