𝐋𝐚 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐝𝐚 𝟐

Luis había llamado a un número desconocido, sus amigos le habían dicho que en ese número podría encontrar chicas sexys que te darían sexo con él.

Con engaños, Luis marcó al número que le dieron estando a solas en su casa, y esperando a que una linda chica le contestará para contratar sus servicios, en cambio le contesto una voz muy profunda y extraña.

- ¡Hola, amor Jejeje! -

- ¿Qué es lo que deseasssss....? -

- ¡A ti amor Jeje!, Pero que extraña te oyes, ¿Estás enferma acaso? -

- ¡Un cambio por alma! -

- ¿Cómo que un cambio por alma amor? -

- ¿Qué es lo que deseassssss?

- ¡Pues a ti amor!, ¡Ah, ya, ya entiendo, eres la madrota jajaja, está bien jeje!, pues quiero a una chica bien sexy, dispuesta a todo, una bien rica que sepa bailar el tubo y se vista bien putita, ¿Amor...? -

- ¡Un cambio por almaaaaaaaa...........! -

- ¿Eh, hola......?, ¡Ahhhh mi cabeza, mi corazón ayu...daaa! -

- ¡Si bueno, holaaa...! -

- ¡Amor que haces, deja esas chingaderas, ya te pagué compláceme ya estúpida! -

- ¡Ahhh, ahhhhh mi cabeza, todo me da vueltas ayúdame! -

- ¡Ay perras de mierdas siempre arruinando todo, yo ya te pagué y ahora me cumples, deja ese celular! -

- ¡Ahhh, no sé qué pasó! -

- ¡Ya estuvo bueno cabron, me vas a cumplir porque me cumples! -

- ¡Ah cumplirte de qué!, ¿Espera de qué hablas, que hago aquí, tú quién eres? -

- ¡Déjate de mamadas estúpida, ábrete a la verga! -

- ¡Espera! no se dé qué hablas, ¿Porque me dices así?, ¡Ahhh, que es esto, tengo cositas de mujer! -

- ¡No puede ser! -

- ¡Tengo tetas, mi cabello está largo, me siento todo extrañó!, ¿Pero qué fue lo que pasó?, ¡Mi pene ya no está, tengo puesto unos tacones y no estoy seguro de que tengo debajo! -

- ¡Espera, eres puto, no me digas que tienes una verga ahí abajo! -

- ¡Yo no soy una mujer, yo soy un hombre y...! -

- ¡Ahh, no puede ser, carajo, me traje a un puto travesti, no vuelvo a contratar en ese lugar que asco! -

- ¡No, espera, pero mi pene ya no está, ayúdame me siento raro! -

- ¡Cállate perra, déjame en paz, que asco, me largo de aquí! -

- ¡No puede ser, si tengo una vagina, ahhh, se siente tan raro! -

- ¡Estás jugando conmigo estúpida!, claramente tienes una vagina ahí abajo, ya perdí mucho tiempo contigo, ahora ven estúpida -

- ¡Espera, no, que me vas a hacer, no soy quien tú crees! -

- ¡No me importa quien seas, tienes una vagina por la que pague y me la darás! -

- ¡Espera no, ahhh, la metiste noooo, ahhh, que rico se siente, no puede ser que este diciendo esto, ahhh! -

- ¡Eso es perra, gózalo!, te haré que sientas lo que es ser una mujer si tanto te sientes hombre, verás como no te quedarán ganar de querer ser hombre nunca más -

Luis sin saberlo, había terminado en el cuerpo de Casandra, una prostituta de 27 años quien había contestado la llamada, mientras que el espectro del teléfono los cambio a ambos de cuerpo sin vuelta atrás sellando su destino, Luis se encontró de repente en el cuerpo de Casandra mientras que estaba alistándose para un cliente quien estaba ansioso por cogérsela.

-Kary-

Pidiendo unas tetas por llamada

 

Luego de que varios amigos me contaran sobre esa llamada extraña, yo simplemente no pude detenerme a intentarlo, regrese a casa a encerarme en mi cuarto y comencé a teclear los números malditos en mi teléfono, cuando el sujeto del otro lado del teléfono me contesto, sentía el frío de su ahogada voz recorrer todo mi cuerpo, tan solo le entendía unas cuantas palabras pero eran suficientes para poder expresar lo que quería decir y pedirle a ese gran y extraño ser, pedirle mi fantasía más grande, la cual era ser esa asiática tetona que tanto me excitaba.

Así que simplemente le pedí que me cambiara con Anri Okita y después de hacerlo, sentí como una corriente de electricidad embargaba todo mi cuerpo, de un momento a otro, escuche la dulce voz en japonés de Anri y de la nada mire que estaba en el cuarto de ella en otra perspectiva, podía ver sus grande y suavecitos senos colgando de mi pecho y por supuesto que estaba especialmente desnuda  ese momento, escuche mi voz alterada del otro lado del teléfono y si entendernos mucho colgué luego de escuchar a aquella voz decir “Un cambio por alma”, fue entonces que termine la llamada y comencé a explorar el delicioso cuerpo de Anri, sus magníficas y golosas tetas además de su suave y tierna vaginita que comenzó a calentarme p0r completo, aunque de repente comencé a sentirme atrapado como una mujer sin tomar en cuenta las consecuencias que había tomado al realizar ese deseo, pero después de un rato de pensar en que podría jugar con sus magníficas tetas cuanto yo quisiera, no me arrepentiría de nada.