**Bueno
gente, sé que les deje mucho tiempo esperando. Pero tuve demasiado trabajo.
Espero que disfruten este capítulo. El próximo será el último donde anexare un
pequeño epilogo.
Estoy
trabajando en diferentes ideas para más historias. Todas sus ideas para nuevos
proyectos son bien venidas. También siempre agradeceré el apoyo y los
comentarios y sus sugerencias.**
La suave
luz del sol entraba por la ventana de la habitación en la cual había un par de
prendas en el suelo, por lo demás todo estaba en silencio. La visión de la
misma era tan pacifica que parecía que nada podía perturbarla, hasta el momento
en que, sobre la mesa, los rojos números del reloj digital, cambiaron para
indicar las 7:00 am.
La
tranquilidad fue rota por el burdo sonido de aquella alarma, que pito un par de
veces, cada vez antes de aumentar suavemente su volumen para cumplir su
cometido. Aunque tras solo un par de segundos, fue silenciado por mi mano con
un pequeño golpe que buscaba más acertar al botón de apagado, que por hacerlo
con precisión. Respire de manera profunda, disfrutando el aire limpio entrar en
mis pulmones antes de abrir los ojos lentamente.
Era Miércoles,
es decir, hacía ya tres días, que había salido de aquel juzgado con mi nuevo
cuerpo. Es decir, con mi verdadero cuerpo, hacia una semana que había salido de
la prisión que era la bola de cebo que antes llamaba cuerpo y que había puesto
mi mente en el joven cuerpo de Karina. Me di a la tarea de cerrar los ojos
cinco minutos; no necesitaba seguir durmiendo, después de todo, volvía a ser
joven y tenía una salud fantástica y mi sueño había sido completamente placentero
y reparador; sin embargo, quería darme unos minutos para reparar estos tres
maravillosos días.
El lunes,
cuando esa alarma había sonado me había negado a despertar en el acto, todo lo
que había pasado el día anterior parecía un sueño, un hermoso y fantasioso
sueño, temía abrir los ojos y ver esa asquerosa barriga y los flácidos brazos
que tenía en mi viejo yo. Pero al moverme y despejar el sueño las sensaciones
no eran las que recordaba. Abrir los ojos había sido un obsequio maravilloso,
no solamente por constatar que no había sido un sueño, si no porque, la sola
imagen de despertar y ver un cuerpo tan maravilloso como el que ahora poseía
era un deleite.
Este día no
había sido diferente, mi cama tendría que acostumbrarse a tenerme desnuda en
ella, esta parte se asemejaba más a mis fantasías, pues por las noches mis
manos exploraban nuevas formas de hacerme sentir y hacerme estremecer. Después
de mi primer orgasmo había dedicado algo de mi tiempo a experimentar, y no
había sido apresurada, había descubierto que mi cuerpo era especialmente
sensible si acariciaba primero mis muslos antes de zonas más íntimas. También
me había fascinado descubrir lo que podía hacer soplando sobre mis pezones
húmedos después de jugar un poco con ellos.
Aunque si bien había explorado mucho, no tanto como había deseado.
El día
después del éxito de mi plan había tenido que ir a la casa de mis nuevos padres
para que me consolaran, contarles mi “horrible experiencia, siendo un asqueroso
gordo por unos meses”, Y también en ponerme al corriente de algunos detalles más
sobre mi nueva vida.
La ventaja
es que, podía preguntar que había hecho “ese gordo enfermo”, en mi cuerpo en
los meses que me había robado mi cuerpo. De modo, que mis padres explicaban con
detalle lo tristes que habían estado que tras graduarme tuviera un trabajo tan
mediocre y hubiera reducido mi vida social tanto. Los viejos me parecían
empalagosos, y quizá mantuviera un poco mi distancia, pero no estaba mal
tenerlos para alguna ayuda futura, por supuesto, la mejor parte fue cuando papi
saco la tarjeta de crédito y me llevo al centro comercial.
Jamás había
sido fanático de las compras, después de todo ¿Qué podía comprar siendo un
tendedero en una mierda de tienda? Además, siendo un gordo la ropa que podía comprar
era poca y monótona, pero ahora tenía caderas anchas, cintura torneada y unas
piernas de envidia.
Afortunadamente
mi padre, como cualquier hombre no comprendía para nada la moda femenina, de
modo que no sabía si mi estilo tenia cambios o si me comportaba extraño. Por supuesto,
fue un alivio, porque tampoco veía extraño que tardase tanto tiempo en entender
cómo ponerme algunas prendas o zapatos. Ni que no me decidía del todo cuando
veía alguna talla, sobre todo en lencería o ropa deportiva. Pero me tome mi
tiempo, todo el que pude hasta que las tiendas estuvieron por cerrar, y saliera
radiante con bolsas llenas de nuevo guarda ropa.
Esa noche,
cuando me habían llevado a mi apartamento había fantaseado en usar todo lo que había
comprado, pero era demasiado. Además, caminar me había agotado. Curiosamente no
me había molestado, en lo más mínimo, mi absurdo cuerpo se hubiera cansado tan
solo unos minutos después de empezar, mi nuevo cuerpo había estado horas
caminando y probándose ropa, y solo sentía una suave fatiga en mis piernas. A
las cuales consentí con un masaje usando crema. El tacto era maravilloso, y descubrí
que me gustaba relajarme y consentirme de esa manera.
Había
pasado prácticamente una hora en mi cama recordando mi estancia en el centro
comercial, no solo por lo que había comprado, si no por cómo me había tratado
la gente. No era el gordo asqueroso del que se apartaban cuando pasaba. No
había gestos de desagrado por verme o que rehuían de mi dado que podían incluso
oler sudor.
No, había
sido totalmente diferente, me veían con deseo, podía encontrar hombres seguir
el contoneo de mis caderas, tener su vista fija en mis piernas y también en
algunos ayudantes de tiendas tratando de disimular el poner su vista en mi
escote. Descubrí que ciertamente, todo era importante con la imagen. Si
encontraba que la mirada era de un viejo o un gordo sentía repulsión hacia
ello, pero si por el contrario, era de algún chico joven o que pudiera verse
atractivo, yo misma buscaba hacer movimientos provocadores para que su atención
no se despegara de mi.
Había
dedicado mucho a esta reflexión, y es que no lo había pensado hasta este
momento. ¿Quería tener sexo con algún hombre? ¿Los encontraba atractivos? En
mis fantasías antes de obtener mi nuevo cuerpo, pensaba que después de que mis
perversiones degradaran mi cuerpo, o que
ya no me satisficieran, me volvería adicta a la actividad sexual con otro
hombre, dejándome llevar por mis “instintos femeninos”. Sin embargo, por ahora
solo me gustaba su atención, la idea de un pene entrando en mí no conseguía
hacerse agradable. Aun si trataba de vincularla al placer de sentirlo aún no
lograba que fuera totalmente de mi agrado.
Tampoco
veía en el género masculino rasgos que me hicieran distraerme del todo, o que
provocasen reacciones de notar en mí. Esa noche, antes de que mis manos
empezaran a explorar un poco más mi anatomía, había sonreído antes de hablar.
-Parece que
mi mente domina bien este cuerpo~
Abrí los ojos
nuevamente, el día anterior no había sido demasiado especial, había mirado cada
rincón de mi departamento, también había guardado mi nueva ropa, con lo cual
había tardado mucho, pues me había tomado el tiempo de probarme cada conjunto y
modelarlo delante de aquel espejo antes de guardarlo.
Así pues,
me había levantado convenciéndome de que jamás extrañaría el torpe ritual de moverme
poco apoco para mover esa antigua mole en la que estaba.
-Hola
amores~ - salude mirando hacia abajo mis dos perfectos senos, que después de mi
jugueteo de la noche anterior, estaban descubiertos.
El día
anterior había decidido a que hoy empezaría mi nueva rutina, para empezar, Salí
de la cama para ponerme un top amarillo y un pantalón cómodo, Me estire un poco
para mirarme en el espejo, retorciendo un poco los labios. Hasta ahora no lo
había pensado, pero mi cabello, no lo había cepillado en estos dos días, y se veían
algunos cabellos rebeldes, no iba a descuidarlo, así que apuntaría el ir a la
estética después para que me dejaran preciosa.
Baje a la
cocina, era momento de desayunar, si bien el día que pase con mis padres
comimos en un restaurante y el día de ayer simplemente había ordenado una pizza
8La cual por cierto seguía sobre la mesa casi entera), me descubrí que no podía
comer ni cerca lo que antes, era normal, antes mi estómago era una maza que pedía
engullir seguido, ahora tenía un estomago sano y más pequeño.
-Bueno… no
pienso volver a ser una bola de grasa – me dije estricta, después de sufrir eso
y ahora tener este cuerpo, no pensaba caer en mis malos hábitos alimenticios,
de modo que lo primero que hice fue tomar aquella piza, de la cual quedaban 6
de sus 8 rebanadas y tirarla sin más al bote de la basura. Abrí el
refrigerador, para encontrar frutos secos, yogurt, había leche de soya, y
cereal en la alacena. Para mí, eran cosas secas, sin sabor en absoluto, pero
¿Qué importaba?, el comer no se comparaba al dulce placer de verme en el
espejo.
Me serví
cereal, con frutos secos, leche de soya y un pequeño vaso de Yogurt… ¿eso
debería estar bien no? Respire hondo antes de dar el primer bocado, antes de
abrirlos con sorpresa… era… era tan diferente.
¿Serian mis
nuevos gustos?, no, no, a medida que masticaba quería concentrarme. Antes, mordía,
mascaba un par de veces y engullía, como un animal desesperado. Comer grasas y
azucares podría bien haber arruinado por completo mi gusto. Además, el exceso
de grasa me provocaba agruras y gases los cuales no me importaban con tal de
darme el gusto de la gula.
Sin
embargo, mi mandíbula estaba trabajando perfectamente, sentía lo crujiente del
cereal crujir suavemente entre mis dientes, perfectamente cuidados. Sentía ese
suave pero rico sabor del cereal, y también podía sentir la dulzura de la leche
de soya, la tenue acidez de los frutos secos, su textura y el azúcar.
Era
maravilloso, un plato de cereal sano que antes me hubiera decepcionado era tan
delicioso. Mi nuevo cuerpo estaba hecho para ser una chica Fitness. Además, la
sensación era tan agradable, que me tomaba el tiempo de masticar, saborear y
tragar. Cuando pasé por el Yogurt, lo convertí casi en un deleite sexual pues
la textura del Yogurt hacia maravillas en mi lengua y pasaba mi lengüita por la
cuchara lamiendo el cremoso producto. A veces sacaba mi lengua y pasaba la
cuchara fría con el yogurt dejando que este pasara por mi garganta tras
saborearlo.
-Hora... de
ordenar mi nueva vida – Die sintiéndome satisfecha, no solo en la cuestión
alimenticia, si no también, de algún modo, en el sentido moral y de orgullo. No
era ese perdedor que engullía papas y soda para el desayuno, había tomado un desayuno
saludable, lo había disfrutado y seguiría así. Con esa nueva confianza, subí de
nuevo a mi habitación para ponerme uno de mis nuevos conjuntos. No tarde
demasiado, a pesar de que originalmente este cuerpo no era mío, parecía que
siempre había estado pensado para mí, pues fueran sus modos o no, dominaba muy
bien mis manos y la forma en que debía ponerme algunas prendas, quizá mi
intensa practica de los pasados días. Inclusive podía usar tacones sin
problema.
Había
temido caerme y tropezar, pero dado que había ido despacio para ver las tiendas
y que estaba en excelente forma y tenía una memoria muscular, mis movimientos
habían sido más naturales y no se habían visto orzados. Me coloque una hermosa
blusa blanca que tenía un escote que dejaba ver muy bien mis pechos, y ahora venía
mi toque persona, pues acomode de manera precaria un par de medias de color
blanco en mis largas piernas antes de Poner una falda recta de color Negra que
me quedaba entallada. Al voltearme me aseguré de que mis glúteos se marcaran de
manera notoria cuando los movía, sonreí satisfecha antes de pasar un cepillo
por mi cabello. Amaba llevarlo suelto, además que era tan hermoso que no
necesitaba demasiado, aunque iría al salón de belleza más tarde.
Lo acomode
un poco antes de ponerme un par de tacones de color Negro y tomar la bolsa con
todas mis pertenencias. Sería mi primer día independiente. Al abrir mi puerta y
cerrarla tras de mí, era totalmente diferente. Antes me sentía encogido, quería
salir a hacer lo que tenía que hacer y volver lo más rápido posible, pero ahora
me sentía confiada, empoderada, yo era la reina de este mundo. Y con esa
confianza, comencé a caminar, haciendo sonar mis tacones y moviendo mis caderas
al hacerlo, con el mentón arriba y la frente en alto desbordando una confianza
que solo podría ser producto de mi maravilloso nuevo yo.
Al llegar a
mi auto subí a él, sintiendo que tenía un gran control, era algo
indescriptible, sentía que de alguna manera podía hacerlo todo, si deseaba
hacerlo haría lo que yo si quisiera y nadie me diría que no. Apreté el volante,
era la primera vez que tenía auto propio, pero, algo se había despertado dentro
de mí.
-Tendré uno
mejor – sonreí mientras ajustaba el retrovisor dándome un segundo para ver mi
rostro esbozar una sonrisa maliciosa. Esa imagen, que no había visto antes
logro hacer que mordiera suavemente mi labio – No me queda mal… ser una chica
mala – sentencie a mi reflejo antes de ir a mi primer objetivo.
Conducir
por las calles era una experiencia placentera, si bien el auto era muy
autóctono, cuando miraban quien lo conducía dirigían un vistazo para capturar
lo que pudieran en sus memorias de mi belleza. Cuando llegue a aquellas
oficinas, estacione enfrente, bajando con una gran dignidad, y camine con tal
firmeza que podrían pensar que era dueña de la empresa si hubiera llegado en un
auto más lujoso. Mi confianza desbordaba y eso era despampanante.
Por mi
vista periférica vi a algunas personas que eran mis compañeros de trabajo,
conocidos. No me importaban, a partir de hoy, no estaban en mis planes de vida.
Camine directamente hasta la oficina de recursos humanos para poner mi renuncia
en ese momento. El personal si bien quería pedirme una explicación dado que
renunciaba de manera imprevista se llevarían una gran sorpresa cuando arrogante
hable con el mentón arriba.
-Contrataron
a un gordo mediocre, yo, soy Ingeniera en sistemas… estúpidos – hable
arrogante. Oh si, nadie ahí sabia sobre el caso, Karina se lo había guardado en
su mayoría, y el caso era discreto, así que no entendían – hace meses un
perdedor intento robarme mi cuerpo, y consiguió trabajo aquí... pero ahora… yo
puedo conseguir algo mejor… vendré por mi pago la próxima semana – dije dándome
media vuelta para salir de ahí con la misma altanería, porte y sensualidad con
la que había entrado.
Oh si,
podía sentir a las mujeres odiarme, y a los hombres babear mientras miraban mis
piernas, mis caderas, mis gemelas marcarse sobre mi falda y mis nenas menearse
en mi escote. Sentí aun regocijo al degradar a la antigua Karina, que había
desperdiciado, no, había estado desperdiciando todas sus oportunidades, y yo,
había llegado a dirigir este cuerpo hacia la vida que se merecía, que me merecía.
Después de
eso, lo segundo, había sido ir al banco, era un proceso más modesto, pero
necesario. Después del juicio me habían dado una documentación, en la que se
autorizaba de manera prioritaria que cambiase todos mis datos de banca,
contraseñas y Nip, esto por seguridad para que el ladrón que había usado mi
cuerpo no pudiera dar ninguna información mía. De modo que había pedido hablar
con el encargado del banco para darle el documento y tras unos minutos se me
había atendido en privado.
Eso era
parte de mi plan, pues había pasado directamente a la oficina del encargado,
además de que por la documentación sabría por qué habría ido, pues era una
documentación que se daba por un solo motivo y expedida por un juez. El
encargado era un hombre cercano a los 50 años, podría haber sido un buen mozo,
pero la edad ya le ganaba la partida, dándole más robustez de la que debería,
sin embargo, eso no detendría mi plan.
-Ahora,
firme aquí y aquí señorita- indico señalándome las ultimas firmas que debía de
colocar en la documentación. Firmas que había tenido que practicar varias veces
antes de poder hacerla con fluidez. – hay algo más en lo que le pueda ayudar? –
pregunto, y ahora había hecho lo que quería.
-P-pues si
– dije moviendo suavemente mis hombros provocando un pequeño temblor en mis
pechos – vera… bueno, usted sabe porque vine, lo que me paso – dije con una voz
suave y afligida, había aprendido que mis pequeños dotes de actuación se multiplicaban
con mi nuevo cuerpo, el encanto y estupor que provocaba era mucho mayor.
No
necesitaba tener expresiones perfectas, solo menear suavemente mis encantos.
Pase mi mano por mi cabello acomodándolo detrás para dejar a la vista mi cuelo
y girando la silla para que mis hermosas piernas quedasen a la vista.
-Yo...
necesito rehacer mi vida, y quería saber si usted tenia puestos de trabajo
vacantes – dije justo cuando el apreciaba mis torneados muslos…
Me sentía
tan poderosa, era como jugar con un perrito que quería un premio, pero
necesitaba que hiciera sus trucos antes de dársela. Por supuesto, mi cuerpo no
era un premio que le daría a nadie. Conforme ese idiota me comía con los ojos,
la conversación fluía hacia mi experiencia laboral, y también mis capacidades.
Por supuesto, la tonta Karina no tenía capacidades reales, pero si un título
que yo con mis capacidades podía aprovechar, y tras mostrarle una copia de mi título,
él dijo que le diera unos minutos para ver si el puesto de “encargado de
sistemas”, estaba vacante.
Sabia la
respuesta al ver cómo mientras estaba en el teléfono, el bufón pensaba que no
le miraba mirar mi cuello, mis pechos o mis piernas, las cuales movía
suavemente como un gesto distraído pero que era un arma de sensualidad. Tras
diez minutos me dijo que el puesto estaba libre, y que podría presentarme a una
entrevista más al día siguiente para poder empezar en la sucursal. Me hablo
sobre el puesto, y sonreí al escuchar el sueldo, era jugoso, más del doble de
lo que la tonta de Karina obtenía como secretaria, por supuesto, mis planes
eran el tener la vida que mi cuerpo merecía.
Agradecí a
aquel hombre antes de tomar mis cosas y salir de ahí. A pesar de que me producía
cierto asco, debía agradecerle, una debía ser agradecida con quienes le
ayudaban. De modo que torpemente deje caer mi bolsa al suelo antes de
inclinarme de manera pronunciada para dejarle ver directamente mi formado culo.
Levante la misma con lentitud antes de colgarla sobre mi hombro.
-Muchas gracias,
disculpé – me despedí conteniendo la risa al ver el bulto que se había formado
en su pantalón. Bueno…. No podía decir que no le había ido bien.
Ya había
cambiado mi empleo, ahora tenía que seguir con mi rutina, claro que, también
estaba la vida social de Karina, aun no sabía si yo quería ser tan
extrovertida, pero… ¿Por qué no probar? Empezaría un buen empleo y ganaría más
dinero, seria exitosa y tendría más tiempo, así que no haría daño el saber que era salir con
amigos, pero eso para después.
De nuevo en
el auto puse camino al gimnasio, la bolsa en el asiento trasero llevaba mi ropa
para el mismo.
Llegue para
pagar nuevamente la inscripción y un par de meses por adelantado, mi cuerpo era
hermoso, pero la estúpida propietaria anterior lo había descuidado un poco los
últimos meses. Y eso no iba a permitirlo.
Tome la
bolsa para ir a los vestidores a cambiarme.
Había comprado
un hermoso conjunto de top y leggins que se ajustaban muy bien a mi hermosa
figura, por lo cual Salí de nuevo para ver cómo debía empezar. Sin embargo, aunque
quería cuidarme, no tenía idea de cómo hacerlo, no había hecho nunca el intento
en mi viejo cuerpo para estar en forma, así que había pedido un instructor. Me habían
dicho que estaría conmigo al salir. Aunque la verdad, es que mi sorpresa fue
inmensa al ver que era una chica. Una chica preciosa, su cuerpo estaba
tonificado, y suavemente bronceado. Si no fuera yo, le tendría envidia, pero quizá
por primera vez mi arraigo femenino me obligo a comparar el tamaño de nuestras
caderas y nuestras gemelas. Ella tenía un poco más de cintura, pero me apunte
un triunfo al ver que mis nenas eran más grandes.
Ella se presentó
como Raquel, una instructora del gimnasio, parecía extrañada del modo en que yo
la miraba. Por lo que aclare mi garganta, diciéndole que quería ejercitarme y
tener un plan de entrenamiento.
Si bien fue
difícil hacerle creer que yo nunca había estado en el gimnasio y que mi figura
era resultado solo de correr por las mañanas y cosas así, acepto hacerme un
plan después de que con algo de pena explicaba mis objetivos, como el tener glúteos
más firmes o definir un poco más mi abdomen, así como trabajar un poco mi
pecho.
Conforme
ella me marcaba la rutina, notaba dos cosas. La primera, que por primera vez
estaba conversando con una mujer tan hermosa como Raquel. Siendo un gordo no tenía
citas ni muchas mujeres que quisieran entablar una conversación conmigo, pero
era inusualmente fácil. Ella era muy comunicativa, y me termino contando que
era un año menor que yo y que estaba en el último semestre de la facultad para graduarse
como licenciada en economía.
Con cierta ironía
pensé, que, de haberla conocido un año antes y con la facilidad que ella me
contaba todo, hubiera cambiado de cuerpo con ella.
L asegunda
cosa que note, fue la forma en que mi cuerpo llevaba a cabo los ejercicios,
nunca los había hecho, y podía sentir el corazón agitarse, así como el
cansancio, pero no era un cansancio que me desesperara o un sudor que me
asqueara, de hecho, lo sentía… genial, me sentía sensual y hermosa incluso con
el sudor bajando por mi cuello hacia mi abdomen, donde se perdía, en unos meses
estaría perfecto.
Cuando
terminamos la rutina, Raquel me acompaño a los vestidores, lejos del ejercicio,
no podía dejar de mirarla, sus formas, sus caderas. Hasta que había cambiado de
cuerpo con Karina, nunca había tenido a una mujer así tan cerca. Y descubrí,
que mi mente aun podía ordenarle a este cuerpo el que debía encontrar atractivo
y estimulante.
En los
vestidores me detuve a mitad de vestirme, pues reparé en que Raquel también se
estaba vistiendo, tenía pechos perfectos, casi como los míos, cuando se puso la
ropa interior y el bra, con algo de pena le dije si nos podía toma runa selfie.
Mi corazón casi salta cuando dijo que sí. Bueno, yo también era una hermosa y
sexy mujer, no había problema.
Mi celular
capto nuestra belleza, pero mi mano sobre la cintura de Raquel. Por alguna razón
no la solté, incluso cuando ella hizo ademan de separarse.
-Eh… Karina…
- me llamo pensando quizá en que me había perdido pensando en algo
-Lo siento…
- susurre – es que... tienes un cuerpo muy bonito – dije sin pensar y cayendo
en que la había cagado, sin embargo, ella respondió de una forma en que no le respondería
a un hombre, si no a mi nuevo yo, una mujer hermosa.
-G-gracias,
t también tienes un cuerpo muy tonificado, casi no hace falta que vengas al
gimnasio… estas bien como estas – dijo con una risa nerviosa.
-¿Tú crees?
– respondí…. De repente, la sensación de poder y confianza había regresado, que
ella me recordara quien era y el cuerpo en el que estaba me doto de esa
confianza de nuevo - ¿y te gusta? – pregunte tomando sus caderas con ambas
manos. Raquel parecía un poco asustada y nerviosa.
-K-Karina,
esto… yo no hago esto…- dijo poniendo sus manos sobre mis hombros.
-¿Hacer qué?
– pregunte sintiéndome maliciosa al sentir que la intimidaba.. si, tenía el
control, ella gritaría si fuera ese gordo asqueroso, pero ahora estaba nerviosa
e indecisa – Dijiste que tengo bonito cuerpo… ¿no te gusta?
-P-Pues sí..
pero… no de esta manera – susurro bajando la mirada, pero solo encontraría mis
firmes pechos.
-Pero si no
dejaste de verme cuando hacia ejercicio – dije haciéndola balbucear... era la
primera vez que tenía a tan hermosa criatura cerca de mí, peor la confianza que
me daba mi nuevo cuerpo me dejaba ser una fiera y no un tonto nervioso de que
ella gritara. Me arriesgue, acariciando su cadera hacia su cintura, sentí su
cuerpo estremecerse y erizarse – tienes una piel muy bonita – susurre sintiendo
mi corazón latir y bajo mi sostén mis pezones raspaban de una suave manera indicándome
que empezaban a ponerse ligeramente duros.
Lo
siguiente fue muy rápido, demasiado como para haberlo planeado o hecho
pensando. Raquel había hecho un pequeño intento de escape, pero no selo permití,
poniéndola en contra de los casilleros acorralándola contra estos poniendo mis
manos a los lados. Ella alzo sus brazos en reacción para protegerse de alguna agresión.
Pero no fue tal. Todo fue en una fracción de segundo, el impedirle irse, el
acorralarla, el tenerla así.
Me incline
sobre ella para hacer lo que mi mente deseaba y mi cuerpo empezaba a aceptar:
besarla. Ella no reacciono al principio, dejándome disfrutar, jugar con ella.,
sus labios eran suaves, pequeños, era como pasar la lengua sobre los míos, pero
el saber que eran de esa hermosa niña me hicieron sentir un placer y excitación
diferentes. Las manos de Raquel por fin se movieron, haciendo un suave e
ineficiente empujón en mis hombros tratando de apartarme antes de cerrarse
alrededor de mi cuello en un abrazo.
Su boca empezó
a moverse, a corresponder. Era patético, pero este era mi primer beso, y lo
estaba dando desde mi cuerpo de ensueño a una niña tan hermosa como podría haber
soñado.
Su lengüita
se movía, de manera tímida, dejando que la mía entrara en su boca, que jugara
con ella y me embriagara de su sabor. Los casilleros estaban en silencio, no había
pensado en que alguien podría vernos, pero afortunadamente no había nadie más ahí.
El silencio se rompía solo por nuestros labios jugando, y nuestras lenguas
chasqueando suavemente entre la saliva que fluía entre ambas.
En un
punto, me separe de ella, se veía preciosa, yo sentía el calor recorrer mi
rostro y mi cuerpo, quería seguir jugando, quería seguir besándola, y quería seguir
tocando más ese cuerpo y esa experiencia. ¡era mi primer beso y el más sensual
de todos! Raquel me miraba sonrojada, agitada y sorprendida, y fue la primera
en hablar.
-Aquí no…
Fue lo único
que dijo, pero de algún modo, habíamos conectado, nuestras miradas se habían entendido
perfectamente, sin mencionar nada más. Asentí suavemente antes de voltearme y
vestirme con más torpeza y prisa de lo que había hecho nunca. Había terminado
solo poniéndome la falda, la blusa y las deportivas, y Raquel había hecho algo
similar. Habíamos bajado con prisa a mi auto. Por un segundo sentía que llegaríamos
más rápido corriendo, pues vivía solo a unas calles. Pero logre subir a mi
auto, con ella en el asiento del copiloto antes de poner la llave y conducir
hacia mi departamento.
El par de
minutos se me hacía eterno, y yo podía sentir como la calentura bajaba poco
apoco, temía que Raquel se arrepintiera, por lo que aparque de manera rápida antes
de bajar y abrir la puerta. Cuando subíamos a mi departamento podía notar, que
la impresión y la calentura en ella también habían bajado. Sin embargo, llego
hasta mi departamento, abrí la puerta y tome su mano para hacerla pasar.
Ella parecía
un poco incomoda o indecisa, si era brusca probablemente no tendría otra
oportunidad. Mi inexperiencia me jugaba en contra, pero... por otro lado, ¿no
era yo ahora una hermosa mujer que tendría un empleo exitoso? La tome de los
hombros para que se sentara, ella me miraba indecisa, Esta vez era mejor, ser más
suave. Me senté a un lado de ella sobre
el sofá, acomodando su cabello para ver su rostro, lo que ella interpreto como
un gesto lindo y una pequeña caricia.
Me acerqué,
un poco titubeante al principio, pero volví a juntar mis labios con los de
ella. No era la sensación embriagadora que recordaba, en lugar de eso, empezó a
ser un beso suave, este hubiera sido un mejor primer beso, suave, llevadero.
Mis labios
eran suaves y dulces, y los de Raquel eran parecidos, ahora que ella no estaba
acorralada, y yo no era tan agresiva, el juego era más lento, pero más fluido,
esta vez deje que ella usara su lengüita en mi boca, deje que ella jugara, y después
ella me dejo practicar, mi nuevo cuerpo me sorprendía con nuevas sensaciones increíbles.
La lengüita
de Raquel estaba atrapada entre mis labios, la chupaba como si fuera una
paleta, una deliciosa paleta. Deje mi lengua afuera para que ella me la
mordiera suavemente. Mi cuerpo se estremeció, era increíble lo que podía lograr
con un solo beso si se hacía de la manera adecuada.
Ella fue la
primera en retomar las cosas, sus manos levantaron mi blusa que salió fácilmente
mientras yo la despojaba de la chaqueta que usaba. Decidí cerrar los ojos para
disfrutar por completo las sensaciones, ella había empezado a acariciar mis
hombros, y después mis brazos, mi piel era fantástica, sus manos eran pequeñas y
suaves, me tocaba de forma y con caricias que yo no podía hacerme a mí misma, y
mi cuerpo estaba deseando más.
Fue mi
turno de quitar su blusa, dejando al descubierto esos senos perfectos cubiertos
por la lencería color amarillo que ella llevaba. La contemple un momento antes
de llevar mis manos a ellos. Por un momento recordé como manoseaba alas sexo
servidoras que contrataba, me causaba repulsión, actuaba como un cerdo sin
control, pero ahora, mis manos tomaron esas esferas de carne en un suave
masaje, las exploraron, ganándome de premio un jadeo de Raquel, esta vez, sabía
que no lo fingía, ella de verdad disfrutaba mis caricias. Sentía sus pezones
sobre la tela. Y me incline para besar de manera tímida al principio sobre
ellos, antes de hacer más, apretarlos con suavidad mientras mordía, y ella me
dejaba ser.
Podía
sentir su aroma conforme mordía y daba un suave chupetón sobre su cuello y
llegaba de nuevo a sus labios. Fue su turno, quizá yo estaba más ansiosa,
porque al primer estimulo de sus manos en mis pechos gemí de manera linda, me
recordaba mi primer gemido, algo tímido, pero sensual y ligero. Mientras ella
exploraba las delicias que yo le había quitado a Karina mis manos acariciaron
ese hermoso cabello que Raquel poseía, a diferencia de mi ella retiro mi sostén
para tomar mis pezones, que duros me hicieron gemir cuando ella los mordió y
succiono de forma suave. Mis gemidos iban al compás que su lengua marcaba en
ellos.
Conforme subía
la intensidad de sus caricias, también lo hacíamos nosotras, nos levantábamos del
sofá, y ella me dejaba conducirla hasta el santuario de mi placer, la cama que
me había tenido explorándome las pasadas noches me tendría ahora con otra
mujer.
Mi falda cayó
al suelo y también el short de Raquel, y el interruptor se activó, sus caricias
fueron más intensas... las mías también, mis besos retomaron el impulso del
gimnasio, esa fiereza que había sentido, este ímpetu e impulso, me sentía como
una tigresa que quería devorar algo delicioso, pero que mi presa, peleaba por devorarme
a mí. Pero si yo la devoraba o ella a mí, no alteraba de que era delicioso.
No tenía
idea de si Raquel era virgen, lo dudaba, porque ella parecía tener más
experiencia porque termine bajo de ella mientras sus manos entraron sobre mi
tanga, apartándola y usando sus dedos.
Mi gemido
se ahogó en la boca de mi ahora amante, al sentir sus pequeños dedos moverse, había
bien que si los movía de ciertas formas me volvería loca, pero no le daría pistas,
En lugar de eso provoque que mis dedos buscaran el placer de entrar dentro de
ella.
La sensación
cálida me era familiar, pero podía, por mis pasadas exploraciones, entender que
el interior de Raquel era diferente al mío, Explore, fui más delicada y curiosa
que ella que se movía con ímpetu, busque aquel punto sensible en ella, logre
hacerla gemir, gemía de forma delicada y ansiosa, si tuviera que compararla,
ella era como una felina que trataba de no verse indefensa.
Mis caderas
se movían, mis dedos, mis labios, el conjunto de placer y sensaciones era
indescriptibles. Me estremecía al pensar, que hacia un minuto estaba segura de
haber tenido un orgasmo, pero mi cuerpo se negaba a detenerse, y Raquel tampoco
se detenía. Me separe de ella un momento, necesitaba aire, quería más de ella,
pero necesitaba respirar. Y mi entrenadora aprovecho para acomodarse en mi
parte baja.
Sabía lo
que iba a hacer, pero no estaba preparada, cerré los ojos dando un profundo
gemido al sentir esa lengüita húmeda jugar y explorar sobre mi vagina. Mordí la
almohada, era delicioso, ella me estaba haciendo un oral, no podía más, sentía como
mi cuerpo se embriagaba, como si no tuviera la capacidad de pensar o razonar.
Solo entendía que esto era mil veces mejor que tocarme yo misma.
Raquel siguió
con aquello un poco mas, antes de dejarme a mi tomar la iniciativa. Lo que iba
a hacer solo lo había visto en pornografía, y películas, pero ahora quería hacerlo.
Era mi turno de hacerla llegar al clímax más alto.
Le deje
boca arriba acomodándome sobre ella y entre sus piernas para acomodar mis
caderas y empujar suavemente hasta lograr que mi vagina se frotase directamente
sobre la de ella. ¡Oh dios era increíble!
Sentía la humedad que escurría suavemente de mi entre pierna mezclarse con la
de ella.
Mi pareja
sexual gimió de forma intensa, pero yo estaba empezando, iba a hacer que mis
caderas bailaran hasta que se encendieran, y con esa idea movía de adelante
hacia atrás, de atrás hacia adelante con un ritmo intenso sujetando la cintura
de Raquel que pronunciaba mi nombre enloquecida. Eso me excitaba…
-Si… dime
que te gusta... di mi nombre….
¡Karina!,
sonaba una y otra vez en mi habitación. Si, esa era yo, era mi nombre, era el
nombre de este cuerpo. Yo era Karina y este era el tipo de placeres que deseaba
disfrutar siempre que pudiera, era la vida que merecía y disfrutaría.
La noche trascurrió
con mi nombre resonando en mi habitación, y con gemidos saliendo de ambas
bocas. Nunca, había sentido nada así, tocarme, ya no parecía tan placentero después
de esto. Y esa noche, después de que Raquel se quedase dormida tras haber
perdido la cuenta de las veces que pensaba que la había hecho venirse, mis ojos
se cerraron, y esa era, la noche más placentera y el sueño más delicioso que había
tenido en mi vida.
Por cuarta
vez, el despertador sonó al marcar las 7:00 am en punto. Mi mano lo apago
sonriendo al recordar la noche anterior, después de todo, la alarma también había
hecho despertar a Raquel que me miraba un poco asustada al ahora, con su mente fría
después de saciar el calor de su cuerpo.
-Buenos días
dormilona - salude antes de mirarla ponerse
de pie y recoger su ropa de manera un poco apresurada y balbuceando algo sobre
que “no debía haberlo hecho”. No intente detenerla, estaba muy ocupada
recordando lo bien que la habíamos pasado. Ella salió de la habitación con un
simple “Karina, de verdad perdóname” – No hay nada que perdonar corazón… tu no
lo sabes, pero esto va a pasar seguido~-… te lo prometo. – había descubierto un
nuevo placer, y no iba a renunciar a él… mi cuerpo, era cada vez mejor.
Me encanta como escribes espero tu siguiente historia con ansias y tengo tres sugerencias la primera una abogada exitosa de 30 pero sin pareja cumple años el 7 de abril el mismo día que su abuela una señora de 75 años al soplar las velas cada una pidio su deseo la nieta que su abuela viviera una vida feliz con lo que le resta de su vida y la abuela deseo alludar a su nieta a encontrar al hombre de su vida
ResponderBorrarTe agradezco mucho las ideas!. Las tendre todas en consideracion
BorrarLa segunda es que una lesbiana de 28 gerente de un hotel lujoso y su amigo gey dueño de una tienda de ropa para caballeros tienen el mismo problema están enamorados de personas etero ella de mejor amiga y vecina y el de unos de sus empleados pero jamas les arian caso y otan por intercambio de cuerpos
ResponderBorrarLa tercera un piloto de aviones casado y con dos hijos tiene una amante un día ellas discuten y un estraño decide intercambiar sus cuerpos para su diversión espero que elijas una
ResponderBorrarMuy buena! Me gusta la tercera historia que propone Oswaldo
ResponderBorrarGracias por tu opinión
BorrarMuy buen capitulo esperaba con ansias ya quiero ver el próximo capítulo
ResponderBorrarMe encanto este capítulo por favor no la dejes otra vez
ResponderBorrarFue este un capítulo muy excitante, espero con ansias la continuación
ResponderBorrarExcelente capítulo cuando publicaras el siguiente???
ResponderBorrarFue una muy buena historia me encantó
ResponderBorrarHaz visto la serie transferts/transeridos/transferencias de netNetf? Si no lo hiciste te la recomiendo y podrías hacer algo similar
Sucede en un mundo donde es posible pasar tu mente a otro cuerpo pero cuando lo haces la otra persona deja de existir por lo que solo se permite en casos de emergencia y para curar enfermedades, los cuerpos ahí son como donar un organo y soos se hace si el del cuerpo original tiene muerte cerebral o algo asi
Pero claro al existir esto surgen mercados clandestinos de gente que secuestra y vende cuerpos para hacer las transferencias
No diré más por si alguien no la vio pero de nuevo es una serie que recomiendo mucho y en cierta forma está historia me la recordoun poco
Me has dado una gran idea para una proxima historia!
BorrarAh de nada entonces es bueno saber que te sirvió de algo
BorrarPor cierto me acabo de dar cuenta puse net no se qué que en lugar de Netflix error mio
La historia ha sido de las mejores creo que la estas llevando por un rumbo sexy, me encanta manipulen asi el cuerpo de las víctimas sigue por favor
ResponderBorrarTe agradezco tu comentario, el proximo capitulo es el cierre
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