lunes, 15 de septiembre de 2025

“𝐋𝐚 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐫𝐨 𝐑𝐨𝐬𝐚”


Andrés estaba en casa de su abuela ayudándole a limpiar y tirar cosas viejas, cuando encontró un pequeño baúl, al abrirlo esperando encontrar algún tesoro, solo se encontró con un traje de charro color rosa, imaginando que era de su abuela, parecía bastante bien cuidado y sin verse sucio o maltratado.


Subió a ver a su abuela a su habitación quien, curioso y anodadado, decidió preguntarle por el traje.


La abuela de Andrés solo se rio y le dijo que solo era un traje viejo que le traía muchos recuerdos, con nostalgia, lo tomó y a pesar de la diferencia de sexos entre la prenda y el chico, esta se lo obsequio.


-¡Pero abuela como crees…, este traje es para una chica…! -dijo Andrés apenado.


-¡Pues entonces dáselo a una chica cariño…! -respondió la abuela con un juego de palabras.


Andrés regresó más tarde a casa con el traje envuelto, no quería que sus padres lo vieran entrar con un traje femenino y sobre todo tan caro, pensarían que se lo robó a su abuela o algo peor.


Cuando se encontró seguro en su habitación, sacó el traje de su abuela y se quedó atónito con solo mirarlo, era como si la tela y los detalles del traje llamaran completamente su atención, no espero mucho y emocionado comenzó a cambiarse el traje, sintiendo a suavidad y el detalle de la tela con sus manos, sonriendo mientras miraba como le lucía el traje puesto, como si fuera un traje exacto a la medida.



Luego de estarse admirando frente al espejo, Andrés sintió como una corriente eléctrica atravesaba su cuerpo, de repente sus ojos comenzaron a brillar como si estuviera poseído por un demonio, su cuerpo se quedó paralizado mientras miraba como poco a poco comenzaba a convertirse en una mujer muy hermosa.




De repente, una extraña voz comenzó a sonar en su cabeza.


-¡Andrés!, así que te has puesto el traje de tu abuela, o querré decir, el traje que alguna vez usó Carlos y ahora es Carla, tú abuela, hace muchos años Carlos se probó este traje, intrigado por cómo se veía, pero al igual que tú, fueron convertidos en una hermosa chica.




-¿Quién eres y porque me estás haciendo esto? -Andrés le decía perturbado a la voz macabra femenina.


-¡Yo no estoy haciendo nada!, esta es la maldición del traje del Charro Rosa y ahora tendrás que pasar la fiesta mexicana, dar el grito por la independencia y quitarte el traje antes de la media noche si no quieres quedarte como una chica para siempre.




La voz desapareció de su cabeza y con ello la parálisis cedió mirando Andrés como se había convertido en una hermosa niña mexicana, Andrés estaba aterrado pero a la vez muy excitado al ver como era una hermosa chica, pero no solo su cuerpo parecía haber cambiado, sino con todo su entorno también, había cosas de chica, maquillaje, ropa íntima femenina, entre otras cosas familiares pero relevadas a su nuevo género.





-¡Bueno esto no puede ser tan malo, estoy hermosa! -Andrés suspiraba como si estuviera enamorado de su propia imagen, sin duda era una mujer hermosa.






Andrés comenzó a prepararse para la fiesta, se peinó con unas peculiares trenzas las cuales no se le dificultaron mucho hacerlas.



Tomó la paleta de maquillaje que había en su cómoda y poco a poco comenzó a maquillarse sin problema alguno, como si ya tuviera experiencia en hacerlo.



-¡No cabe duda de que soy una chica hermosa! -Andrés suspiraba mirándose tiernamente ante el espejo.




-¡Andrea hija ya tenemos que irnos a la fiesta mexicana! -gritó su madre llamándola por su nombre de chica.


Andrés estaba tan sorprendido como perturbado, ya que ahora todo lo relacionaba como una chica y ya no como chico. 



Respiró profundo y continuó bajando con sus padres para ir a la fiesta mexicana.


Andrea, estaba muy nerviosa, pues apenas podía caminar con sus tacones, unas lindas botas de piel blanca estilo mexicano, las cuales tenían un tacón corto pero elevado, el cual dificultaba su equilibrio y movilidad.


Pasaba el rato y el ambiente estaba tranquilo, los chicos estaban mirándola y Andrea lo sentía, era muy bonita como para no atraer a algún chico, pero eso la hacía sentirse incómoda e insegura.



De repente, la música comenzó a volverse más movida y con ello el anfitrión anunció el programa estelar de la fiesta.


-¡Con su atención!, ahora vamos a escuchar a la hermosa Andrea que hoy nos interpretará con su espectacular y dulce voz, sus mejores canciones patrias, ¡Démosle un aplauso! -gritaba en presentador con euforia.


-¡Andrea, Andrea, Andrea! -gritaba la gente sin que Andrea se diera cuenta de que se referían a ella.


-¡Vamos hija canta! -le decía su madre alegre.


-¿A qué como que cantar?, ¡yo no…! -decía Andrea con miedo, pero toda la gente ya estaba admirándola y su madre la había empujado hasta el escenario -¡Qué rayos! -pensaba Andrea mientras miraba con nervios a todas las personas esperando a que cantara. 


-¡Cucurrucucu…., Paloma….! 



Andrea comenzó a cantar con muchísimas ganas y experiencia, como si toda su corta vida hubiera cantado como una profesional, su voz era potente, intensa y poderosa, cantando desde lo más profundo y con mucho sentimiento, una tras otra balada y boleros clásicos de la cultura mexicana.


La gente no paraba de aplaudir ya que escuchar la hermosa voz de Andrea era toda una sensación.


Andrea estaba sorprendida de lo bien que había cantado, miraba a las personas felices y alegres mientras continuaban bailando después de su espectáculo.


Dejó el escenario y se fue a a comer algo aunque estaba cansada y pensando en regresar a su casa para quitarse el traje antes del plazo cumplido. 


De repente, un chico muy elegante y lindo se acercó a ella para saludarla y felicitarla por tan preciosa voz, Andrea miró al chico nerviosa, aunque sus ojos se perdieron en su mirada, Andrés comenzaba a sentir cosas de Andrea, sus hormonas, sus sentimientos y emociones desencadenaban ideas nuevas que no podía entender y la estaban haciendo alejarse de su meta principal, lo que era apenas un saludo se había vuelto un coqueteo divertido y tierno entre los dos chicos.



-¡Soy Fernando mucho gusto conocerte Andrea! -saludaba el hombre.


-¡Ah…, hola Fernando mucho gusto también jeje…! -respondía Andrea nerviosa al solo verlo.


-¡Quería decirte que cantas precioso!, la verdad es que creo que eres hermosa…


-¡Ay que lindo jejeje…!, tú también eres muy lindo… -Andrea se daba cuenta de lo que estaba pasando -¿Eh que cosas digo se tonta…! -Andrea pensaba confundida de no saber lo que hacía coqueteando con un chico -¿No eres de por aquí verdad?, no te había visto -Andrea intentaba desviar el tema.


-¡No!, la verdad es que me invitaron unos amigos, pero creo que el destino me trajo aquí para verte y escuchar tu hermosa voz… 


Andrea se quedaba admirando al chico quedándose atrapada y perdida en sus dulces palabras, sin duda alguna había perdido la batalla con su ser exterior, Fernando la invito a bailar y luego a comer unos tacos mexicanos, cenaron juntos y se divirtieron toda la noche, bebiendo algunos tequilas y mezcales mientras disfrutaban de la fiesta mexicana.



"¡Viva México!” 

"¡Viva México!” 

"¡Viva México!” 



Gritaba la gente haciendo bulla emocionados por el grito, mientras que las campanadas de la independencia resonaban en todos lados.


Fernando miró detenidamente a Andrea quien estaba sumamente perdida entre la euforia y el alcohol, mirando con ternura los ojos de Fernando sintiéndose muy enamorada al verlo, ambos no aguantaron más y acercaron sus labios entregándose entre besos y caricias sutiles.



Sin saber cómo ni cuándo, Andrea sintió como descansaba sobre la cama, quizás su padre la había llevado hasta su habitación de lo borracha que estaba, recordando como entre gritos la regañaba y vomitaba sacando todo el alcohol que había consumido.



A la mañana siguiente despertó mirando con pánico como se había convertido en mujer, sin poder acordarse de nada de lo que había pasado después de que cantó, Andrea pensaba que solo había sido un sueño, pero despertó volviendo a la realidad, de verdad se había convertido en una chica y había cantado durante la fiesta mexicana dando un espectáculo como ninguno.



-¡No puede ser, no puede ser, ya valió madre ya que quede atrapado como mujer! -gritaba Andrea consternada mientras miraba su bonito cuerpo frente al espejo.



-¡Jajajajajajaja! -se reía la extraña voz de la mujer que lo había paralizado el día anterior - Ya veo que la pequeña Andrea no pudo resistirse a los encantos de un hombre, te perdiste por completo y se te olvidó que tenías que llegar a tiempo para romper la maldición.



-¡No, espera por favor, regrésame mi cuerpo, haré lo que quieras lo prometo! -Andrea imploraba mientras escuchaba al espectro burlarse de su desgracia.


-¡Jajaja, esta bien!, solo te queda una oportunidad para volver a tener tu cuerpo -la espectro explicaba -¡Deberás cumplir una misión!, tendrás que cantar un total de 30 mariachis antes del día de muertos, de lo contrario tu alma estará sellada al cuerpo de Andrea para siempre.


-¿Qué como que cantar? -Andrea gemía disgustada mientras que el espectro volvía a dormirse dejando libre su cuerpo.


Andrea comenzó a llorar de nervios, sintiéndose mal por no haber llegado a tiempo para romper la maldición, su vida no era estar cantando mariachis, él quería volver a ser hombre para jugar futbol y videojuegos con sus amigos.



Sin perder tiempo, intentó buscar trabajo como cantante de mariachi, acudiendo a los grupos que habían en las zonas de mariachi pero ninguno la quería ya que estaban completos.



Poco a poco Andrea intentó darse a conocer hasta que finalmente logró obtener la aprobación de un grupo de mariachis que necesitaban a una chica con la carisma de Andrea, dando por fin su primer show como mariachi en busca de romper su maldición.



¿Logrará Andrés romper su maldición y recuperar su cuerpo o permanecerá atada al cuerpo de Andrea para siempre?

 


-Kary-



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