Bueno gente
¡He regresado!
Me costó
mucho elaborar el diseño de una nueva historia. Quería algo fresco y original,
algo que quiero que mis lectores entiendan es que me gusta enriquecer la
historia, hacer un ambiente y un mundo. Profundizar con mis personajes y que
puedan identificarse con ellos de alguna manera, mas allá de leer un cambio de
cuerpos.
Espero que
este primer capítulo (que es más como un piloto) tenga su interés. De verdad,
me ayudan mucho sus comentarios y sugerencias. Es lo que me anima a escribir.
También voy
a ahorrar críticas, como en el caso de “El juicio”, no voy a llevar esto por la
vía rápida y sexual. Aquellos que leyeron mi primer trabajo habrán entendido la
atmosfera que me gusta preparar. Esta historia es un poco más oscura y me atreveré
a poner algunos personajes más y veré si puedo hacer una narración sólida. Con
eso dicho, espero que les guste.
El parque
centrar era uno de los lugares más concurridos de la ciudad, con su excelente
diseño se había convertido no solo en uno de los lugares favoritos de las
parejas adolecentes para un paseo por la tarde. También era por supuesto, el
sitio de negocios de varios vendedores ambulantes y por supuesto, por las
mañanas, la pista de carreras de aquellos que, madrugadores decidían hacer algo
de ejercicio antes de dedicarse a sus otras actividades del día.
Dos figuras
justamente, se movían por la grisácea luz de las 6 de la mañana, el sol aún no
había salido del todo y las suaves nubes en el cielo indicaban que sería un día
más bien nublado. Una de las figuras se detuvo un poco impaciente.
-Robert,
por el amor de dios, aun nos faltan dos kilómetros – se quejó.
El aludido
era un hombre de complexión robusta, que jadeante llego más forzando sus pies a
moverse que manteniendo el trote que había tratado de llevar. Sin poder
pronunciar una sola palabra negó con la cabeza.
-No… puedo más… - soltó mientras se doblaba por la
cintura para recuperar algo de oxígeno a sus pulmones.
-Robert… es
enserio, estas por entrar a los treinta años – regaño su compañera – deberías
ya decidirte a hacer más ejercicio y cuidar de tu salud.
Robert
gruño un poco. Si bien él no era obeso, no es que fuera muy dedicado al
ejercicio, su trabajo le hacía cazar más que nada comida rápida antes de
continuar. Ciertamente la mujer frente a él tenía razón, pero siempre era un
poco chocante recibir un poco esos comentarios. Ella, hace poco egresada de la
universidad en la carrera de periodismo era la típica chica que tenía el mundo
para ella. Con esas anchas caderas, abdomen plano y grandes y firmes senos,
contoneaba esos glúteos trabajados cuando caminaba.
De hecho,
la única razón por la que Robert soportaba esos martirios s matutinos era el
placer de verla correr, aunque siempre terminaba demasiado atrás para disfrutar
la vista. Dicho todo eso, Victoria, no era para nada una mala persona. De
hecho, tenía suerte de trabajar, con ella. Aun y con su belleza y juventud, no
era prepotente o la típica mujer hermosa y torpe, era bastante competente,
ambiciosa y muy, muy descarada.
A tan solo
seis meses de haber llegado al canal en el que trabajaban, Victoria, que había
rechazado un puesto como la chica del clima. Había logrado ya varios reportajes
desgarradores y significativos. En un inicio la habían tachado de tonta e
ingenua, si bien el clima no era el puesto más importante, era más de lo que una
novata podías pirar, y su excelente físico era la razón por la que el canal la
quería como atractivo visual para el noticiero de la mañana.
Pero la
jovenzuela no se había quedado quieta, y había demostrado que en realidad tenia
vocación y que tenía ese algo que distinguía a los reporteros: “sin honor
contra el investigado”. Tan solo el segundo mes, lo había obligado a colarse
con ella a una industria farmacéutica en la que habían descubierto que estaban
usando animales de manera ilegal para investigar. Si los hubieran descubierto
los podrían haber metido a la cárcel, pero, tras obtener fotos y grabación, el
reportaje había sido desgarrador, y le había valido a Victoria la confianza del
responsable del canal (algo tenía que ver con la enorme suma que la farmacéutica
tuvo que pagar para que le canal no retransmitiera aquello ni le diera seguimiento)
Robert
realmente le había tomado aprecio a su compañera, y como camarógrafo jamás le
había ido mejor en su carrera. Aun así, estas carreras mañaneras no eran lo
suyo, de verdad había perdido peso últimamente, pero simplemente no terminaba
de gustarle.
-Oh… que
mal, el señor Enrique ha dejado de venir… - expreso Robert con su primer
respiro mirando una banca en la cual solo había un par de viejos diarios.
- ¿Quién? –
reclamo victoria pensando en que su compañero solo quería perder el tiempo.
-Don
enrique… - repitió mientras se erguía de nuevo – el señor que siempre estaba
dormido en esa banca – dijo señalando la misma.
-Ah... el indigente…
bueno, quizá esta en otro sitio – indico con un suave gesto de desaprobación.
Para Robert
había quedado claro en las últimas semanas, porque Victoria tenia tanto olfato
como reportera: la chica era increíblemente apática. Fuera de lo que pudiera
usar para mejorar en su carrera parecía no tener mucha empatía con otros.
-La semana
pasada la señora Martha también dejo de venir- menciono a una pobre mujer que
pese a toda tenia amor por darle algunos pedazos de pan a las palomas por las tardes.
-Bueno, son
gente de calle, no es como que se queden solo en un sitio – comento con un poco
de desinterés, de modo que Robert no insistió más con el tema – debemos ir a la
presentación de Perf Image – le recordó.
-Uhm...
.si….
El desánimo
era palpable en la voz de Robert, pero sabía que a su compañera le importaría
de poco a nada. Perf Image era una industria de modelaje que había llegado como
tiburón a un estanque. No solo los diseños de su grupo creativo eran increíbles
y elegantes, si no que se habían asegurado a las modelos más increíbles que
Rober tubería podio recordar.
Ciertamente
la palabra “modelo”, implicaba un físico envidiable, Victoria, por ejemplo, podría
dedicarse a ello. Pero no todas eran… por decirlo de algún modo, tan perfectas.
Cada una de las mujeres y hombres que trabajaban para Perf Image le hacían honor
al nombre de la empresa.
Eso había
hecho que muchos les tacharan de narcisistas, pero la realidad era que se había
devorado el mercado y había relegado mucho a la competencia. No solo por sus
modelos, también porque trabajaban por tarifas increíblemente conveniente y más
accesibles, además un par de exitosas modelos habían renunciado a sus agencias
para trabajar para esta compañía.
Esa tarde, había
una pequeña pasarela, en la cual Robert estaría un poco más interesado de no ser
porque Victoria tendría que cubrir el reportaje. Y sabia… (bien sabia), que la
chica buscaría algo sucio o que comprometiera a Perf Image. Algo que pudiera
desacreditar a la más prestigiosa agencia de modelaje del momento sería un
bombazo y otro hit que podría poner a la reportera entre las prioridades del
canal. Y Robert no tenía ni el más mínimo
de seo de estar con la adrenalina a tope mirando a cada momento si no había
guardias vigilando las zonas donde se suponía que no debían estar, y a donde su
joven compinche gustaba de entrar para sacar alguna nota o información.
No tuvo
tiempo de pensar mucho sobre eso, porque Victoria ya había empezado a trotar de
nuevo. Con desgana Robert respiro y trato de ir tras ella, empezaba a dudar si
su martirio era justificado por ese firme trasero que se movía frente a el…
mientras trataba de que sus piernas siguieran moviéndose volteo a ver a un
hombre que se encogía en un rincón y que parecía haberse despertado hacia poco.
Con un movimiento de la mano, Robert le sonrió y dirijo un cortes saludo…
**********
La vida en
las calles no era nada fácil, sobre todo para un hombre que sentía que lo había
perdido todo. Para Francisco, la vida era injusta, era una hija de puta que
solamente se enfocaba en los beneficios egoístas, y que no compensaba para nada
a las personas honradas.
En las últimas
noches, había estado siendo atormentado por sus sueños, en ellos, revivía el
pasado y sus penas. El, que se creía
alguien que se anteponía a la adversidad, ah… nunca había podido ir a la universidad,
pero era trabajador y honesto y en sus años mozos, hasta atractivo. Había
trabajado como fotógrafo particular un tiempo hasta que había logrado poner su
propio y pequeño estudio.
Con los
años pensó que tendría una buena vida, una mujer hermosa que se fijó en él y se
casó, oh, sí, todo era maravilloso, hasta que descubrió que la mujer, lo
engañaba, y simplemente fingió un caso de violencia intrafamiliar para
asegurarse el divorcio y quedarse con lo que tenía.
Con eso en
su haber, nadie le dio trabajo, los pagos se acumularon, las cuentas llegaban
hasta que había terminado en la calle. Sin esperanzas de recuperar sus años de
trabajo, y también de ir a mejor. Después de todo, había perdido sus mejores
años en una mujer, que con su belleza lo había estafado.
-Lo que
daría por otra oportunidad – suspiro mientras buscaba una pequeña petaca con
licor barato, a la cual le dio un sorbo antes de levantar la vista y ver a dos
personas corriendo, una era aquella hermosa joven, ah, era mucho más hermosa
que quien había sido su esposa, si aún fuera exitoso, pese a su edad le hubiera
encantado intentarlo, aun si esta lo rechazaba, ahora mismo, solo podría
avergonzarse de su fantasía.
La segunda
persona era su compañero, solían ir a correr todas las mañanas, los había visto
los últimos días. El hombre no parecía ser especialmente atractivo y de verlos
un par de veces entendió que podrían ser amigos, peor no pareja. Quizá él
podría estar interesado, pero no veía en la chica nada que señalara que el
pobre tuviera una oportunidad. Cuando este le saludo, alzo el pulgar, en una
pequeña señal de ánimo,
-La belleza
es venenosa mi amigo… deberías buscar una chica más normal – indico, aunque el destinatario
de sus palabras no podría escucharlo. Paso sus manos por los ojos para
desperezarse y ver a su alrededor… Enrique no estaba….
Algo
curioso es que, cuando perdías todo y encontrabas a gente en una situación
similar, encontrabas amigos reales. Por decirlo de algún modo, no era necesario
pasar demasiado tiempo hablando, entendías que, el desgraciado frente a ti,
había pasado lo mismo o cosas peores que tú, y entendías que jamás harías algo
para perjudicarlo más. Y que de algún modo si se ayudaban mutuamente vivirían
un día más para probar suerte.
Las calles
eran duras, no siempre se tenía suerte y a veces tenías que dormir con el estómago
vacío, o lidiar con el frio. No era raro que de vez en cuando, uno se enterara
que un conocido no había logrado pasar el día. Sin embargo, esas noticias no
eran tan comunes como la gente creía, la gente era más resistente de lo que se
creía, y los que ya habían tenido un par de años en la calle lo sabían.
Sin
embargo, últimamente las cosas eran muy perturbadoras, después de todo, cuando
alguien pasaba a mejor vida, había un artículo, o rumores aquí o allá de donde
había estirado la pata. Pero… últimamente, la gente, se esfumaba, era muy
aterrador, había quienes incluso, en sus paranoias hablaban de bestias sueltas
por los callejones de la ciudad, y otros tantos ya filtraban teorías
conspiratorias de que el gobierno estaba eliminando indigentes o algo por el
estilo.
Para
Francis, debía de haber una explicación más lógica, no era amante de las
conspiraciones o de pensar que había monstruos en las alcantarillas o algo así.
Se
desperezo poniéndose de pie, lo mejor era despertarse temprano, había que
aprovechar la luz en cuanto la hubiera para buscar algo de suerte. Había
aprendido que el parque era el mejor lugar. Las botellas de los ebrios que
dejaban ahí por la noche, además de las latas, eran el botín de las primeras
rapiñas de la mañana, de modo que tomo el andrajoso costal que había conseguido
ya hacia mucho tiempo y comenzó a recolectar lo que se había convertido en su
sustento primario, además de alguna que otra moneda que pudieran darle. Quería
aprender a hacer algún tipo de truco para ganar dinero.
**********************
Para
Robert, el evento podría ser fantástico, nada como ver a hermosas jóvenes en
lencería y atrevidos conjuntos frente a él. Pero tenia que se eclipsado por los
incesantes codazos de Victoria que le recordaba que debía buscar alguna entrada
alternativa a los vestidores. Su insistencia podría ser bastante cansina y
molesta.
Su cámara
si estaba trabajando, tomaba fotografías a diestra y siniestra para poder hace
un reportaje a la altura.
El coctel,
que se servía con la pasarela era atractivo, pero se había tenido que abstener
de probar, por las constantes críticas de Victoria sobre que ese tipo de
botanas no le dejaban perder peso como debía. Esa era otra parte que le había
estado molestando de trabajar con ella, pero que se le iba a hacer. Si
resultaba que perdia peso y conseguía una buena chica entonces podria
perdonarla.
Para cuando
el evento estaba terminando estaba por un momento, pensando que Victoria no había
conseguido nada y podrían irse, sin embargo, cuando estaba por sentir paz
interna tiro con fuerza de su brazo haciendo que se girase y buscara a donde
iban.
- ¿Qué? –
pregunto con impaciencia.
-Entrevista,
ahora… - dijo mientras le conducía hasta donde había una mujer que parecía
sentirse algo fuera de lugar Sin embargo Robert quedo con la boca abierta
cuando vio a la mujer… parecía un ángel. Era una hermosa peli roja de piel
blanca y unos hermosos ojos azules. No podía imaginarse lo que diría su padre
si le dijera que salía con una chica como esa. Sin embargo, la realidad golpeo
su mejilla en forma de la mano de Victoria haciéndole espabilar. – ya….
Se sacudió
para encender la cámara y enfocar a ambas. La chica estaba algo nerviosa. Le
parecía extraño, dado que debía ser parte de Perfect Image, aunque no la había
visto en la pasarela ¿quizá una nueva modelo?, eso estaba bien, era un
reportaje normalito pero que podía ser interesante. Hizo una señal con la mano
para dar inicio al video.
-Estamos en
el evento de Perfect Image con Joana Carmona, una chica que está por iniciar en
la agencia de modelaje más grande de la actualidad – empezó con energía
victoria – Joana, por favor, cuéntanos como te reclutaron, de dónde vienes.
-Ah… pues
yo… - empezó de modo nervioso – am… de California…. – contesto después de
pensarlo un poco. – y em... ellos, no,
bueno, yo quería ser modelo.
- ¿Hiciste
un casting? ¿has trabajado antes de modelo?
-Ahm… no…
um… - la chica parecía no poder responder de inmediato – Ellos, me dieron la
oportunidad.
-Pero
dijiste que quería ser modelo, ¿esta agencia tan prestigiosa te busco sin más?
-Si… no,
bueno, sí pero después tuve que…
-Ey, ey
¡corten! – grito un hombre, por su uniforme era claramente parte de la
seguridad puso la mano directamente sobre la lente de la cámara - ¡sin
entrevistas! – les grito molesto.
Robert
recordó, claro, una de las cosas que distinguían a Perfect Image, era que
ninguna de sus modelos podía dar una sola entrevista si no estaba en presencia
de un representante. El camarógrafo supo
lo que venía, y es que Victoria lo tomo de la mano para poner pies en pólvora.
Podían
despedirse de volver a cubrir algún evento de la compañía, porque seguramente
tratarían de quitarles el video si se quedasen y nunca les darían un pase de
prensa, eso si sabían quienes habían sido. Al menos confiaba en que Victoria no
estuviera tan loca par aponer algo tan corto y burdo.
Antes de salir de ahí, Victoria pudo ver al
guardia regañando a la chica y tomándola del brazo para conducirla a la parte
de atrás en donde desapareció de su vista. Era muy extraño, muy extraño, y su
instinto periodístico le decía… que ahí podía haber una gran historia.
*************************
La noche se
convertía en el peor momento del día. Sin luz no podías arriesgarte a las
calles. Que se llenaban de aquellos que se aprovecharían de quien no tenía
nada. Francis lo entendía muy bien. Se convertía el momento en buscar un sitio
en el parque y si no, entonces a probar suerte en otro lugar en donde el frio
no fuera un problema.
Aun había
algo de luz, además, el parque había estado más disponible en los últimos días,
además, había conseguido bastantes botellas y latas ese día y un billete de
valor medio de manos de una amable señora, así que había entrado en una
cafetería, no era muy acogedora, pero la comida era buena y barata.
-Cinthya… -
saludo a la dueña mientras ponía el dinero que tenía en la barra – ¿algo
caliente? – pregunto esperando que ella pudiera darle algo.
-Dale una
comida completa, y algo para mí – se oyó una voz a su lado mientras varios
billetes de alta denominación caían a la barra.
- ¿Enserio?…
Gracias – soltó Francis, había escuchado de gente, que ya fuera porque tenia
mucho dinero o sentía que debía ayudar a alguien un día, hacia cosas como esa,
si él podía ahorrarse su dinero para el día siguiente dormiría con un temo
menos esa noche. Incluso sonrió, aunque la sonrisa flaqueo al voltearse y ver
el tipo de hombre que era. Su traje era caro y elegante, definitivamente no era
el tipo de hombre que estaría en esa parte de la ciudad. – ¿Puedo ayudarle?
Pregunto dudando.
-Quizá – respondió
el hombre. Su porte era el de alguien con clase, parecía más un dueño de una
empresa que otra cosa – solo una charla –indico con un gesto de la cabeza
señalando una mesa en la esquina.
Francis dudo,
pero... la comida era tan tentadora, además, había un poco de gente en la
cafetería y conocía a la dueña, no debería pasar nada malo si solo era una
charla. Se sentaron frente a frente, y pronto un plato de sopa y un enorme emparedado
se puso frente a Francis. ¿hace cuánto no tenía una comida como esta? No quería
pensar que estuviera soñando. Tomo la cuchara para darle un bocado a la sopa.
La calidez hizo que una lagrima asomara por su ojo.
-Gracias – dijo con calma.
-Gracias – dijo con calma.
-Esta bueno…
¿eh Francis?
La mención
de su nombre hizo que bajase la cuchara y mirase al hombre. ¿Cómo es que lo sabía?...
ahora estaba completamente alerta.
-Cálmate,
hace unos días, tu amigo Enrique te menciono – dijo con calma. Enrique no había
estado en el parque en días, y Francis pensaba que había pasado a mejor vida.
¿Y ese hombre lo había visto? Algo en el estómago le hizo sentir que podía
estarse metiendo en un problema.
-Creo que
es mejor que me vaya – dijo apartando el alimento que había estado feliz de
recibir hacia un momento.
¿A dónde
iras?, a dormir a las calles quizá… ¿el parque es un buen lugar? – la condescendencia
de su tono y la suave burla, indicaba que sabía bien a donde iría. El miedo se
apodero de Francis ¿Qué quería este hombre con él?
-Estoy aquí
para ayudarte Francis – añadió aquel hombre a quien el sin techo miraba con precaución
- ¿Qué dirías si te digo que estoy aquí para darte otra oportunidad?
- ¿Qué tipo
de oportunidad? ¿de qué habla? ¿Qué hizo con Enrique? – pregunto de forma apresurada.
-Enrique en
este momento… está trabajando con nosotros, te aseguro, que está más saludable
y feliz que nunca. Y si tu aceptas trabajar con nosotros podrás verlo.
- ¿Por qué
no puedo verlo ahora?
-Porque el
proyecto exige la máxima discreción Francis. Te diré las preguntas más comunes
que me han hecho, no, no es ilegal, no, no morirás - dijo con una pequeña risa
– al menos espero que no… - agrego haciendo que el color de la cara de Francis
bajara – es broma… - Se inclinó sobre la
mesa poniendo los codos en ella – Francis… ¿Qué dirías si te digo que puedo
darte una nueva vida? Una vida mejor de la que has soñado nunca… y a cambio,
solo debes comprometerte a aprender un nuevo oficio… Dime… que es mejor... ¿la
calle, o una nueva oportunidad?
Dicho
aquello saco una tarjeta que coloco frente a él. Y con una sonrisa se puso de
pie saliendo de la cafetería. Aquello había sido extraño, pero… en el corazón
de Francis, de pronto sintió que el parque era muy frio e incómodo….
Me gusta como desarrollas las historias te tomas tu tiempo y no tevas por el camino convencional
ResponderBorrarGracias Oswaldo. Aun estoy trabajando en un borrador de ideas sobre tus sugerencias. Per oquiero lograr algo interesante y que no se vea lineal
BorrarSe ve muy prometedora, por favor continuala
ResponderBorrarMe gusta en trasfondo oscuro que estas poniendo en la historia eapernque sigas pronto
ResponderBorrarTratare de llevarla lo mas rapido posible, tanto para mantener el interes, como para no desanimarme como me paso por un lapso mientras escribia el juicio
BorrarMe parece que lograste lo que buscabas, una historia fresca y original
ResponderBorrarMucha sgracias. Lo que quiero es mantener el gusto e interes por este tema e historias
BorrarTeemo hare una excepción a mi regla personal y te dire que puede que sea algo predecible cuidado con eso
ResponderBorrarTe agradezco mucho el comentario. Pero soy fanatico de Dan Brown, asi que quiero lograr algo con giros que la gente no espere
BorrarEs muy interesante es el desarrollo que le diste a la historia. Estoy entusiasmado de ver como seguirás desarrollando esta historia.
ResponderBorrarPor cierto me gusto mucho la elección de imágenes que usaste en este capitulo, en especial la de victoria. Casi me dejas sin aire al verla.
Hasta otra compañero(a).
Graciaspor el comentario. Ya decidi que esta historia tendra unicamente 4 capitulos. La hare un poco mas cruda y algo mas humana.
BorrarPermíteme que te un pequeño conejo TEEMO
ResponderBorrarSimplemente disfruta de tu trabajo, escribe lo que quieras y como quieras. Intenta crear una historia de la forma en que te gustaría leerla a ti mismo de otro autor.
Si luego resulta que a la gente no le gusta o tienes pocos lectores, no tiene ninguna importancia porque has disfrutado haciéndola,
Es importante que el lector salga satisfecho, pero como resulta que esta página es gratuita, es mucho más importamnte que el autor acabe contento.
Escribes muy bien y muy minuciosamente. Te gusta regodearte en los detalles y en las particularidades de la historia. Los personajes secundarios tienen vida propia.Tu relatar es pausado y tranquilo, con alma de novelista que va cocinando poco a poco el relato y que no tiene problemas para que ocupe bastante espacio.
Lo haces muy bien y, repito, no te preocuupes por si gustas a los demás o tienes pocos lectores.
Además en el blog de Karina nunca te faltarán lectores y tienes un buen estilo.
UN SALUDO y disculpas por el comentario tan largo.