-TG Ghost
No podía creer lo que estaba sucediendo, al principio pensé que era un sueño por lo que había pasado el día anterior, pero no, era muy real. Traté de no gritar y tranquilizarme, para poder pensar de forma más clara.
Me levanté de la cama y caminé buscando el teléfono de Nataly, casi me caigo, equilibrarme con estos dos bultos en mi pecho y en un cuerpo más pequeño y ligero era muy difícil.
Cuando encontré su teléfono, fue muy raro que supiera el patrón de desbloqueo, pero lo hice, así que me dispuse a marcar cuando un nuevo pensamiento pasó por mi mente: ¿A quién le voy a llamar?
Si le llamaba a mi novia, se asustaría de que el crush de Michael le llamara por teléfono, si le llamaba a Michael no sé como reaccionaría pero no sería de la mejor manera, así que decidí llamar a mi número para ver qué pasaba.
Sonó unos segundos el tono de espera cuando finalmente alguien contestó.
¿QUIEN ERES? ¿COMO ESTAS HABLANDO DESDE MI TELÉFONO?- Dijo la voz gritando.
Fue muy extraño que mi propia voz era la que escuchaba del otro lado de la bocina, “YO” me estaba gritando.
Cálmate por favor -le dije en una voz dulce que me extrañó aún más. Ahora esa linda voz era mía. -Esto es extraño también para mí.
DESPERTÉ EN OTRA HABITACIÓN, EN OTRO CUERPO, NO SÉ DÓNDE ESTOY. VOY A LLAMAR A LA POLICÍA - Gritó mi voz con angustia.
-Y qué les dirás? Qué alguien te atrapó y te dejó en el cuerpo de un chico en su habitación?- en verdad, necesito que te calmes, ambos necesitamos respuestas pero debemos tener la cabeza fría para buscarlas.
Después de una larga llamada, logré calmar a la que obviamente era Nataly en mi cuerpo. Le di indicaciones de donde estaba mi ropa y le dije que nos viéramos en la tarde para poder arreglar todo este desastre.
Salí de su habitación para ver si había alguien más, ya que parecía un cuarto de departamento. Por suerte ella vivía sola, al igual que yo, así que eso ayudó a evitar responder preguntas incómodas, tanto para ella como para mí.
Regresé a su habitación y me percaté de un detalle: Ella no me había dicho nada de dónde guardaba su ropa, así que tuve que buscar en toda su habitación.
Había un cajón de blusas, uno de pantalones, shorts, jeans, leggins, un ropero con vestidos casuales, vestidos formales, faldas, etc.
Me di cuenta de que Nataly tenía un gusto por la ropa entallada, así que busqué algo que no dejara tanto a la vista.
Comencé a quitarme lo que parecía ser su conjunto para dormir. Tomé unos jeans y una blusa negra, además de ropa interior.
Después de mucho tiempo de práctica con mi novia, ya tenía idea de como poner y quitar un brasier a la perfección, así que no tuve problema al ponérmelo, al igual que su braga, pero aún así, se sentía muy raro tener esa ropa interior completamente pegada al cuerpo.
Estaba por ponerme la blusa, cuando se me ocurrió por curiosidad verme al espejo. Me quedé completamente asombrado y no pude evitar tomarme una foto con el celular de Nataly.
Esa chica que me veía de vuelta en el espejo era yo. Yo era esa chica con ese cuerpazo, esas curvas tan perfectas, y aunque mi novia se enojara, admito que me veía mucho mejor que ella.
No pude evitar el recorrer con mis manos mis pechos, mi abdomen, mi cintura. Sentí un cosquilleo placentero al hacerlo, y fue aún mejor cuando llegué a mis piernas. Las acaricié suavemente, y aunque ese vacío entre ellas se sintió extraño, no pude evitar introducir mis dedos lentamente, tal y como lo hacía con mi novia. Sabía perfectamente cómo complacer el cuerpo femenino, pero ahora era yo quien estaba en ese cuerpo.
Cuando menos me di cuenta, me estaba masturbando en el cuerpo de Nataly, entre gemidos de placer jugaba con este cuerpo extraño, este cuerpo que no era mío. Qué no era mío y lo estaba tocando.
¿QUE ESTOY HACIENDO?. Desperté de ese éxtasis y volví a concentrarme en lo importante: Saber qué pasaba. No se cuánto tiempo pasó, pero ya se hacía tarde para encontrar a Nataly, bueno, a mi, o bueno, se entiende lo que digo.
Volví a desvestirme y me di una ducha rápida, restregando cada parte lentamente, aunque esta vez sin dejarme llevar por el placer que sentía este cuerpo . Me vestí rápido y fui al parque donde Nataly y yo nos veríamos.
Cuando llegué al parque donde la cité, encontré a un "yo" tímido sentado en una banca, era cómo sí viera a mi yo del pasado.
Al verme, Nataly comenzó a llorar y me abrazó. Fue raro verme llorar, y más al abrazarme. “Yo” me estaba abrazando.
- No tienes tan mal gusto- Dijo aún entre lágrimas mientras me veía.
- Fue lo primero que encontré- Respondí tratando de hacer una sonrisa.
El paso número 1 que había que hacer era presentarnos. Ella me dijo que era de otro estado, vivía sola, y llegó a la ciudad porque en la suya no había universidad. Así que decidió mudarse un semestre antes para poder terminar la preparatoria e irse acostumbrando al ritmo de esta ciudad.
Pertenecía a varios clubes dentro de la escuela. Natación, gimnasia, clases de conducción, música, entre otros, y me comentó que le habían recomendado las asesorías que daba otro estudiante para tener un apoyo durante exámenes, pero que sólo había podido ir una vez.
Cuando fue mi turno de explicar, le dije que igual vivía solo pero era de la ciudad. Se sorprendió cuando le dije que eramos de la misma escuela, ya que según ella nunca me había visto, y aunque le comenté que era amigo de ese chico que daba las asesorías, no le dije que estaba enamorado de ella, ni de todo lo que se había planeado para declararse. Y mucho menos le comenté acerca que lo que había hecho con su cuerpo horas antes.
Después de una larga charla acordamos que lo mejor sería tratar de vivir la vida del otro como si nada hubiera pasado.
Anotamos información, nombres y datos importantes. Nataly me ayudó con las habilidades que su cuerpo tenía para pasar desapercibido en todos los clubes en los que estaba, y así fue como pasamos la tarde de ese sábado y el domingo. Preparándonos para lo que sería el primer día en el cuerpo del otro. Incluso se nos ocurrió comprar un micrófono y auricular espía para que pudiéramos escuchar al otro y ayudarlo en caso de que se presentara una situación difícil.
Ya se hacía noche y era tiempo de descansar para esta al 100% con esta nueva experiencia. Así que nos despedimos, conectamos los micrófonos con los auriculares para que funcionaran correctamente y cada quien fue a dormir.
Mañana sería un nuevo día, un nuevo cuerpo y una oportunidad nueva para apoyar a Michael, pero ahora desde los ojos de su objetivo.
Esta buena la historia. Gracias!!!
ResponderBorrarVaya, una leyenda por aca, y sobretodo apoyando, excelente trabajo a ambos
BorrarExcelente historia
ResponderBorrarbuena historia, por cierto, una de las imágenes no carga, de la foto que se tomó con el celular
ResponderBorrarMe gusto
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