El viaje del remoto 57

Créditos
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"Parece que ella también viene. Que alguien vaya a buscar al médico", oyó Tim una voz. Sus ojos se abrieron y vio rodeado de caras sonrientes que no reconoció, "¿Dónde ... dónde estoy?" Una mujer bastante mayor se inclinó y tomó su mano, "Cariño, tuviste un accidente en la convención. Tú y un caballero tuvieron un desacuerdo y él te atacó y te caíste y te golpeaste la cabeza con bastante fuerza". Todas estas eran noticias para Tim. No recordaba ninguna pelea con un hombre. Pero estaba esa joven ... y un control remoto ... Los recuerdos comenzaban a regresar, pero no podía ubicarlos. "Kimberly, cariño, ¿necesitas que te traiga algo?" preguntó un hombre cercano a la edad de Tim. "¿Kimberly?" preguntó confundido. El hombre y la mujer intercambiaron miradas, "Dios mío, no recuerda su propio nombre". Tim se llevó las manos a la cara y abrió los ojos como platos. Dedos delgados y delicados se encontraron con sus ojos y sus uñas tenían esmalte azul. "¿Qué diablos es esto?" Sus ojos se posaron en su pecho y los senos en ciernes de una adolescente lo saludaron. "¡Espejo, dame un espejo!" él gritó. La mujer sacó un espejo de bolsillo de su bolso y se lo entregó a Tim. Mirándolo fijamente estaba una linda chica rubia. "La chica de la convención", jadeó, sus recuerdos comenzaron a regresar. "¡El control remoto! ¡Eso nos hizo esto!" gritó, agarrándose los pechos. "¡Por favor, sácame de esta piel! ¡No soy yo! ¡No soy una chica!" Los padres de Kimberly parecían molestos. "No esto otra vez. Cariño, estás confundida. El control remoto es seguro, pero es solo un juguete tonto. No te hizo nada", explicó el padre de Kimberly. Tim comenzó a sollozar, sus hormonas femeninas se activaron. Los médicos se apresuraron y lo sometieron a los ataques y lo inyectaron con drogas. "Descansa ahora, Kimberly. Estarás bien", dijo el médico. Tenía una sonrisa de suficiencia en su rostro. El médico sabía que Tim estaba diciendo la verdad porque había alguien más en su cuerpo.