domingo, 23 de abril de 2023

"𝑻𝒂𝒕𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝒎𝒊 𝒔𝒖𝒆𝒈𝒓𝒂"

 "Tatuando a mi suegra"


Doña Claudia era mi suegra, una señora de 47 años, madre de mi amada novia, Ximena de 21 y yo pues su extrovertido novio de 25, a quien no le caía bien ni a ella, ni a Gustavo mi suegro.


Ambos me odiaban por mi manera de ser, yo, un chico extrovertido, con la piel como un lienzo del alma a la que decoro a detalle como el artista que realmente soy, ambos creían que era un drogadicto, una mala influencia para su hija quien quieran que estudiara medicina.


Pero no voy a negar que algo de cierto había en todo eso, pues me gustaba la mariguana más que a nadie, ya que me ayudaba a desprenderme de mi realidad y poder viajar en mi mente inspirándome para crear mi valiosos arte.


Ximena y yo llevábamos ya 2 años de relación, y para bien o para mal, las cosas iban muy bien, esperando a que un día nos casaramos como las locas almas libres que somos.


-¡Otra vez ese vago...! -mi suegra decía susurrando a mi suegro, aunque evidentemente yo ya sabía que decía al verme -


-¡Que tal suegritos! -les respondí con emoción para hacerlos enojar -


Luego de eso, cenamos dado a su invitación, aunque finalmente no fue tan agradable, pues ambos seguían resentidos por el hecho de que un vago como yo fuera el novio de su hija.


Finalmente nos despedimos y yo regresé a mi departamento dónde tenía mi libertad en su máxima expresión.


Al día siguiente, recibí una visita extraña, se trataba de mi querida suegra, quien de manera inesperada había decidido ir a hablar conmigo.


En ese momento, me encontraba preparando mis famosos brownies mágicos, conocidos por la banda, quienes consumían de mi mercancía con frecuencia.


Trate de ocultarlo todo y de que el olor se fuera para que no lo percibiera, mientras que ella seguía esperando afuera algo disgustada.


-¡Hola suegrita, qué la trae por acá jejeje...! -


-¡Buenos días...!, Vine para hablar de ciertas cosas que mi marido y yo hemos pensado -


-¡Ah sí, claro que sí adelante! -


Le respondí con algo de nervios, ella entró y ambos nos sentamos a platicar tranquilamente, ella me insistió en dejar a su hija, como era obvio lo que quería desde el principio, claramente me aferré a ignorar su invitación, discutiendo por la situación durante varios minutos, en los que defendía mi manera de ser.


-¡Pero yo soy exitoso señora!, Tengo carro, un departamento muy cómodo, tengo una banda que está por progresar, tengo un gran negocio de tatuajes, dónde expreso mi arte, qué más puede pedir para su hija, yo seré millonario y se arrepentirá -


-¿Millonario?, ¡Jajaja!, Si solo eres un vago sin oficio ni beneficio, ve nada más esa porquería de tatuajes que traes, me das asco a mi y a mi marido, de ninguna manera te queremos cerca de nuestra hija, y si regresas te denunciaremos por quién sabe que cosas que has de ocultar por aquí -


Sentía un gran coraje por lo que me decía, yo valía mucho como para derrotarme por una persona como ella, continuamos discutiendo, sin acordarme de que los brownies seguían en en horno, pronto, el horno empezó a incendiarse y los brownies terminaron quemándose, un gran estruendo sacudió todo el departamento y afortunadamente logré llegar a tiempo para apagar el fuego.


-¿Pero que estabas haciendo imbécil? -


Ella entró para ver lo que pasaba, notando las bolsitas de mariguana que había y otras tantas sustancias.


-¡Ya vez, eres un mal nacido, te voy a denunciar definitivamente para que dejes en paz a nuestra hija! -


Ella gritaba enfurecida y frenética, sin darnos cuenta de que todo el humo estaba ocasionando que nos drogaramos lentamente.


De repente, comencé a sentirme mareado, empecé a decir incoherencias, mi mente parecía volar frenéticamente, sentía como todo me daba vueltas, mientras que a mí suegra parecía sucederle lo mismo, después de estar peleando, ambos estábamos risa y risa hasta caer al suelo.


No sé que tan fuerte era la escencia de aquella mezcla de químicos que se habían ocasionado, que incluso sentí como el fuerte aroma había hecho que mi mente viajará en un estado de paz tan intenso, que incluso sentí como si mi alma saliera de mi cuerpo.


De la nada, miré mi cuerpo en el suelo, mi mente o mi alma seguía en estado radical, cuando entonces note que mi suegra estaba igual fuera de su cuerpo, ambos flotando en círculos entre risas y mucha adrenalina, no sé cuantas horas pasaron y si es que fueron horas, hasta que sentí como mi alma comenzaba a caer.


Sin saber nada, desperté en el hospital, extrañado por unas muy raras sensaciones en todo mi cuerpo, de la nada, mi novia se acercó entre lágrimas y con mucho amor me abrazó.


-¡Que bueno que estés bien mami! -


-¿Mami? -


-¡Tú tenías razón, mi novio era un imbécil, traficaba drogas y no se que más! -


-¿Pero porque me dices esas cosas? -preguntaba extrañado, sin saber aún porque me decía madre -


-¡Mi amor, que bueno que estés bien!, no sabes lo preocupado que estaba, no debí de enviarte con ese maldito drogadicto, no se que sería de mí si te perdiera -


-¿Porque me dices amor idiota? -


-¿Qué pasa mami, acaso ya no recuerdas a papá? -


No entendía nada de lo que estaba pasando, de repente, noté como largos mechones caían de mi cabeza, sentía un par de grandes bultos apretando mi pecho y sentía raro entre mis piernas, miré mis manos con la vista algo borrosa, pero con la suficiente claridad para entender que algo andaba mal.


-¡Un espejo, necesito un espejo! -


Salte de la cama, extrañado por las sensaciones, todo mi centro de equilibrio era diferente y miraba todo más grande o más alto.


-¡No puede ser, soy, soy mi suegra! -


Jadeaba sorprendido mirándome al espejo, un enorme miedo se apoderó de mí, era una gran locura pensar que debajo de esa bata de hospital se hayaba el resto del cuerpo de mi suegra.


-¡Mierda, mierda!, Esto no puede estar pasando, no puedo ser una mujer -


Deslizaba mis manos hacia mi pecho, en dónde angustiado oprimí ambos senos, pare en seco luego de confirmar la situación, alcé la bata solo para volver a reafirmarlo, encontrando una vagina entre mis piernas.


-¡No puede ser, en verdad soy una mujer, soy mi suegra! -


-¡Mamá, ya está aquí el doctor! -


Mi novia, ahora hija me llevaba, salí nervioso por la situación, sorprendiendome el hecho de que el doctor además, veían con dos policías escoltandolo.


-¡Buen día y señora Claudia!, Disculpe las molestias, pero tenemos que hacerle unas preguntas -


Estaba perdido, ambos oficiales traían finta de querer saber cosas, sin más, trate de actuar fingiendo ser mi suegra.


-¿A qué fue al departamento del susodicho? -


-¡Perdón oficial!, Pero fui a hablar con ese individuo del demonio para tratar de que se alejara de mi hija, como bien sabe, ese maldito criminal es un vago, un drogadicto que era una mala influencia para mí princesa -estaba teniendo una actuación formidable, hablando tal cual lo hacía mi suegra -


-¿Cómo sabía usted que el era drogadicto?, ¿Porque consumió de la yerba al igual que el señor...? -


-Estábamos discutiendo de dejar a mi hija en paz, cuando de repente su cocina se comenzó a incendiar, el corrió hacia la cocina apagado el fuego que ocasionó el horno, cuando lo perseguí, lo encontré con la cocina hecha un desastre, lleno de mariguana, cosas para preparar pan, o algo, luego de mirar la escena, estaba totalmente asustada y estremecida del miedo que me ocasionó, el trataba de golpearme por descubrir al delincuente que era ese sugeto, entonces trate de llamar a la policía hasta que de repente comencé a sentirme mareada por el humo y me desmayé, poco después desperté aquí, en el hospital -


-¡Muy bien señora Claudia!, con su testimonio y todo lo que encontramos en e departamento del inviduo tenemos todo para encerrarlo bastantes años en prisión - 


-¿Se irá a prisión? -pregunté exaltado por la noticia -


-¡Así es amor, por fin logramos lo que tanto queríamos, que era que ese criminal dejará en paz a nuestra hija! -


"¡Maldito imbécil!"


-¡Está bien amor, tienes razón..., Ojalá pague muchos años en prisión por lo que hizo! -


"¡Si tan solo supieras que ese vago y drogadicto criminal está dentro del cuerpo de tu querida esposa...!"


Los policías se fueron dejándonos solos, el doctor nos dijo que ya me podía ir, pues solo estaba en estado de alucinaciones dado a la mariguana que consumí inconscientemente, Ximena, bueno, mi ahora hija, me entregó una maleta con algo de ropa de mi suegra, entré al baño solo para terminar con la tediosa tarea.


Desnude por primera vez este cuerpo, notando lo bien dotado que estaba el cuerpo de mi suegra, sin duda, siempre le había tenido bastante ganas de lo sabrosa que estaba, pero ahora, yo era el que tenía este cuerpo.


Permanecí atónito por unos minutos, aún impactado de observar que mi físico ahora era distinto, suspiré en corto, tratando de apurarme y no pensar en que tenía este cuerpo, luego me puse a pensar en que había sido del mío.


¿Mi suegra estaría en el?, ¿Ella estará asustada como yo, pero siendo ahora el criminal que tanto odiaba?, ¿Cómo estará sabiendo que ahora está atrapada en mi cuerpo? 


Todas esas preguntas vinieron a mi mente, intentando encontrar una solución para todo esto, no sabía porque ambos habíamos cambiado nuestros cuerpos, pero por ahora, no me convenía que se supiera, así que debía de mantener un perfil bajo y seguir fingiendo ser mi suegra.


-¿Todo bien amor, ya tardaste? -el imbécil de mi suegro me decía -


-¡Sí amor, todo bien, estoy algo distraída, es todo! -


Sentía mucho asco al saber que ahora era la mujer de ese sugeto, tendría que fingir ser su estúpida esposa, pero ni loco dejaría queme besara o me tocará.


Tome la ropa de la maleta, encontrandome con su lencería, tenía que ponerme un brasier y una tanga, por si fuera poco, venía junto con un maldito vestido, que humillante, pensaba mientras observaba la ropa que debía de ponerme, además de unas zapatillas de tacón bajo, definitivamente no quería esto, me decía a mi mismo mientras trataba de entender como ponerme el brasier en estos estorbosos senos.


Con dificultad, logré incorporar los senos de mi suegra en ambas copas, hasta que finalmente pude abrochar el seguro de la espalda, notando como en verdad la espalda comenzaba a descansar y míos senos se sentían más cómodos y menos pesados, entonces, note ante mi nueva perspectiva, como en verdad los senos de mi suegra estaban bastante grandes y sabrosos, sin querer, comencé a apretarlos jugando con ambos senos hasta que sentí como este cuerpo comenzó a calentarse.


Jadee en corto y al escuchar como un leve gemido salía de mi boca dejé mis senos rápidamente, esto me estaba poniendo muy loco, pero me divertía y me excitaba, tome la tanga deslizandola por las piernas de mi suegra, hasta que finalmente la inserte en sus nalgas y vagina, la incómodidad me envolvió, cuando sentí como el hilo trasero se me metía en el culo, pero sin poder hacer más, tome el vestido y suspirando con resignación, comencé a ponermelo hasta que se acopló totalmente en mi cuerpo.


Mirarme en el espejo siendo una mujer me era completamente loco, quien diría que todo esto terminaría en esta situación, yo en en cuerpo de mi suegrita y ella en el mío, siendo ahora un vago criminal.


Acomodé nuevamente estos estorbosos senos al igual que la tanga que seguía metiéndoseme en el culo, me coloqué las pequeñas zapatillas y poco a poco traté de caminar si tropezarme.


El imbécil de mi suegro me tomó del brazo, mientras caminamos hasta la salida, dónde finalmente nos fuimos, me sentía desesperado de no saber nada de mi cuerpo, esperando a que mi estúpida suegra no hubiera hecho algo estúpido.


Llegamos a su casa, dónde ambos empezaron a tratarme como una reina, odiaba sentirme así aunque, finalmente decí no hacer nada y dejar que me atendieran.


Llegó la noche y tuve que bañarme, por fin sentía que descansaaba, luego de un marido día soportando este odioso cuerpo, el brasier no dejaba de picarme, la tanga era un verdadero fastidio, me quite toda la ropa en segundos, y me lance a la regadera, siendo una completa locura sentir todas esas reacciones del agua con este cuerpo, sentía el jabón sobre mis atributos y eso provocaba que este cuerpo se encendiera.


Para mí mala suerte, tuve que ponerme la pijama de mi suegra, la cual no era más que un atrevido baby doll, que hacía resaltar todo mi cuerpo.


Salí del baño totalmente frustrado de sentirme tan ridículo mirandome como una vieja, sentía en rebote de los senos de mi suegra, mientras que todo lo demás en mi se saradeaban, de la nada, el imbécil de mi suegro se lanzó sobre de mi intentando abrazarme y apretujarme las piernas, de alguna manera comencé a sentir cosas extrañas en todo mi cuerpo, pero trate de resistirme y rápidamente me alejé, dejándolo bastante desconcertado.


Le dije que me sentía muy cansada por lo que había sucedido y que está noche no tenía ganas de sexo, que ridículos estos viejos, cogiendo como animales, tan santita que se decía ser mi suegra y mírala nada más, bien pta con su maridito.


Pase todo ama noche tratando de dormir, pero las dimensiones del cuerpo de mi suegra no me dejaban tranquilo, pues sus enormes senos no dejaban de moverse y apachurrarse sobre la cama provocando me dolor, sentía ma respiración de mi suegro sobre la nuca y por momentos parecía que me acariciaba con sus manos inconscientemente, lo cual me hacía sentir algo frágil al ser manoseado por un hombre.


A la mañana, mi suegro se preparó para irse al trabajo, mientras que yo su seguís en cama, sentía la mirada del tipo sobre mi, no sabía que esperaba, que le preparara el desayuno o darme un beso con un agarrón de nalgas para irse a su trabajo, aunque yo recordaba que mi novia me decía que su madre siempre atendía a su padre antes de irse al trabajo y cuando regresaba lo esperaba con una gran comida como la buena esposa que era, no paraba de darme asco el asunto, yo no quería seguir en el cuerpo de mi suegra, pero las circunstancias lo ameritaban además de no saber cómo era que esto había pasado.


Luego de que se fuera, me levanté sintiéndome incómodo por los senos que no dejaban de moverse, caminé en el pasillo hacia donde estaba el cuarto de mi novia, dónde aún la escuchaba preparándose para la escuela, sin hacer ruido, entre a su cuarto espiandola cuando aún se encontraba en el baño, pase unos cuantos minutos, deleitandome con su hermosa figura, apreciando su rico culote hasta que de repente noto mi sombra, osease la sombra de su madre quién la miraba bañándose.


-¡Mamá, pero que haces ahí! -


Ella decía asustada mientras terminaba de enjuagarse, por dentro quería someterla y hacerla mía una vez más, pero ante mi apariencia y decisión de esconderme en este cuerpo, preferí salir de inmediato, aunque ella me persiguió poco después, cuando finalmente había llegado hasta mi cuarto.


-¿Qué pasa ma?, Porque me espiabas en el baño, ¿Qué haces vestida así?, a estas horas tú ya estabas totalmente bien vestida y maquillada -


-¡Hay hija, perdón!, es que tú padre no me dejó dormir y estoy muy cansada por lo que viví ayer, solamente quería pasar a ver a mi hermosa hija, luego de lo que pasó, nunca se sabe cuándo pueda volver a ver a mis seres queridos otra vez - 


Parecía que mi actuación estaba funcionando, intenté soltar algunas lágrimas y de la nada la tonta de Ximena me abrazó tratando de consolarme, sentí como sus pechos se apretaron contra los de su madre, sin duda eso era algo rico que jamás había pensado que experimentaria en mi vida, sentís muchas ganas de apretarle el culo y de besarla, de hacerla saber que su macho estaba presente para domarla, aunque ahora estaba dentro del cuerpo de su madre, pero en cambio, la solté sonriendo sutilmente y nos despedimos para que se fuera a la universidad.


Finalmente me había quedado solo en casa, era increíble saber el giro que había tomado todo esto, pues había pasado de ser un vago criminal y drogadicto a una hermosa y muy sexy mujer ama de casa, me miraba en el espejo, caminando hacia mi reflejo, asimilando tener el cuerpo de mi suegra.


-¡Mira nada más pinche suegrita!, Ahora tengo tu delicioso cuerpo, ¿Qué harás al respecto?, ¡Ummm!, mira nadamás que ricas tetas tiene, supongo que no le gustaría que las manoseara con sus manos, ¿o sí? -


-¡No hijo, claro que no, manosearme y hazme toda una ptita! -


-¡Pero claro que sí suegrita! -


Comencé a quitarme el baby doll dejando al descubierto todo su cuerpo, sin duda era una vieja sabrosa, quien aún se conserva bastante rica y en forma, sentía sus senos bastante firmes y el culote que adoraban sus fornidas piernas, sabía que ella hacia ejercicio pero no imaginé que debajo de toda esa fachada de vieja religiosa y ridícula escondiera un cuerpo bastante sexy y exhuberante.


Pase el rato divirtiendome haciendo lo que jamás en m vida hubiera imaginado, pues manoseaba el cuerpo de mi suegra, jugaba con sus tetas y nalgueaba su culote.


-¡Ummm, está bien rica suegrita!, siempre quise decorar su cuerpecito con mi arte, era lógico que nunca aceptaría hacer tal cosa, pero ahora que yo soy el nuevo dueño de su cuerpo, las cosas van a cambiar para un delicioso final feliz para mí jejeje -


Luego de experimentar como era tener el cuerpo de una muy rica mujer, decidí empezar a aprender a vestirme, tenía que saber cómo manejar correctamente este cuerpo y aguantar todos los cambios que provocaban en mi ahora que tenía que ser una mujer adulta, para nada pensaba en caer en la cárcel y está era mi única salida.


-¡Contesta cabron, quien te vende la droga! -el detective le gritaba a mi suegra, quien estaba totalmente aterrada -


-¡Ya les dije que yo no soy este sugeto, el robó mi cuerpo, no sé qué fue lo que pasó! -


-¡Ya déjate de estupideces, contesta, coopera con nosotros o te irá muy mal imbécil! -


Doña Claudia no entendía como había terminado en mi cuerpo, al despertar, sintió todo su cuerpo extraño x de inmediato, supo que estaba en el lugar incorrecto, una vez que miro las esposas atadas como cadenas en sus manos, ella intentó escapar, encontrandose con que ahora tenía mi cuerpo.


La policía no tardó en interrogarla, pero ella no sabía nada y quería con terror recuperar su cuerpo, por más que ella gritaba y lloraba, ningún policía hacia caso omiso a sus quejas.


-¡Ya interrogamos a Doña Claudia!, Ella ya nos dijo todo lo que pasó, ¡eres un maldito criminal, un mentiroso, deja de inventar cosas para salirte con la tuya y confiesa! -


Doña Claudia no sabía que decir, estaba claro que sabía que yo había utilizado está situación como una ventaja para escapar de la justicia, no tenía armas para escapar de esa situación, pues nadie le creería, lo peor, era que sabía que yo estaba en su cuerpo y que podría hacerle algo malo a ella y a su familia.


Pero claro que pensaba en muchas cosas malas, solo que no las que parecían, ahora más que nunca, deseaba seguir con mi valioso arte, aquel hermoso don que la vida me dió y mis estúpidos suegros criticaban, ahora tenía más poder del que pensaba, teniendo este cuerpo y la facilidad para hacer todo lo que una mujer tenía para ofrecer en mis perversos planes.


Aún consternado, coloqué mis senos en el sugetador, tratando de vestir este cuerpo, un par de sensaciones extrañas me estremecian al estar en un cuerpo de un género diferente, trate de no ceder ante la angustia que me provocaba estás nuevas sensaciones femeninas, pensar que entre las piernas ahora tenía ese hueco en dónde se hayaba la vagina de una mujer madura, temblando, estire mis calzones entre mis piernas, sintiendo como se acomodaban en mis nalgas y en la entrepierna, luego de elegir entre un vestido largo y unos jeans, preferí elegir los jeans, aunque al estirarlos por mis piernas algo regordetas solo pude experimentar una especie de tristeza por sentir lo mal que me quedaban, sin dejar a un lado que dicha prenda solo hacía resaltar mejor en culo de mi suegra, me coloqué una blusa olgada, pues de lo mucho o poco que tenía en su armario, era de lo menos revelador para no tener que soportar a los hombres mirándome las tetas, ya tratando de balancear mejor mi equilibrio, salí ansioso por saber que había pasado con mi suegra.


-¡Muy buen doña Claudia!, ya tenemos preso a su yerno, ya tenemos su sentencia, se niega a colaborar y jura que es usted atrapada en su cuerpo -


-¡Por supuesto que no, no le crea a ese maldito criminal!, como va usted a creer que una mujer casada y respetada como yo va a estar metida en esas cosas del diablo - 


-¡Tranquilicese señora, solo le estoy explicando, perdóneme no era mi intención! -


-¡Pues más le vale dejar a ese enfermo tras las rejas, no lo quiero cerca de mi ni de mi familia! -


Las cosas estaban saliendo de maravilla, con mi actuación de mujer respetada nadie sospechaba que las tonterías que mi suegra desesperada por recuperar su cuerpo fueran ciertas.


Regrese lo más pronto posible a casa, mientras que mi novia ya estaba de regreso de la universidad, la miraba bien sexy con su rico uniforme de enfermera, con su rico culito bien marcado, herencia de su madre claro, pero mientras la veía, ella se dió cuenta de mi fuere mirada hacia su culo.


-¿Estás bien ma? -


-¡Si hija!, que bien que ya llegaste, estaba preocupada, yo salí a un mandado con una vecina -


Luego de un rato, bajo de su habitación, yo sabía que debía de mantener las cosas en orden, así que como la mujer que ahora era, debía de preparar la cena para mí esposo y mi hija, de repente, ella se acercó a ayudarme, creí que había dicho que ya no le ayudaba a su madre todo gracias a mi, por abrirle los ojos al no dejarse como una criada, pero tal parece que todas mis enseñanzas valieron mdr, pues luego de rechazarme había regresado como una mojigata, con forme me ayudaba, tuve que acceder sonriente, mientras que la muy maldita, me contaba todo sobre su día como una amiga más, teniendo que reír estúpidamente y tratar de hablar como una madre consejera.


Tal parecía que no había perdido el tiempo y la muy pta ya estaba relacionandose con un imbécil de la universidad, traté de no presentar molestia y con forme la plática me acercaba de manera muy íntima intentando hacerle saber mi deseo por manosearls y darle un beso, cosa que ella parecía comenzar a molestarse, en una de esas, decidí lanzarle una nalgada entre risas, como si fuera una forma de burla.


-¿Qué te pasa mamá? -


-¿Qué tiene hija?, solo fue una inocente nalgada, muchas madres hacen eso con sus hijas -


-¡Eso fue muy extraño!, no lo vuelvas a hacer, no parecía una nalgada normal -


Ximena se quejaba, pues quizás de me había pasado un poco la mano y la había nalgueado metiendole de más los dedos apretujando un poco más fuerte de su nalga, si no tuviese el aspecto de su madre, podría pensar que incluso se trataba de mi mismo.


Ella se fue encabronada a su cuarto, esperando hasta que regresará su papá, quien pocas horas después había llegado del trabajo, saludándo estúpidamente como siempre, el se acercó a mi obligandome a darle un beso, cosa que nege rápidamente dejándolo algo consternado.


Serví la cena con pocos disponibilidad, sentandonos a comer, parecía que no me había salido muy bien, pues el sabor del sazón de mi suegra era diferente al mio, solo me faltaba el ingrediente secreto que me encantaba dejar en toda mis comidas.


Terminando la cena, tuve que lavar los platos como vil mujer esclavizada, luego regrese a mi ahora cuarto en dónde estaba esperando el estúpido de mi suegro.


-¿Qué sucede amor, porque en todos estos días no has querido hacer el amor?, Siempre me decías que me deseabas y ahora no siquiera me miras en la cama, ya no quieres cocinar y has estado distante con todos en la casa -


-¡No me pasa nada!, Solamente ya me aburrí de ti y de tu fastidio -


-¡No te reconozco, estás muy diferente, pareciera que algo te cambio! -


Miraba sus ojos llenos de tristeza, su mente confundida por la actitud que tenía su esposa a quien años había amado, tuve que actuar rápido y tragarme el maldito orgullo de hombre que me quedaba o si no comenzarían a sospechar de mí.


-¡Amor no llores!, soy yo tu querida esposa, solo estaba jugando, me dió esa idea de ser la esposa mala para ver cuánto me amabas tontito - 


Me acerqué a él comenzando a desnudar el cuerpo de su esposa, la adrenalina se apoderaba de mi y poco a poco me salían mejor los movimientos, me sentía tan ridículo y humillado por tener que actuar como una mujer sumisa y deseosa de un hombre, aunque sin pensarlo el cuerpo de mujer que ahora tenía parecía estar manipulando mis sentidos.


Luego de mi aparente actuación, había logrado convencerlo, miraba como obsevaban mis senos deseoso de tocarlos, de un momento a otro, olvidó su tristeza para lanzarse sobre de mi y manosear mis senos, un enorme asco y repudio invadió mi aún mentalidad masculina, pero a medida que sentía como sus manos masajeaban mis senos comenzaron a volverme loco, de repente, mi suegro empezó a besarme y a acariciarme el cuello con sus labios, intentando hacerme chupetones coquetos con su boca, pero en lugar de renegar por ello, parecía que mi cuerpo reaccionaba complaciente ante sus estímulos, pronto, comencé a jadear inmerso en una dopamina de placer que como nunca antes había sentido en toda mi vida, completamente diferente a lo que una droga había provocado en mi alguna vez.


Sentía como mi entrepierna escurría desbordante, provocando en mi un fuerte cosquilleo, mis gemidos cada vez se volvían más fuertes y, antes de que pudiera evitarlo, mi suegro tomo mis piernas, agarrando impulso hasta introducir dentro de mi vagina su miembro, obligandome a soltar un gemido bastante fuerte que de solo escucharme me vibraban los nervios, poco a poco mi suegro me estaba cogiendo como a su esposa, sintiendo su pene entrar y salir en repetidas ocasiones, deslizandose dentro de mi órgano, sentía como mis senos rebotaban por todos lados, mientras que las fuertes manos de este las apretaban y mordía con sus dientes mis pezones completamente erizados por el placer hormonal que en todo mi cuerpo cedía.


Un fluido extraño y caliente penetraba en mi interior, estaba tan apurado cohibido con tantas emociones que llegaba una tras otra que no me había dado cuenta de todo lo que ese hombre había hecho conmigo, me sentía tan increíble que no podría pensar en lo estúpido que había sido al haberme dejado penetrar por un hombre, ahora solamente podía pensar en lo perturbador que había sido, en verdad esto me estaba dominando, será que me estaba volviendo gay? 


El se alejo y manos quedamos exhaustos sobre la cama, mientras que el me arrinconaba sobre la cama a tiernos besos confirme terminamos dormidos.


A la mañana siguiente, sentí una emoción muy grande de la nada, me levanté inspirado, caminé hacia el baño sintiendo una fuerte necesidad de orinar, note que mi suegro seguía acostado, me preguntaba porque seguiría ahí en lugar de ir a su trabajo, rápido, recordé que hoy era sábado así que no tendría apuro en preparar ma comida, caminé hacia en baño encontrandome aún consternado con mi reflejo en el espejo, mirando aquellas dos protuberancias que ahora eran mis senos colgando de mi pecho, admirando a su vez aquel rostro que ahora era mío, mi vejiga me punzaban y a su vez, tuve que volver a experimentar la extrañes de sentarme sobre la tasa y evacuar mis necesidades por medio de aquel órgano que aún me dejaba intranquilo, terminé mi urgencia, limpiando con cuidado aquella parte, enjuague mi rostro envejecido, me coloqué una bata para cubrir todo mi cuerpo y baje a preparar el desayuno, sin pensarlo estaba haciendo todo como si está fuese ya una costumbre de mi mismo.


Ambos seres con los que habitaba bajaron a desayunar, encantados por el aroma que emanaba de mi comida, teniendo una mañana bastante agradable, de repente, sonreía sin querer a mi suegro, quien al igual me lanzaba una sonrisa algo pervertida, me sentí tonto por los momentos, pensando en lo estúpido que era al coquetear con otro hombre, pero Ximena estaba obsevabanos con gracia, haciéndome sentir aún más miserable al saber el porqué de esas miradas.


"¡Me había cogido mi suegro!"


Pensaba confrontado por dentro, ahora me sentía un completo idiota, vencido y corrompido por el cuerpo de una mujer madura.


Terminamos la escena, Ximena me ayudó a lavar los platos, disculpándose por su reacción de la otra noche, asentí tratando de desvíar la atención a lo sucedido para que no continuará sospechando, le lance una sutil sonrisa mientras que intentaba sacar a flote lo relacionado con su padre y nuestros jugosos alaridos de la noche.


Continuando, trate de despejar mi mente, luego de tener que recordarlo y comentarlo como una tonta plática entre mujeres, cuando de repente, note el tatuaje que Ximena traía en en brazo, mismo que yo le había plásmado hace ya algunos meses, haciéndome recordar el verdadero propósito que tenía en un vida.


Luego de unos días, estar en la vida de una mujer se estaba volviendo aburrido, mi suegro y mi ex novia se había idoa sus respectivos lugares, fue cuando decidí aprovechar y salir a tratar de recobrar algo de mi antigua vida.


Me arregle lo mejor que pude, vistiendo de nuevo con unos jeans algo cortos y pegados al igual que una blusa normal tanque no tenía nada mejor, sentía que me cuerpo no sé lucía nada, pero ya de por si me sentía extraño teniendo que portar una lencería en el cuerpo como para pensar a verme mejor con este cuerpo de mujer madura que traía.


Me miré en el espejo admirando mi reflejo, aún pensando en lo felíz que me haría por fin fregar a esta vieja a la que tanto coraje le tenía, su cuerpo necesita una buena adaptación a mis gustos, su cuerpo y mi alma lo gritaban a tope, y solo yo podrá hacer que este cuerpo de mujer madura en verdad se luciera como debía.


Llegué a una plaza, dónde poco a poco comencé a escoger buena ropa para expresar mis emociones, además de lucir mis atributos como se debía, eligiendo buenos conjuntos para mis senos, al igual que lo que sabía que estaba de moda y a los chavos les encantaba para ver a una mujer madura en acción.


Después de mi afanado día de compras, traía conmigo todo lo que necesitaba, pero me faltaban unas cosas de mi preciada lista para lograr mis metas a futuro, regrese a dónde vivía antes, ya ni había policías ni nadie que rodeará el área, sabía que no podría recuperar mis adicciones, pero al menos esperaba que mi equipo de arte aún estuviera completo y conservado.


Afortunadamente todo se encontraba en orden, me sentía feliz por poder recuperar mi equipo, regrese a casa totalmente preocupado de que no me descubrieran, guarde todo en un lugar seguro, pues ya siendo está mi casa debía de mantener todo a salvó.


Al día siguiente, decidí empezar con mi pequeño gran proyecto, pues decidí aprovechar este cuerpo lo mejor que fuera, me vesti tan provocativa como fuera posible, haciendo lucir mi culo y mis senos, me di una peinada y me maquille un poco metalera, salí conmocionado y bastante atrevido a la calle, sintiendo como mis senos estaban bien descubiertos, miraba como todos los hombres me veían por mi delicioso cuerpo.


Llegué al antiguo salón de arte dónde trabajaba, encontrandome con un antiguo amigo que obviamente no me reconocería, al entrar, el se quedó babeando, pues siempre había soñado que una hermosa milf llegará para tatuar su hermoso cuerpo, ah decir verdad, ese era en sueño de ambos, solo que se me cumpliría de otra manera.


-¡Y bien señorita Claudia, dice usted que se llama!, ¿Qué clase de tatuaje quiere para plasmar en su hermoso cuerpo preciosa? -


-¡Pues me gustaría uno de los que tú antiguo amigo hacía!, ¿Puedes? -


-¿A quién se refiere doña...?, ¡Yo siempre eh trabajado solo jeje...! -


-¿Estás seguro bebé? -le decía en tono seductor, aguantadome la risa al verlo sucumbir hasta casi venirse con su notable erección en la entrepierna -


Me abrí la blusa dejando ver un poco mejor mis senos, caminé seductoramente hacia el tomando su cabeza hasta empujarla sobre mis tetas como si de una almohada se tratara, sentí como estaba caliente al igual que yo.


-¿Señora en verdad está usted bien? -


-Si no lo estuviera, ¿Tu crees que haría esto bebé? -


Restregue su rostro en mis senos, mientras que con sus manos me más apretaba, de un momento a otro comencé a sentirme muy superior y dominante, llenaba de placer sentir como sucumbia ante mis encantos, siguiendo con el juego, decidí no revelar mi identidad, pues igual lo conocía y podría delatarme si se equivocaba.


Seguí excitandolo hasta que finalmente note como una sacudida envolvió su cuerpo en placer, ya se había venido y estaba listo para darme una buena obra de arte, desabroché mis jeans y me baje la tanga haciendole ver la mejor área en dónde quería un tatuaje.


-¿Qué te parece..., Por aquí bebe? -


-¡Ay amor, pues claro, me encantaría tatuarte el culo! -


Prepare mis piernas sobre el taburete, mientras el comenzaba a prepararse, un pequeño miedo invadió mi cuerpo, pues al parecer mi suegra le tenía miedo a más agujas, trate de someterme, apretando el culo fuerte hasta calmarme cuando ya la aguja estaba penetrando mi carnoso culo, hasta que terminó finalmente de hacer en tatuaje y todo había quedado listo.


-¡Listo mi amor!, ¿Qué te pareció? -


-¡Bastante sexy amor, así me gusta, como te enseñe, cada vez mejor! -


El no me entendía, pero me satisfacía darle ese toque misterioso, le di una probada más de mis exquisitos senos, dejandolos caer desnudos frente a el, me manosee salvajemente masturbándome hasta que el cayó rendido de lo increíble que había sido la experiencia de tener a una milf como la que ahora yo era, dándole un verdadero show en persona.


Me largue sin pagarle, pues sabía que había sido paga suficiente lo que había hecho con su mente, regresé a casa esperando a que mi nueva familia me encontrará.


-¡Wow mamá, pero que te hiciste! -


Ximena me decía, totalmente asombrada del cambio que le había dado a su madre, le presumi mi aparecía de mujer valiente y poderosa, además de mostrarle el tatuaje que me había hecho, obviamente, ella me desconoció como su madre totalmente, mi ahora esposo por igual, pero solo bastaba con un buen discurso de mujer valiosa y poderosa para calmarlos y hacerles ver qué mi rebeldía solo se debía a un capricho de mujer madura, viviendo al límite de su vejez.


Poco a poco comencé a máquillarme mejor, me vestia cada vez más provocativa, cuando no había nadie en cada, convertía a mi suegra en toda una zorra, abrí mi only fans, dónde expresaba mi cuerpo y mi arte, todos mis nuevos seguidores me amaban, era la reina milf de los tatuajes.


Pronto comencé a ganar millones por mis tatuajes y mis fotos íntimas bastante sexys y perversas, aprovechado de todo lo que el cuerpecito de mi suegra me daba, siendo está una total minita de oro.



Al poco tiempo, ya tenía gran fama entre mi propia comunidad, decidí abrir mi nueva clínica de tatuajes, dónde recibía a muchos hombres bastante interesados en mi y en mi arte, pronto me había convertido en una gran celebridad, ganando millones por mi trabajo, y obvio por mi hermoso cuerpo.


Si la tonta de mi suegra hubiera sabido, quizás le habría sacado un mejor provecho a su cuerpo, pero nada hubiera sido así, si yo no hubiera terminado en su cuerpo.


Había pasado tiempo y ya no tenía miedo de nada, era una celebridad y una gran inspiración para hombres y mujeres, era una delicia para la comunidad, y todos amaban y deseaban mis tetas y mis tatuajes, ahora era una letra y una artista más de las grandes y mejores reconocidas en el mundo, todo gracias a mi suegra y a esos misteriosos brownies mágicos.


-Kary-

2 comentarios:

  1. Excelente historia Kary, me encantó!!👏❤️🔥

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  2. ¿Por qué tus historias son sobre mujeres buenas/trabajadoras cambiando con eacoria social? Tantas mimadas y burras con buenos cuerpos pero siempre incluyes a gente así, como le debes tener envidia a gente exitosa 🤣

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