Comprendiendo a una Colegiala

Luego estar una semana atrapado en el cuerpo de Gabriela podía  comprender un poco más sus extraños cambios de humor, hace unas semanas ella había sido la jefa de mi equipo cuando esta se puso a mandarnos y a exigirnos nuestro trabajo por una buena calificación, ambos habíamos sido buenos amigos en la primaria  pero al llegar a secundaría nos alejamos por algunas diferencias, sobre todo el crecimiento, durante la estancia  en el equipo nos peleamos siendo que ella tenía una actitud muy arrancada y sobre potente con todos, para validar algunas materias, los maestros nos habían clocado como grupo en la Swap Class, el cambio fue algo curioso para mí cuando me encontraba ahora en el cuerpo de Gabriela, mucho aguante hasta llegar a su casa cuando aproveche para descubrir el excitante cuerpo que ella poseía debajo de todas sus prendas escolares, como suponía los primeros días ella me exigía respeto hacia su cuerpo aun sin saber que lo había explorado desde el primer día, conforme pasaba los días en nuestros nuevos cuerpos, Gabriela parecía cada vez más feliz  en el mío, me ignoraba un poco más y me dejaba sola cuando los chicos me seguían, yo comenzaba a sentirme más incómodo y hasta de mi mejor amigo me había alejado por andar a las vivas conmigo, lo peor fue cuando llego el periodo del cuerpo de Gabriela, pasando por dolores desesperantes y cambios de humor exagerados, cuando la temporada  de la clase termino, algo estuvo mal en el sistema pues parecía que Gabriela y yo ya habíamos regresado a nuestros cuerpos, les pedí apoyo a los maestros mismos que ignoraban mi situación y hasta el maestro en quien más confiaba me pedía unas pruebas muy intimas para ayudarme a regresar a mi cuerpo, al final de cuentas en tendí que Gabriela se había encariñado con mi cuerpo haciendo un plan para quedarse con mi cuerpo, “Así que si están leyendo esto, por favor necesito que me ayuden a regresar a mi cuerpo, ya no soporto ser una chica y ya no aguato al desangrarme cada mes por mi periodo”