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¡Pero miren nada más!, quién está ahí –Miguel le decía a su perrito luego de
que este llegara y le saltara –, -¡Ay, no puede ser!, otra vez ese maldito
perro me va a estar lamiendo, no puede ser que no puedas controlarlo –Vaneza su
novia le decía molesta de tener que soportar a la mascota del chico –, -¡No te
preocupes Rufus!, no le hagas caso, que bueno que no entiendes, así no tienes
que estar aguantando los gritos de la enojona esta –, -Si tan solo supieras que
si entiendo y que odio a esa mocosa estúpida, yo solo quiero tenerte a mi lado
lejos de esa amargada –Rufus pensaba en su mente canina –, -¡Así que amas mucho
a tu humano!, ¿Verdad? –una voz misteriosa le decía al acercarse –, -¿Quién
dijo eso? –Rufus buscaba por todos lados hasta que noto como en el jardín una
luz intensa le llamaba –, - ¡Sí!, yo puedo hacer que estés siempre cerca de tu
amo y que te amé para siempre, tú también lo harás verdaderamente feliz, siento
un amor de macota muy intenso en ti y debes de aprovecharlo –el Hada le decía
luego de ver todo lo que había pasado –, - ¡Si, sí, quiero hacer feliz a mi
humano siempre! –Rufus saltaba de emoción, cuando la extraña Hada agito una varita
y polvo brillante rodeo al canino envolviéndolo e su manto, hasta que Rufus se quedó
inconsciente –
A la mañana siguiente, Rufus se despertó confundido, sentía su cuerpo muy extraño, pronto experimentó cosas que jamás había sentido en su cuerpo, de repente sentía como podía mover un par de brazos y piernas humanas, en eso, escucho un par de fuertes ladridos proviniendo del jardín y con su aún instinto animal, salió corriendo tropezando hasta el jardín, fue entonces cuando noto que un perro muy parecido a él se encontraba golpeando el vidrio de la puerta del jardín, se sentía bastante raro en todo su cuerpo, pero su cabeza le dolía y comenzaba a entender que ese no era su cuerpo si no un cuerpo humano, Rufus no entendía lo que pasaba, tenía manos y pies humanos, su piel era humana y al parecer tenía dos montículos carnosos muy suaves y sensibles en su pecho, jugo con ellos un rato experimentando cosas nunca antes imaginables para su mente canina, se sentía en el paraíso, de repente, Miguel, su amo, bajo entre bostezos mirando todo, -¡Oh!, olvide meter a Rufus anoche, le debe de haber dado mucho frio, espero no se enferme –el chico decía, -¡Mi, Miguel! –Rufus hablaba sorprendido escuchando una voz humana salir de su hocico, ambos humanos se quedaron mirando y entonces Rufus se echó encima de él lamiendo su rostro y poco a poco comenzaron a besarse, Rufus sentía una sensación extraña dentro de sí mismo y poco después estaba en la cama de nuevo si ser corrido por nadie, a lado de su amo, después del ajetreado día, Rufus había aprendido a ser un humano, ahora sabía que estaba en el cuerpo de Vaneza, la odiosa novia de su amado humano, podía comprender todo lo que los humanos hacían y decían a la perfección, también parecía que tenía recuerdos de Vaneza, por lo que podía actuar como ella sin problema, pero Rufus aún era el alma de un perrito atrapado en el cuerpo de una chica humana y necesitaba liberar sus instintos naturales caninos, algo que a Miguel se le hacía extraño de la nueva Vaneza pero le excitaba por fin poder liberar sus fetiches con el nuevo comportamiento de su novia, pues la deseaba como una perra sumisa dispuesta a todo así tal cual como Rufus deseaba que lo tratara de ahora en adelante, mientras que a la pobre de Vaneza, ahora que tenía el cuerpo de un perro, su mente se había perturbado si poder comprender todo lo que quería expresar, ya que tenía el cerebro no desarrollado de un perro y lo único que podía hacer era ladrar y mirar con horror todo lo que Rufus hacia bastante bien con su cuerpo.
Wow Kary me encantó esta historia me encantaría que la continuarás para saber que pasará con Rufus si es que podrá adaptarse completamente a su cuerpo humano y que piensa hacer con Vaneza en su cuerpo o si está aceptara ser un perro toda su vida uwu
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