No
sé cómo mi tonta novia me había convencido de ponerme uno de esos trajes
ridículos de pijamas en forma de peluche, me sentí tan tonto eh incomodo, para
variar tenía que ponérmelo al desnudo, sentía como todo me calentaba y me
picaba, luego de besarnos y tomarnos muchas ridículas fotos, nos quedamos
dormidos juntitos abrazados.
Había
sido una noche bastante incomoda hasta
que había despertado en medio de la noche sintiendo un gran pánico y sudando,
pero poco fue mi resistencia y me termine quedando dormido, al día siguiente,
me desperté mirando a mi novia encima de mí, sentía como ponía sus manos en mi pecho y me
acariciaba sutilmente haciéndome sentir estremecido como si me provocara muchas
cosquillas muy sensibles, ella me miraba con rareza y se quería burlar de mi también,
me dio un fuerte pellizco en los pezones y grite jadeando extrañamente de haber
sentido un espasmo por culpa de ellos recorriendo todo mi cuerpo, de repente sentí
algo húmedo ahí abajo y cuando revise sentí como un fuerte chorro húmedo brotaba
de mi entrepierna, pero me asuste al sentir que ya no tenía nada entre las
piernas, estaba totalmente hueco, mi novia se hecho a reír y luego de
levantarme me abrí la cremallera encontrándome con mi pecho lleno de dos
montículos proporcionados y carnosos saltando lado a lado, los tome
sintiéndolos bastante sensibles y jadee un par de beses confundido, se sentía
tan bien acariciarlos, pero fue entonces que mire a mi novia bastante
confundido y enojado.
-
¿Por qué me mierda me transforme en mujer? –le decía, pero ella solo se reía –
Me
quité todo el traje de peluche examinando que me había convertido totalmente en
una hembra, ¡Carajo!, le gritaba sintiéndome bastante incomodo, luego de pasar
el día como mujer, mi novia me ayudo a maquillarme y a vestirme, me obligo
literalmente a salir como una chica con ella y la pasamos increíble siendo ambas
unas lindas nenas por las plazas, compramos mucha ropa y luego de pensar que
todo había sido simple diversión, me dijo que habíamos comprado todo esto para
que lo usara desde ahora ya que la magia de la dicha pijama no tenía vuelta
atrás, que había llamado a la tienda mágica donde los había comprado y que el
hechizo seria permanente, ella lloraba avergonzada mientras que yo lloraba
traumado de tener que vivir así toda mi puta vida.
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