miércoles, 23 de noviembre de 2022

𝑪𝒂𝒔𝒕𝒊𝒈𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒃𝒖𝒓𝒍𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒈𝒐𝒓𝒅𝒂𝒔


Al principio, yo era quien me burlaba de las gordas que se ponían a hacer zumba en el parque, siempre fui el que les gritaba gordas, no sirve de nada hacer esas maromas si siguen tragando.

Yo era el chico atlético y musculoso en buena forma que siempre salía por las mañanas a correr y seguir en forma, obsesionado con la idea de llevar mi cuerpo hasta el máximo, pero siempre era impedimento visual ver como esas tipas se la pasaban intentando hacer algo que no eran ni serían jamás.

Hasta que un día, mientras estaba a la mitad de mi rutina, pase por un paso un poco solitario entre el bosque del parque, cuando de repente, un tipo salió de la nada sorprendiéndome, me tomo como abrazándome con fuerza y yo sin poder moverme, incluso parecía que este tenía una fuerza sobrehumana, ni con mis fuertes músculos podía sacarme de esa presión que me apretaba, no lograba distinguir el rostro ni la apariencia del hombre, parecía un hombre sombra, sin identidad, un mounstros de la naturaleza o de otra dimensión, cuando entonces, una corriente se apoderó de mí y comencé a sentir como todo mi cuerpo vibraba, estremeciéndose mientras experimentaba todos los cambios que sufría mi cuerpo.

No podía detener lo que pasaba, hasta que finalmente, el sujeto pareció haber terminado y yo acabe inconsciente sobre el suelo, mismo donde me dejó ahí abandonado.

Cuando desperté, un par de personas estaban a mi alrededor mirándome como si estuviera enfermo o algo.

-¡Ya despertó! -

-¿Señora está bien? -

-¿Qué te pasó, quien te hizo esto? -

No entendía porque las personas estaban tan preocupadas, pero más que nada no entendía porque me decían chica o se referían a mi en femenino, trate de levantarme aturdido aún por lo que me había pasado, cuando sentí como mi cuerpo parecía reaccionar de manera diferente, notando como un par de masas rebotaban en mi pecho sintiéndome bastante incómodo.

-¿Porque tengo tetas? -

Fue mi primera reacción al notar que cosas colgaban de mi pecho, moviéndose involuntariamente, las toque con mis manos sintiéndome algo excitado, mi cuerpo reaccionaba de esa forma, note el cabello largo y por último el como mi cuerpo se veía diferente, incluso mi vestimenta había cambiado totalmente para encajar con mi cuerpo.

-¿Señora que le pasa, cómo se llama? -

-¿De dónde viene, dónde vive?, Nunca la había visto por aquí -

-¡No, no lo sé, yo no sé que me pasó, yo no soy una mujer! -

Contesté tratando de que alguien me ayudara pero veía que era inútil, la gente comenzó a hacerse más en el montón de personas que acudían a mi aparición, nadie sabía quién era cuando todos antes me conocían por ser el joven músculo del barrio, me sentí muy mal de todo lo que me estaba pasando, pero si había una causa era por ese tipo o cosa que me sujeto provocando todo esto, en qué se supone que me había convertido.

Mire a todas las personas en busca de respuestas que claramente no encontraría, nadie sabía que me pasó, ni siquiera sabían quién era yo, cuando entonces, pude percatarme como el grupo de obesas señoras estaban en el fondo observándome y riéndose de lo que me pasó, mirándome con burla y objeto, algo me decía que ellas tenían que ver con lo que me estaba sucediendo, trate de ponerme de pie aún aturdido con los cambios en mi cuerpo, los más drásticos mis grandes y pesados senos, claramente mi barriga aumento considerablemente, la grasa en mi cuerpo apropósito y sentía en culo regordete de igual forma.

Caminé desorientado pidiéndole a todos que me dejarán en paz, que ya iría a mi casa, con dificultad, sintiendo como todo en mi cuerpo rebotaba, logré llegar hasta mi casa, dónde ya vivía solo independientemente de mis padres, parecía que por dentro las cosas también habían cambiado, parecía que todo se había acomodado a mi nueva identidad, aunque ahora era Claudia, una mujer de 37 años con sobrepeso, secretaria de una empresa de cosméticos, cuando yo era un joven de 23 años egresado como licenciado en leyes.

Mi vida se había ido por el caño, mi futuro, mi metas y mis planes, pero aún peor, mi cuerpo, al mirarme por primer vez en el espejo no podía aguantar el asco y las ganas de vomitar al verme como un ser que tanto repudiaba, una mujer con sobrepeso y vida de mala gana, estaba arruinado, pero sabía quién me había hecho esto, al menos, las autoras intelectuales del suceso, no solo mi vida había cambiado con mi cuerpo, también mis cosas y mi ropa, todo de señora y una obesa, llore el resto del día aún incomprendido, no sabía que hacer ni siquiera si llamar a mis padres, no sabía si me creerían.

Trate de levantarme, no pensaba caerme y rendirme fácilmente, tenía que saber cómo pasó todo esto, saber si mis padres estaban bien y si aún podría convencerlos de que aún era su hijo, con odio me bañe descubriendo cada maldita puerca parte de mi cuerpo, tuve que tragarme mi orgullo y ponerme la ropa que tenía, el sujetador y esas cosas de mujer madura, tome un taxi hasta casa de mis padres y con valor toque la puerta.

-¡Hija, eres tú, pasa! -

Un vacío profundo me golpeó el estómago, ella me había llamado hija y no solo eso, parecía estar más envejecida, una lágrima corrió por mi mejilla, mi padre ahora viejo apareció también tratándome como su niña, estaba desesperado, simplemente trate de pasar el día con ellos descubriendo más cosas de mi supuesta nueva vida, algo que solamente me trajo más lagunas mentales y odio hacia lo que me habían hecho a mi y a mi familia.

Volví a casa muy triste, deseando estar muerto o muerta, me tumbe sobre la cama y sin darme cuenta me había llevado un bote de helado y algo de galletas, cuando termine de devorarlo, un miedo tremendo se apoderó de mí, no podía dejar que esto me consumiera, no podía quedarme así sin hacer nada, no podía dejarme vencer y ser una gorda para siempre.

Me levanté muy temprano y me preparé para salir a iniciar de nuevo, comencé a dar mis primeros pasos de lucha femenina, si este era mi destino, trataría de devolver el golpe que la vida me había dado, trote poco a poco hasta que había llegado al parque, me sentía todo cansado y algo ahogado, pero entonces.

-¡Chicas miren quien está ahí! -

-¡Es Claudia nuestra nueva amiga! -

-¡Jajajaja jajajaja jajajaja! -

-¿Cómo estás gordita? -

-¿Ya vienes a hacer zumba con tus amigas las vacas? -

-¡Jajaja jajajaja jajajaja jajajaja! -

-¡Malditas viejas hijas de puta! Ustedes hicieron esto -

-¡En primera, a nosotras no nos vienes a insultar! -

-¡En segunda!, Técnicamente no fuimos nosotras, pero si contactamos al que te hizo esto y le pagamos muy bien por ello -

-¡Malditas miserables, porqué! -

-¡Jajaja jajajaja jajajaja! -

-¿Miserable, todavía tienes el descaro de decir eso? -

-Estábamos cansadas de tus insultos, de que nos vieras como vacas y unas viejas obesas, palabras según salidas de tu boca -

-Así que lo primero que hicimos, fue contactar con el Switcher y hacer que te transformara en lo que tanto odiabas -

-¡Ahora mírate, eres toda una gordita! -

-¡Jajaja jajajaja jajajaja jajajaja jajajaja! -

Fue entonces que mi alma pareció partirse en mil pedazos, mi vida estaba destruida gracias a ese montón de gordas miserables, regrese a casa con el cuerpo adolorido y con el alma destrozada, llore sin hacer más y desperté hasta el día siguiente, me sentía horrible, pero tenía que trabajar para vivir, me sentí bastante faltal, me puse la ropa de una secretaria con sobre peso y me dirigí hasta la que era mi nueva oficina.

-¡Claudia ya tienes listo mi café! -un sujeto que ni siquiera conocía me ordenaba -

-¡Ah, sí, si joven, ahorita se lo llevó! -

Pase el día más horrible de toda mi vida, aún más que el anterior y el anterior, no sabía cómo ser una mujer y menos una idiota secretaria a la que veían como una vaca, volví a casa bastante deprimida, no sabía que hacer con mi vida, fue entonces que mire a un par de chicas correr y mantenerse en forma juntas, volví a sentir ese deseo de fortaleza y superación, nada ni nadie me dejaría caer desde ahora, ni siquiera ese montón de vacas y mi cuerpo convertido en una de ellas.

Me levanté muy temprano y comencé de nuevo, trote lo suficiente y así durante los siguientes días, trate de cambiar mi nueva alimentación, hice todo por lograr llegar a mi nueva meta y finalmente lo había logrado, aún faltaba mucho por recorrer, pero al menos ya no era una gorda como las demás, me había superado y ahora era una mujer bastante sexy.

-¡Ay maldito infeliz! -

-¡Ese bastardo lo logró! -

-¡Mírenla como se ve, es un maldito! -

-¿Qué paso vacas, pensaron que esto me iba a detener? -

Luego de decirles eso y restregarles en su cara devolviéndoles el golpe, me sentí completamente plena y libre, desde ahora nada ni nadie me detendría nunca más.

-Kary-



4 comentarios:

  1. Hola Karina, desde hace tiempo quería escribirte para decirte que soy fan de lo que escribes, así de cómo mantienes a la comunidad a pesar de todo, me gustan mucho tus historias, y a pesar de que no sientas que vivas de la opinión de los demás (como debiera de ser), la verdad es que que quería decirte que eres una gran escritora y que aquello nuevo que innovas para el blog, es súper genial, verás que seguirás recibiendo mucho apoyo =)

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  2. Se superó pesé a su repentino cambio me gustó

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  3. Me gustó mucho, no estaría mal otro dónde vemos su superación laboral. Aunque sea una cap chiquita.
    Muchas gracias Karina por tus historias 😃

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