El Colegio Universitario Los Hoppers
había abierto las puertas de un nuevo ciclo para el mundo, John Newman un Body
Hopper y con carrera en administración y leyes había
reunido a sus amigos en los cuerpos de algunas chicas colegialas para
divertirse hasta que al verse como lindas colegialas se le ocurrió una buena
idea para la humanidad, pronto sus amigos lo miraron con incredulidad, pero
todos estuvieron de acuerdo, algunos con conocimientos en sus materias
asignadas por el mismo John y otros teniendo que poseer gente de las carreras
que había elegido curiosamente para sí mismos, poco después habían asistido con
nuevos cuerpos con los que se quedarían
al menos para dar clases hasta que sus cuerpos murieran o ya no pudieran con la
tarea educativa.
Carla entraba en el registro de la
institución, la primera alumna en registrarse y en la carrera de Gastronomía,
el consejo escolar sonreía y aplaudía los grandes avances del inicio de su
Institución, Miguel estaba ansioso de tener a su primera alumna, no olvidaba
aun toda la información que saco de la chef Beti una mujer reconocida por sus
grandes platillos en el mundo, llevaba su cuerpo joven atlético de 24 años con
su mente y experiencia de un hombre de 390 años, al menos el señor Neil no
necesitaría su cuerpo para dar unas tontas clases de cocina y podría cuidar y
mantener su cuerpo cuando este lo dejara y regresar al día siguiente para dar
sus clases, sus primeras clases, Miguel sonreía dulcemente a la nueva chica,
-¡Oh Chef buenos días no sabía que usted estaba aquí! –adulaba la joven chica,
ambos se miraron un largo rato pues para Carla ver a un joven y sexy chico como
su nuevo y primer maestro cocinero la haría sentirse excitada, Miguel reacciono
ante sus estímulos, le dio algunas indicaciones para que nada de esto se pudiera
poner más raro de lo que era y entendiendo esto Carla le siguió el juego hasta
que perdió el control de su cuerpo notando como sus propias manos se dirigían a
sus pechos comenzando a desnudarse, -¡Pero que rayos! –decía la chica
prisionera en su mente, -¡Oh no temas te
dije que esto era así! –contestaba Miguel, -¡Pero…, pero, yo creí que
estaba jugando y que me haría otra cosa!, yo no quiero esto por favor, déjeme
ir no diré nada a nadie –suplicaba la chica, luego su propio cuerpo comenzó a
preparar los ingredientes y a mezclar la harina con el agua y otros
ingredientes, -¡Bueno para nuestra lección de hoy haremos ricos bolillos!
–decía Miguel a la chica mientras que desnudaba su cuerpo amasando la harina y
frotándola por su cuerpo, la chica estaba algo enfadada pero pronto se estaba acostumbrando sintiendo se algo
excitada, -¡Oh, está bien Chef!, como guste pondré mi cuerpo a su disposición,
espero aprender más de usted -decía la chica luego de volver a tener el control
de su cuerpo y salir con un par de ricos bolillos en sus manos, se alejó con
una sonrisa el hombre y una lección nueva aprendida en su mente, -¡Oh, que
rayos fue eso!, bueno al menos ya sé cómo hacer estos ricos bolillos, ¿cuál
será la lección que veremos mañana? –se preguntaba Carla al salir plácidamente
del Colegio.
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