domingo, 2 de febrero de 2020

Las Gemas De La Corona - Pr贸logo


Hola buenas.
Aqu铆 les dejo el pr贸logo de la otra historia que ir茅 intercalando. 




Pr贸logo
La Gema Roja




Logan no ten铆a mucho que perder en su vida. A sus veintis茅is a帽os, lo 煤nico que esta ten铆a de bueno era su novia, Rebecca, una chica solo dos a帽os menor que 茅l y dulce como nadie m谩s que Logan conociera. El resto era historia: un trabajo mediocre y unos sue帽os imposibles le manten铆an el car谩cter amargado que todo el mundo odiaba en 茅l.
Solo Rebecca segu铆a siempre a su lado, pasara lo que pasase.
Una gota le cay贸 en la frente y se desliz贸 por el puente de su nariz hasta parar a sus gafas de montura cuadrada. Logan mir贸 al cielo encapotado y maldijo entre dientes. Ech贸 a correr calle abajo por la v铆a desierta. ¿Por qu茅 no se hab铆a llevado en paraguas consigo? Esa estupidez era muy propia de 茅l.
La lluvia comenz贸 a arreciar cuando decidi贸 refugiarse bajo el saliente de uno de los edificios que daba de frente con el gran r铆o que atravesaba la ciudad. Ech贸 mano al peque帽o colgante que siempre llevaba al cuello mientras contemplaba el r铆o.
Su abuela le dio ese colgante en su lecho de muerte cuando 茅l s贸lo ten铆a siete a帽os. Le dijo que la piedra que guardaba en su interior solucionar铆a cualquier problema que tuviera en el futuro. Le dijo que lo llevara siempre consigo.

Se arranc贸 el colgante del cuello de un tir贸n, lleno de rabia. Lo mir贸 como si fuera el causante de todos sus problemas. Lo abri贸 y observ贸 la peque帽a piedra de color rojo oscuro. Realmente lleg贸 a creerse las palabras de su abuela. Lleg贸 a creer que de verdad aquella diminuta piedra podr铆a ser la soluci贸n a su desastrosa vida.
¡Qu茅 equivocado estaba!
Se dio cuenta de que solo se hab铆a dejado esperanzar por los desvar铆os de una vieja senil en su lecho de muerte. Cogi贸 la piedra entre sus dedos y dej贸 caer el colgante al suelo. La diminuta gema apenas sobrepasaba el tama帽o de su u帽a.
Mir贸 al r铆o, que bull铆a con furia alimentado por la copiosa lluvia, e inhal贸 hondo. Cuando exhal贸 nunca hab铆a estado tan seguro de nada en su vida.
—Muchas gracias abuela—dijo—. En serio, much铆simas gracias por nada.
Y lanz贸 la piedra al r铆o.
Se sinti贸 bien mientras la ve铆a desaparecer con la corriente. Casi plet贸rico. Hasta que lo sinti贸. Fue solo una leve sensaci贸n al comienzo, un peque帽o calambre en el pecho, pero unos segundos despu茅s un nuevo calambre m谩s fuerte le invadi贸 el estern贸n.
Ech贸 a correr presa del p谩nico.
<<Me estoy muriendo. Este es mi fin>>, pens贸 mientras el calambre se hac铆a m谩s intenso, se le extend铆a por todo el pecho y los hombros y le imped铆a respirar con normalidad.
Corri贸 con todas las fuerzas que le quedaban, que dado el dolor que le invad铆a el cuerpo no eran muchas. La ropa comenz贸 a pesarle cada vez m谩s. El dolor ya se le estaba extendiendo por los brazos y las piernas, que le fallaron y cay贸 al suelo. Le dol铆a todo el cuerpo como nunca antes en su vida.
El edificio en el que se encontraba su apartamento, el que compart铆a con su novia Rebecca, se encontraba a solo unos metros. Hizo un esfuerzo por levantarse del suelo y corri贸 de nuevo. Lleg贸 al portal del edificio y abri贸 la puerta con dificultad. El dolor le hab铆a invadido ya la cabeza y le costaba formar un pensamiento coherente.
Su apartamento se encontraba en un tercer piso sin ascensor. Subi贸 los escalones a gatas como pudo y entr贸 en su apartamento, agradeciendo que ning煤n vecino estuviera ah铆 para verle sufrir. Cerr贸 la puerta de su apartamento y el dolor le doblo las rodillas de nuevo. Cay贸 al suelo y se qued贸 boca arriba muy quieto, mirando al techo. Quiz谩 si dejaba de luchar ese calvario acabar铆a antes.
—¡Becks!—llam贸 a Rebecca.
Tambi茅n agradeci贸 que su novia no estuviera en casa para verle sufrir. Rebecca se preocupar铆a mucho, y 茅l no quer铆a verla sufrir. Ella era la 煤nica luz en su oscura y m铆sera existencia.
El 煤nico motivo por el que luchar.
Decidi贸 hacer un 煤ltimo esfuerzo. Si sal铆a de esa se esforzar铆a por ser una mejor persona, un mejor novio para Rebecca, y sobre todo se esforzar铆a por mejorar su vida en vez de simplemente quejarse.
Intent贸 levantar la cabeza pero el dolor y un mareo repentino se lo impidieron. Despu茅s lo intent贸 con el brazo. Pudo mover un dedo, y luego toda la mano. La arrastr贸 por su vientre. La camiseta estaba completamente empapada y se le pegaba a la piel, y Logan pudo notar su piel cambiada. Su vientre normalmente delgado y duro y con vello por todos lados ahora era blandito y suave, sin un rastro de pelo.
Una nueva oleada de dolor le sacudi贸 el cuerpo y le hizo arquear la espalda hacia arriba. Se llev贸 la mano al pecho y volvi贸 a entrar en p谩nico. No sab铆a que le estaba pasando, pero ah铆 en su pecho algo se mov铆a. Como un beb茅 movi茅ndose en el vientre de su madre su pecho se mov铆a como empujado desde dentro.
Grit贸 presa de un terrible dolor y mucho miedo mientras sus pectorales se elevaban y se abultaban hacia fuera. Algo le estaba ocurriendo. Parec铆a como si su cuerpo se estuviera… transformando.
Esa idea le llen贸 de pavor, y su mente segu铆a sin poder pensar con claridad.
Con ese terrible pensamiento y la sensaci贸n de que el abultamiento de su pecho recordaba sin ninguna duda a pechos femeninos, se desmay贸.




Cuando despert贸, ya ten铆a la mente clara. No sab铆a que hab铆a pasado exactamente, pero not贸 los cambios. Su pecho estaba abultado, sin duda. Y sus caderas se hab铆an ensanchado mientras que su cintura ahora era m谩s estrecha.
Se gir贸 en el suelo empapado con dificultad. Su cuerpo a煤n no reaccionaba como es debido a sus 贸rdenes. Se puso a cuatro patas en el suelo y mechones de cabello largo le cayeron sobre los ojos.
<<¿D贸nde est谩n mis gafas?>>, pens贸.
Busc贸 por el suelo, palpando tanto como su cuerpo se lo permit铆a, hasta que las encontr贸 y se las puso. Fue gateando hasta el cuarto de ba帽o y se levant贸 como pudo, apoy谩ndose en el lavabo.

—Oh, joder—dijo al mirarse al espejo—. Esto es imposible. No puede ser.
Todo su cuerpo hab铆a cambiado, y a la vez segu铆a siendo el mismo. Era algo que Logan no se pod铆a explicar.
Se hab铆a transformado en una mujer. Se palp贸 el cuerpo con las manos a trav茅s de la ropa mojada. Si, sin duda alguna se hab铆a transformado en una mujer. Las caderas m谩s anchas, aunque tampoco como esas mujeres que salen en televisi贸n llenas de curvas. La cintura estrecha como la de Rebecca. Y… Palp贸 su pecho…
—Dios, ¡tengo tetas!—exclam贸—. Espera…
Se llev贸 la mano a la entrepierna y solt贸 un grito.
—¡No puede ser!—aull贸—. Tengo una vagina…
Sin embargo, no era tan distinto a su antiguo cuerpo. Ten铆a el mismo pelo negro, pero ahora largo, los mismos ojos verdes, la misma nariz y la misma forma de labios, pero ahora m谩s carnosos que antes.
Era como si se hubiera transformado en una versi贸n femenina de s铆 mismo.
Se qued贸 un rato mir谩ndose en el espejo. Sab铆a que ten铆a que quitarse esa ropa mojada o acabar铆a con un resfriado de mil demonios, pero no se atrevi贸. No quer铆a ver su nuevo cuerpo desnudo y comprobar que de verdad se hab铆a convertido en una mujer.
Un ruido lo distrajo despu茅s de varios minutos que Logan pas贸 ensimismado, mir谩ndose en el espejo del ba帽o como si estuviera viendo un alien铆gena.
—Cari帽o, ya estoy en casa. ¡¿Qu茅 diablos ha pasado aqu铆?!—exclam贸 Rebecca desde la puerta.
Logan volvi贸 a entrar en p谩nico. Pens贸 en salir por la ventana del ba帽o, pero lo descart贸 en seguida. Estaba en un tercero. Y aunque consiguiera salir ileso de aquello, ¿d贸nde iba a ir? No, no pod铆a ir a ning煤n lado.
Pero, ¿c贸mo iba a explicarle aquello a Rebecca? Todo era un sinsentido que Logan no pod铆a comprender.
—¿Logan? Cari帽o, ¿est谩s ah铆? ¿Qu茅 ocurre?—dijo Rebecca a trav茅s de la puerta, y acto seguido se abri贸, revelando a una preocupada Rebecca.
Logan la mir贸 con miedo a su reacci贸n, con la cabeza gacha. Al principio no pas贸 nada, en los ojos de Rebecca se pod铆a vislumbrar la lucha interna que estaba teniendo lugar en su cerebro. Despu茅s reaccion贸, mir贸 a la chica desconocida que se encontraba delante de ella en su cuarto de ba帽o y pase贸 la mirada por la ropa de su novio que esta llevaba puesta y empapada. Llen贸 su gesto de ira, claramente con el pensamiento de que Logan la estaba enga帽ando con otra chica.
—Puedo explicar…—comenz贸 a decir Logan, pero ella le interrumpi贸.

—¡¿Qui茅n demonios eres t煤?!


El nuevo Logan

4 comentarios:

  1. Esta buena la historia, contin煤a y no la dejes sin terminar

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  2. Muy buena historia contin煤ala por favor

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  3. Buena historia continua

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  4. Espero continues con tus dos buenas historias

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