viernes, 11 de junio de 2021

"Con el cuerpo trastornado"

 



Llevaba días sintiéndome agotado, sabía que algo no estaba bien y no podía hacer nada para detenerlo, primero comencé notando cambios en mi manera de ser, cuando era un chico engreído y orgulloso, ahora me portaba más sincero, humilde y tímido, lo que era de gustarme el  futbol, ver mujeres sexys, jugar videojuegos y comer todo lo que me gustaba, ahora prefería mirar novelas o series  románticas, tener una buena dieta para mantener mi cuerpo en forma, leer y estudiar cosas aburridas que ahora me eran atractivas, las mujeres dejaron de interesarme y ahora miraba a los chicos guapos que veía en mis series, estaba confrontado conmigo mismo pues no entendía el porqué de mi actitud.

Pasaron unas cuantas semanas luego de que sabía que  todo esto me agobiaba y cambiaba dentro de mí y de mi mente, odiaba no saber lo que me sucedía, pero lo peor llego después, cuando empezaron los cambios  físicos, fue  ahí donde sabía que algo o alguien me había hecho todo esto, luego de ver como mis grandes músculos se encogían, el vello de mis brazos y mis piernas se caía y mi pene dejaba de levantarse en las mañanas y cuando me excitaba por algún ahora chico que veía, me sentí demasiado mal eh indefenso, comencé a llorar como una vil niñita y mis sentimientos parecían alterados, golpee la pared enojado siendo aun este el último de mis sentimientos natos, pero me dolió mucho, aún tenía coraje por sentiré débil como una mariquita, intentaba hablar con mis padres de  lo que me sucedía pero parecían ignorarlo, era como si mis cambios no existieran, como si fueran invisibles para ellos, en la escuela era lo  mismo, me  sentía como un idiota luego de dejar de  ser la estrella de futbol de la escuela, el macho depredador  y popular  y que nadie se diera cuenta de ello, era como si simplemente con el paso del tiempo la gente fuera borrando su idea de mi existir en su mente, no sabía si eso era algo  bueno o malo ya que podrían quizás burlarse de mi aparente y extraña condición.

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Lloraba por las  noches sin saber qué cambio vendría el día siguiente, mis sentimientos eran inestables  y mi cuerpo también, solamente quería que esto terminara, que fuera un mal sueño y que todo volviera a la normalidad, por la noche, tuve un sueño, me miraba a mí mismo frente  al espejo, era mi yo, el yo que  conocía, el yo con el que había vivido toda mi vida, tenía mi cuerpo y me sentía como el de antes, de repente, la imagen que tenía frente al espejo comenzó a distorsionarse y a cambiar hasta parecerme como una completa niña, tenía unos senos bastante proporcionados, una figura con curvas  bien definidas, el cabello me había crecido y se veía hermoso, mi rostro había cambiado y era toda una chica bonita, comencé a llorar sintiéndome atrapado, de repente comencé a escuchar la risa de una mujer, era bastante perturbadora y penetrante, la cabeza comenzó a darme mil vueltas y casi descontrolado por el suelo.

“¡Nunca volverás, Nunca volverás y mujer siempre serás!”, escuche  una extraña voz susurrarme como un eco y dela nada me desperté siendo ya de día, estaba agitado y la cabeza aun me dolía, de repente, descubrí que todo había terminado, pero terminado para mal, mis cuerpo había terminado de cambiar, al menos eso sentía, mi pene se había ido dejando en su lugar una apretada y sensible vagina, los  senos me crecieron de la noche a la mañana, aunque realmente tenía un par de días que me dolía el pecho, pero ahora tenía dos grandes tetas colgándome con los pezones más punzantes que haya visto, el cabello me creció justo como en el sueño y para variar me encontré a la chica de mi sueño mirándose a sí misma en el espejo, mi cuarto también había cambado, las cosas de chico ahora eran de chica, mi personalidad era la de una chica, mi mente era la de una chica, mis  gustos eran los de una chica, mi cuerpo era el de una chica, intentaba aferrarme a que nada de esto era verdad, a que era una mentira, una realidad creada por algún ser maligno en busca de venganza o diversión a costa mía, pero también ya no sentía la necesidad de querer volver a ser el de antes, mi nueva personalidad me impedía desear volver a ser el chico que alguna vez era antes del cambio, lloraba intentando confrontar mis  sentimientos, pero no podía, me sentía feliz y agobiado en un mundo nuevo esperando felicidad y alegría, donde por cierto ahora  tenía un novio lindo que me amaba y me quería.


2 comentarios:

  1. Una cap excelente, amo las historias de humillación erótica jeje pudo ser una historia larga. Al menos resistió lo que pudo antes de aceptarse como mujer uwu.

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