viernes, 9 de septiembre de 2022

𝑻𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒏𝒆𝒈𝒐𝒄𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒕𝒊𝒂

 


Luego de estar muy desesperado por no encontrar trabajo, acudí con mi tía para volver a pedirle prestado, ella estaba muy enojada, pues n o era la primera vez que le pedía aprovechándome de que tenía un gran negocio.

-Porque no mejor te doy un trabajo, ya estoy muy cansada de solo darte dinero para tus andadas y sin hacer algo de provecho –, - ¡Ay tía!, porque tu negocio es de edecanes, yo ni siquiera soy una mujer –, - ¡Pues si eso es el problema!, entonces tengo la solución perfecta –, - ¿A qué te refieres? –le preguntaba algo nervioso –

Entonces, ella saco de su bolso un control remoto muy extraño, apunto hacia mi cuerpo y luego de oprimir unos botones mi cuerpo comenzó a sentirse extraño, mi cabeza dio mil vueltas y caí al suelo inconsciente de mi propia vida.

Al despertar, me sentía algo extraño, la cabeza me daba mil vueltas, comencé a sentir mi cuerpo algo extraño, pues aparentemente algo muy pesado se balanceaba en mi pecho, -¡Tetas! –gritaba asombrado mientras las tomaba con mis manos, sintiéndome estremecido por la impactante vista que mis ojos veían en mi pecho, me habían convertido en una mujercita, mis senos ardían y mi cuerpo parecía sentirse atraído por la delicada suavidad de estos, -¡Hola sobrinita, veo que por fin te despertaste jeje! –mi tía regresaba con una sonrisa picarona –, -¡Pero qué fue lo que me hiciste! –le gritaba asombrado de escuchar mi femenina y dulce voz –, -¡Te transforme en una mujercita!, no es eso lo que decías que era un problema, pues ahora mírate, ya lo eres, así que ponte a trabajar, que tengo clientes esperando por ti, ansiosos de tenerte en sus eventos.

Mi tía hacía que mi corazón estremeciera, me había convertido en una mujercita, tenía un par de ricos y enormes senos colgando de mi pecho, estaban muy pesados y era todo un impacto sentirlos balanceándose en el escote de mi pecho, mi vestido estaba algo apretado y todos mis sexys atributos se marcaban bastante sensuales en mi cuerpo, tenía un culo gordito y redondito, sentía como me balanceaba al caminar con esos difíciles tacones de aguja bastante altos, me sentía toda una zorra con el cuerpo en el que mi tía me había convertido, pero entonces, recordé una frase que me había llamado la atención, “¿Tengo clientes esperando por mi cuerpo?”


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