Martín odiaba a su madrastra, desde que su padre se
había casado con ella no era más que un odioso estorbo para él y para su
hermana, aunque finalmente su hermana había terminado cayendo en sus encantos y
ahora se comportaba igual de perra como ella, siempre le insultaba y le decía de
cosas por su sobre peso, incluso una noche antes le había dicho que no tragara
tanto porque lo castigaría, Andrea no tenía ni idea de lo que era tener hijos,
vino desde Colombia para ser actriz pero nadie la quería, ni siquiera por sus
sensual cuerpo ni esas esplendorosas tetas, finalmente termino encontrándose
al papa de Martin y Diana y de alguna
manera se había metido en sus vidas, pero realmente ella no quería tener hijos
ni tener que cuidar a los pequeños mocosos, simplemente era una interesada.
Pero luego de despertar de esa extraña cena Navideña,
Andrea se sentía un poco pesada y muy chica, entonces termino rodando cayendo
de una cama y se dio cuenta de que ahora era un niño, al que reconoció muy
bien, Andrea se sintió asustada y corrió para buscar al engendro, pero cuando
lo encontró él estaba disfrutando de un plato lleno de ricos tamales, pero no
solo eso, parecía que era ella misma y disfrutaba mostrar sus generosas tetas,
- ¡Hola perra!, es verdad se siente tan bien ser tú, ahora puedo controlarte y
comer lo que quiera, pero descuida, por nada del mundo arruinaría este bello
cuerpo, menos mal tengo un par de tetas para jugar esta Navidad –
Hola Karina, quería comentarte algo que está pasando en un blog de mierda que tienes en tu lista, la verdad me parece un blog nefasto que no debería pertenecer a la comunidad.
ResponderBorrar¿Cuál?
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