Joselyn era la compañera joven y odiosa de latía de
los gemelos, siempre hablaba de cómo está la odiaba y se creía más por ser más
joven y bonita, pero también era una mujer bastante odiosa y detestable.
Mientras Joselyn regresaba de hacer las compras
navideñas, pasaba por donde se encontraba un asqueroso vagabundo que siempre la
acosaba, el solamente trataba de pedirle limosna, pero Joselyn lo trataba de lo
peor, pues siempre resultaba encontrarlo justo cuando salía a comprar, esa vez,
Joselyn le aventó un vaso de café caliente encima al hombre y este término muy
desconsolado, sentía rabia y frustración de que siempre la gente le tratara mal
cuando tan solo quería ser feliz y vivir en un lugar mejor, pero casos como el
de Joselyn le traían mal gusto por la sociedad.
- ¡Hola perra! –el hombre caminaba por su antigua y
pobre vivienda, - ¿Qué?, pero ¿Cómo?, ¿Qué fue lo que paso? –Joselyn gritaba
mientras reconocía a la hermosa mujer que se acercaba, pero también miraba que
se encontraba entre la suciedad, se sentía pesada y muy ebria, su mente no era
capaz de razonar lo que estaba pasando, cuando entonces, la mujer que se parecía
mucho a ella se acercó y dejo que esta tomara sus senos, - ¿Por qué te pareces
a mí?, ¿Qué me hiciste infeliz? –Joselyn se estremecía, - ¡Es un regalo de tu
Sandra madre!, ahora seré una perra feliz, hasta luego borracho asqueroso –
Me encantan estas historias, continúa así Karina :D
ResponderBorrarGracias nena uwu
BorrarSolo dire F, por Joselyn
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