-¡Puta madre!, pero que noche, nunca había bebido
tanto en la puta posada, ¡Pero qué verga!, son tetas, que es esto, mi cuerpo,
parezco vieja, soy una vieja, tengo
senos de mujer, mi pene se ha ido, qué mierda me paso, qué me hicieron –Juan
despertaba muy borracho luego de la noche de
posada navideña que había tenido, había vuelto a revolcarse con Elena
quien era hasta ahora su prostituta favorita, aunque ella realmente no lo
quería más que por su dinero, cuando Juan termino de cogérsela todo ebrio, se
tiró al suelo inconsciente.
- ¡Ahhh!, no puede ser que tenga senos, ¡Soy una
mujer!, una puta mujer y para colmo soy la puta perra de Elena, seguro ella me
hizo esto, dios, ¡No!, debo estar soñando, tengo que encontrarla ahora, no
puedo quedarme con su cuerpo, no puedo ser una puta mujer, ¡No! –Juan estrujaba
con fuera sus nuevas tetas impactado mientras sentía como su cuerpo comenzaba a
estremecerse y sentía ganas de más, pero él no sabía que esto era un castigo de
la Navidad luego de engañar a Ángela la maestra de los gemelos.
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