domingo, 10 de octubre de 2021

"𝑫𝒆𝒔𝒆𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆"

 

TG October 

4-Deseo de madre

Fernanda regresaba del trabajo luego de un pesado día, cuando entonces, escucho como había música muy fuerte en el cuarto de su único hijo, dejo sus cosas en el perchero, camino despacio algo agotada para hablarle a su hijo y cenar junto como cada noche.

Pero cuando Fernanda abrió la puerta, se llevo la gran sorpresa de ver a su pequeño hijo de 17 años completamente transformado, vistiendo un par de prendas suyas como lencería, sujetador, una tanga y sus zapatillas, parecía llevar una peluca y que este se había maquillado.


- ¡Mama, pero que estas haciendo aquí! –le gritaba su hijo intentando taparse el cuerpo semidesnudo con las prendas de su madre –

- ¡Pero tú que haces con mi ropa, porque traes puesta esa peluca, y porque te maquillaste Arturo! –


(Pd: amo esta imagen xD)

- ¡Mama, no, no es lo que parece yo…! –

Sin pedir mas explicaciones, Fernanda cerro la puerta y se fue a su habitación, la mujer se sentía asqueada, miro todos sus cajones y efectivamente le faltaba el conjunto y las zapatillas que tenía puesto su hijo.

- ¡Pero que hice yo para merecer esto! –Fernanda apretaba los nudillos contra su ropa en los cajones, totalmente devastada por tener en la mente la imagen de su hijo travestido –

Luego de un rato, Fernanda se dio un baño y no salió de su habitación hasta la mañana, Arturo estaba muy avergonzado, no pensó que algún día su madre lo vería de esa manera, esa noche ni siquiera habían cenado y tenía algo de hambre, pero Arturo se alisto como todas las mañanas y salió vestido con su uniforme de la escuela listo para salir junto a su madre.

- ¡Mamá, mamá donde estas! –

Arturo buscaba a su madre, pero por mas que la llamaba y buscaba en todas partes ya no estaba, regreso a la cocina y encontró una nota junto a un tóper con comida.

“Hola hijo, aquí esta el desayuno, no me siento bien, tuve que irme rápido al trabajo”

La nota era muy clara, Fernanda estaba molesta con su hijo y no podía ni verlo de la vergüenza que sentía, Arturo se sintió algo triste y tomando su lunch camino solo hacia la escuela, así, Arturo paso el resto del día, solo y desconsolado, ni siquiera quiso ir a jugar futbol en el recreo con sus amigos, estaba muy nervioso, ni siquiera quería ver a su madre, pues tenía mucha pena por lo que había hecho, como es que él, su único hijo podría traicionarla de esa forma.

Arturo regreso de la escuela, sin escuchar ni una sola muestra de señal de su madre, pues aún no había llegado del trabajo, entonces, regreso a su cuarto con una pizza recalentada y no salió de ahí hasta la noche, cuando su madre regreso del trabajo otra vez tarde.

Fernanda no había pasado un mejor día que su hijo, estaba aterrada, no sabía ni que pensar, pues para ella no era normal que su hijo hombre quisiera vestirse de mujercita, ahora solo tenía esa imagen en su mente, pensando que su hijo era una clase de desviado, un degenerado sin traza, la mujer termino de hacer algunas cosas y decidió volver a casa esperando a no vivir otra desgracia como el día anterior.

Al llegar, Fernanda noto como todo se hallaba en silencio, entonces, Arturo salió de su habitación y bajo hasta la sala para saludarla, aun con algo de pena en sus palabras, Arturo miro a su madre quien parecía estaba cansada.

- ¿Cómo estuvo tu día? –Arturo le decía –

- ¡Bien…! –Fernanda le respondía algo cortante –

La mujer camino hasta la cocina y saco un poco de pollo, lo calentó en el microondas y regresó a su cuarto para no salir más, Arturo se quedó de brazos cruzados con algo de tristeza y angustia, no entendía porque su madre actuaba de esa forma, como si no fuera normal, tomo otra pieza de pollo y regresó a su cuarto.

Los días pasaron y Fernanda trataba de olvidar la terrible situación, intentando dejarlo pasar, pensó que la mejor manera seria saliendo al cine con su hijo en viernes por la tarde, a Arturo le gustó mucho la decisión y luego de la escuela, se fue junto a su madre a comer y al cine, vieron una peli y regresaron a casa de noche y algo mas sueltos que los días pasados.


(Pd: piense que tiene 17 xD)

- ¡Gracias ma!, fue una buena tarde juntos –

- ¡De nada hijo! –

- ¡Oye, sobre la otra noche yo…! –Arturo callaba luego de notar que la había vuelto a cagar –

- ¡Buenas noches hijo…! –Fernanda silenciaba de nueva cuenta destrozada –

Entonces ambos regresaron a sus cuartos, Fernanda comenzó a llorar, recordando las penurias del pasado, ¡Porque, por qué!, se decía una y otra vez, sintiendo su cuerpo estremecer ante el impacto, mientras que Arturo volvía a su cuarto deprimido por arruinar la linda tarde con su madre.

Luego de unos días, Fernando seguía triste, pero al ver su peluca luego de regresar de la escuela, no pudo evitar sentir las ganas de volver a vestirse como chica y posar frente al espejo, él quería volver a vivir la experiencia de sentirse como toda una zorrita, para evitarse problemas, se aseguro de que no hubiera nadie en casa y sin poner música, cerro su puerta con seguro.

Horas más tarde, Fernanda regresaba del trabajo, había llegado un poco más temprano y sentía bastante hambre, también estaba algo feliz porque en unos días más seria su cumpleaños, entro a su casa como si nada, notando que todo estaba en orden, se acercó a la cocina y comenzó a freír unas quesadillas, cuando entonces, comenzó a escuchar pasos de tacones en la parte de arriba de la casa.

Fernanda no pudo evitar golpear los trastes, subió hasta el cuarto de su hijo y golpeo la puerta intentando abrirla porque tenía llave.

- ¡Arturo ya basta!, ¿Otra vez estás haciendo tus mamadas haya dentro? –su madre gritaba y parecía que los vecinos escuchaban –

- ¡Mamá!, ¿A qué hora llegaste?, ¡Pensé que llegarías más tarde! –Arturo chillaba sorprendido –


Entonces se quitó la lencería y la guardo junto con la peluca y los tacones, se borro el labial y el delineador de su cara lo más rápido que pudo y poniéndose una playera y un short encima salió muy temeroso viendo a su madre recargada sobre la puerta con una chancla en mano.

- ¡Ya déjate de tus mamadas pinche chamaco pendejo, ahora si me las vas a pagar! –

Fernanda comenzó a darle de nalgadas a su hijo con la chancla, estaba muy furiosa de lo que el chico estaba haciendo, tan solo imaginarlo otra vez completamente vestido y maquillado hacia que se le revolviera el estómago del asco.

- ¡Ya mama, para, para, por favor, no era mi intención! –

- ¡Yo parare hasta que yo quiera!, y de una vez te digo que me tiras esas porquerías, ¡Ni me las devuelvas, que no las quiero ver nunca más! –

Entonces, Fernanda tomo la peluca y las cosas de travesti de su hijo, las metió en una bolsa y las arrojo al bote de la basura en la calle.

- ¡No mama, no lo hagas por favor, no! –Arturo la perseguía intentando recuperar sus cosas de chica –

No eran muchas pero el solo tener una peluquita y los tacones lo hacia sentir como toda una chica linda y coqueta.

- ¡Ya déjame en paz, te quedas en tu cuarto sin cenar, estas castigado! –

Arturo se quedo llorando en su habitación, sentía odio y frustración, no pensaba que su mama se comportara de esa forma, si alguna vez pensó en volverse una chica trans eso estaba más que olvidado.

Una vez más, Fernanda y su hijo dejaron de hablarse por algunos días, Arturo ignorado por su madre, pensaba en la manera de tratar de arreglar la situación con ella, no quería seguir en esta situación, él quería cambiar y si la única manera de hacer que recuperara el amor de su madre era olvidando sus hermosas fantasías, pues lo haría.

Llego el día del cumpleaños de Fernanda, ella se había salido de su casa muy temprano como en los últimos días, mientras que Arturo esperaba poder saludarla y felicitarla cuando está ya se había ido.

Luego de la escuela, Arturo regresaba a su casa, quería comprarle algo bonito a su mama para que se alegrara por su día, entonces, Arturo había llegado a una tienda de artículos exóticos, donde habían reliquias y todo tipo de cosas de fantasía mágica, comenzó a ver que podría regalarle a su mama, ya que sabia que a ella le gustaban las cosas mágicas, sin lograr encontrar aun nada bueno, Arturo decidió marcharse, justo cuando una señora se aparecía asustándolo.


- ¡Hola hijo!, ¿No encuentras lo que buscas? –

- ¡Eh, ahhhh, hola, este, si, no me siento bien!, no sé qué regalarle a mi mama, hoy es su cumpleaños –

- ¡Oh que bien!, así que hoy es el cumpleaños de tu madre, ummm, porque no mejor le llevas esto –la señora le mostraba una pequeña velita en la palma de su arrugada mano –

- ¡Oh, estaría bien señora!, pero, no creo que una simple velita de cumpleaños arregle las cosas con mi madre –

- ¿Por qué lo dices, acaso no te ah perdonado? –

- ¡Como dice! –

- ¡Eh, no, ah…!, me refiero a que no te ah perdonado por lo que hayas hecho, las madres siempre nos enojamos con nuestros hijos por sus actos –

- ¡Ah, sí!, hice algo muy estúpido y no se hasta cuando me pueda perdonar –

- ¡Pues entonces esta será la mejor manera de que arreglen sus problemas! –

- ¿Cómo? –

-Esta velita es mágica, no me vas a creer y tampoco te voy a obligar a que lo hagas, pero si alguien sopla esta velita en su cumpleaños, quizás pueda concederle un deseo –

- ¡Jaja, está bien!, que dulce es usted, ¿Cuánto seria por la velita? –

- ¡Oh, no es nada, solo es una simple velita 😉! –

- ¡Jejeje, ok, muchas gracias! –

Arturo se alejaba de la tienda mientras regresaba a su casa sin ningún regalo, decepcionado, se encerró a su habitación a esperar a su madre, quien parecía otra vez no llegaría temprano.

Luego de unas horas, Fernanda regresaba a su casa con unas copas de más, estaba peda y apenas podía mantener el paso, pues, sus amigas la habían invitado a celebrar sin su hijo para que estuviera mas tranquila, cabe mencionar que ella no le había contado nada a sus amigas, pues no quería terminar siendo su burla.

- ¡Mama, ya llegaste!, ¿Porque no me avisaste que estarías con tus amigas? –

- ¡CALLATE, DEJAME EN PAZ, SOLO QUIERO IR A MI CUARTO! –

- ¡Pero mama, te traje un regalito! –

- ¡PUES QUEDATE CON TU REGALO! –

Arturo toma un pastelito y prendió la velita que le había dado la doña.

- ¡Mira mami!, sóplale, me dijo una señora que si pedias un deseo por tu cumpleaños podría hacerse realidad –

- ¡Jajaja, aparte de puto pendejo!, como vas a creer que una tonta vieja te va a dar algo así –

- ¡Por favor mama, perdóname, yo solo quiero me perdones y me vuelvas a querer! –

- ¡Pues yo solo quiero que mi hijo sea normal, no un marica como tú!, llévate tu estúpido pastel, fuuu –


Fernanda le soplaba a su velita mientras arrojaba el pastelito de Arturo arrebatándolo de sus manos hasta el suelo.

El pobre de Arturo se sentía bastante destrozado, su madre se volteó y se metió a su habitación, el chico estaba deprimido, lagrimas caían de sus ojitos y con dolor, limpio el desastre que su madre le había hecho a su pastel, tomo la velita y la guardo en el cajón de su buro, se acorruco como bolita en su camita durmiéndose triste y abrumado, pues su madre ya no lo quería y lo consideraba un maricón, el solo deseaba ser normal para su madre y que lo quisiera de nuevo como antes.

Al despertar, Arturo miraba la luz del día, era sábado y había dormido más que cualquier otro día, cuando de repente, sintió un movimiento muy curioso en su pecho, Arturo dirigió su mirada hacia su pecho encontrando en el dos redonditas y firmes tetas de niña.

- ¡Pero que paso, porque tengo senos, ahhhh, que rico se sienten, están muy suavecitos! –


Arturo deslizaba sus dedos por sus nuevas tetas con mucho cuidado, estaban bien tiernas y bonitas, sintiendo sus pezones mas sensibles y puntiagudos que antes cuando solo tenía su pecho de hombre, luego noto que su cabello se había vuelto mas largo y bonito, Arturo se levanto admirando la nueva fisonomía de su cuerpo, acariciando su suave piel la cual se sentía un poco más lisa y sensible.

- ¡Oh, no puedo creerlo, también tengo una vagina entre las piernas! –Arturo alardeaba sorprendido al mirar esa abertura entre sus piernas –


Fernanda despertaba luego de la fuerte borrachera que se había dado con sus amigas, estaba cansada y muy adolorida, se recargo sobre la cama tratando de recobrar todos sus sentidos y de la nada tuvo un momento de reflexión sobre el cómo estaba tratando a su único y querido hijo, quien lo único que quería era que lo amara como antes.

Fernanda suspiro caminando hacia el baño, hizo sus necesidades y luego de limpiarse la cara y darse una peinada, decidió saludar a su hijo a su habitación, esperando que este pudiera perdonarla de su mala actitud durante los últimos días, sobre todo, de la manera en que se había comportado la otra noche.

- ¡Ahhh, que suaves son! –Arturo jadeaba provocado por la fuerte sensación que producía al acariciar sus nuevas tetas de niña –

- ¿Arturo, hijo estas bien? –Fernanda escuchaba un extraño gemido al acercarse a la puerta de su hijo –

- ¡Mama, que haces, no entres! –

- ¡Como que no entre, que sucede! –

- ¡No mama, espera, no te enojes ni yo se lo que paso! –

- ¿Pero quién eres tú, cómo entraste aquí, en donde está mi hijo? –

- ¡Mama, soy yo, Arturo! –

- ¡Pero que verga hiciste chamaco pendejo!, porque ahora eres una niña, esta es otra de tus mamadas verdad, ¿Ahora que hiciste para convertirte en una niña? –

- ¡No lo sé mama!, pero no te enojes, yo no se lo que paso, solo desperté y ya era una chica –

- ¡Como no vas a saber!, si bien que querías ser una chica para hacer tus desfiguros –

-Luego de que me trataras feo anoche limpié y me vine a dormir, es todo lo que sé –

- ¡Espera, la velita, esa tonta vela que dijiste que era mágica, en donde la dejaste! –

- ¡La vela, es verdad, esta por aquí! –


Arturo saco la velita del cajón de su Buro, notando que esta había perdido su brillante color rosa, ambos se miraron extrañados, pero entonces, Fernanda fue a su cuarto a buscar unas prendas para Arturo, pues no podía estar desnudo con el cuerpo que ahora tenía.

Arturo no entendía lo que pasaba, de alguna forma se había convertido en una chica, pero estaba muy incrédulo, no había manera de que una velita pudiera contener magia de verdad, a menos que la señora en realidad fuera una bruja.

- ¡Fue el deseo, fue tu estúpido deseo! –Arturo le dijo a su madre entre lágrimas, fingiendo que no amaba estar en esta situación –

- ¿Deseo?, ¿Cuál deseo? –

- ¡Cuando anoche me gritaste y me arruinaste la sorpresa!, me dijiste que deseabas tener un hijo normal, no un maricón, seguramente fue por eso que me convertí en una niña, ¡Tu lo hiciste! –

- ¡Pero yo no quería que te convirtieras en una niña!, además que tipo de brujería es esta que te convierte en una mujer de la noche a la mañana –

Fernanda estaba consternada, miraba a su hijo convertido en una linda señorita, eso era lo que menos deseaba en el mundo, tener que perder a su único hijo hombre, al hombre que esperaba la atendiera y la cuidara como el futuro hombre de la casa, pero sobre todo, no entendía como es que podía existir una magia como esa que lo convertía en mujer como si nada.

- ¡Tenemos que ir a donde te dieron esta cosa! –

Fernanda le decía a su hijo, quien estaba fascinado explorando su nuevo cuerpo de chica, Arturo inclino la cabeza y obedeció a su madre, no quería tener más problemas de los que ya tenían, Fernanda termino de ayudar a Arturo a vestirse y aunque no quería, tuvo que dejarla arreglada como toda una señorita, vistiéndola con unos jeans, un par de zapatillas, una blusita corta que encontró y una lencería para que pudiera andar cómodamente por la calle.


Arturo estaba fascinado, parecía toda una princesa, su rostro era como el de un hermoso ángel, su cuerpo era delgado y muy ligero, sintiéndose bastante bonita al verse vestida con toda una linda señorita, Fernanda miraba a su tonto hijo mirarse con felicidad en el espejo, odiaba ver que mas que odiarlo lo estaba disfrutando, ella no quería que su hijo pensara que se quedaría así tan fácilmente, ella no dejaría que su único hijo hombre que quedara transformado como una chica por el resto de su vida, tomo a Arturo por el brazo obligándolo a salir para terminar con esa situación de una vez por todas.

- ¡Te juro que era por aquí, parecía una tienda de antigüedades y ahora ya no está! –

- ¡Deja de mentirme, aquí no hay nada, está vacío! –

- ¡Como te voy a estar mintiendo!, acaso no vez que me convertí en una mujercita, si no crees en la magia entonces como pruebas que antes era un hombre –

- ¡Pues no lo sé!, solo eh visto cómo te encanta que te miren los hombres, desde que salimos a la calle no has dejado de portarte como toda una puta con los hombres, que vergüenza, no entiendo como pude criar a un hijo así –

- ¡Mira, pareciera que la tienda desapareció!, hay mucho humo, se ve algo reciente –

- ¡Mira niño las tiendas no desaparecen! –

- ¡Y los hombres no se convierten en lindas mujercitas de la noche a la mañana! –

- ¡Esta bien!, pero deja de comportarte como una, tu eres mi hijo, eres un hombre, ¡Entiéndelo ya! –

Fernanda estaba fastidiada, no podía hacer nada para que su hijo dejara de comportarse de esa forma, incluso ya hasta se paraba y se comportaba como toda una señorita, en poco tiempo, parecía que ya lo dominaba, se veía más suelto, mucho más libre y dominante.

Sin poder hacer más, Fernanda decidió que, si ahora tenían que estar en esta situación, tenían que conseguirle ropa adecuada para el nuevo cuerpo de Arturo.

- ¡Ya no sé qué más hacer!, ni modo, tendremos que ir a comprarte ropa, porque ya no tengo mas que te quede bien con ese cuerpo –

- ¡Enserio mami! –

- ¡Si, y no grites, pareces una niña! –

- ¡Pues lo soy xD! –

Fernanda odiaba hacer esto, pero no tenía otra opción, no podía hacer mas nada, tenía que resignarse a esta mala broma de la vida, Arturo caminaba contoneando sus caderas, sentía su rico culito balancearse al caminar con los tacones de su madre, al pasar por las calles y mirarse caminando en los cristales, Arturo se quedaba admirando su reflejo, en verdad se veía hermosa, no podía reconocerse, era una chica totalmente nueva, era un ángel precioso y bastante sexy, podía ver como todos los hombre se quedaban mirándole su culito y algunas veces le sonreían coquetamente al admirar su hermosa cara.

- ¡Apúrate Arturo, ya basta, deja de ver hombres! –

Fernanda no podía aguantarlo más, estaba furiosa de la manera en que su hijo tomaba las cosas, como si no tuviera suficiente con verlo convertido en una chica, ahora solo podía ver con coraje como lo disfrutaba, parecía una chica en su totalidad, coqueteando y disfrutando darse de miradas picaras con los hombres por las calles como toda una cualquiera, lo ultimo que le faltaba era que la muy estúpida se embarazara.

Arturo estaba muy feliz, probándose y midiéndose todo tipo de ropita, aunque tenía que elegir ropita de talla chica, pues no tenía unas chichotas como las otras chicas, aunque ahora estaba feliz por tener unas bastante lindas y redonditas.


Al terminar, Fernanda y su nueva hija regresaron a la casa, llevaban muchas cositas nuevas tanto para ella como para su hija, aunque la situación la detestaba, sin duda la había pasado bastante agradable con su nueva hija, se sentía en mas confianza y armonía, pudiendo elegir todo tipo de ropita y que ahora que Arturo tenía más mentalidad como una chica, no le decía que no a cualquier prenda que esta le escogiera, pues le gustaba todo tipo de prendas y colores.

Arturo se metió a su cuarto, se sentía bastante feliz por toda la nueva ropita que ahora tenía, se miraba en el espejo, era toda una linda señorita, se quitó la blusita mirando su reflejo en el espejo con el sujetador en sus lindos senos, admirándose como ahora era todo un ángel divino desde los pies hasta su rostro.


- ¡Ahhh, no me importa lo que piense mi mama!, esto es lo mejor que me pudo haber pasado, soy toda una princesa, un ángel, una diosa hermosa y dominante, no puedo esperar para estrenarme toda mi nueva ropita para salir de fiesta o de paseo –


Arturo estaba muy emocionado, se quitó toda su ropita y comenzó a explorar todo su cuerpo femenino, sintiendo lo deliciosas que estaban sus ricas tetas, pellizcando sus lindo pezoncitos y saboreando los jugosos placeres de su nueva vaginita, la cual estaba pequeña y cerradita, pues era una chica tierna y virgen, que esperaba que un hombre pronto la convirtiera en una deliciosa mujercita, pervertida y sumisa en la camita.


- ¡Arturo pero que carajos haces! –Fernanda lo sorprendía manoseando todo su cuerpo –

- ¡Explorando mami!, no puedo aguantar las ganas, mi cuerpo de chica está caliente –

- ¡No puedes estar comportándote como una puta!, te puedo pasar que ahora serás una chica de verdad, pero si lo vas a ser tendrás que comportarte como una dama me entendiste –

- ¡Si mami te lo prometo jejeje!, solo déjame probar y disfrutar en la privacidad de mi camita –

- ¡Pecado, eso es lo que es!, un regalo del mismísimo demonio, no puedo verte más así, estas convirtiéndote en una mismísima puta –

- ¡Ya basta mami!, te recuerdo que este fue tu deseo, que fuera una linda niña normal y no un asqueroso maricón –

Fernanda azotó la puerta y volvió a su habitación, no quería ver mas la horrible escena de su hijo masturbando su cuerpo de chica en la cama como si fuera una cualquiera, Fernanda comenzó a llorar, se sentía bastante destrozada, ella era muy culta y religiosa, no le gustaba nada de lo maligno, ella siempre había respetado las reglas de la vida, por que el destino le pagaba de esta forma.

Mientras tanto, Arturita no podía parar de satisfacer su nuevo cuerpo, que le pedía cada vez mas y mas meterse sus deditos en su rico coño, frotando sus labios vaginales hasta venirse una y otra vez sobre la cama, así estuvo toda la noche, probándose su ropita y poniendo pose tras pose sexy excitándose al verse en el espejo como la putita que tanto deseaba ser.


Al día siguiente, Fernanda no quería saber nada de su hijo, estaba ofuscada, pero trato de levantarse y hacer el desayuno, llamo a su nueva hija, pues si ahora era una mujercita tendría que aprender a ser una mujercita de la casa y no una niña consentida, ordenándole que pusiera la mesa, aunque Arturo aun no comprendía el no darse placer a cada rato, su cuerpo estaba verde y necesitaba complacerlo a todas horas, así fuera en la propia mesa de su casa, en el lugar sagrado donde el y su madre compartían los sagrados alimentos.


- ¡Arturo pero que chingados haces! –Fernanda tomaba la chancla y le daba de nalgadas a su hijo pervertido –

- ¡Mama, no me pegues mami, no me castigues me duele ahhhh! –

- ¡Ahhh, ya basta, hasta para quejarte le haces como puta! –

- ¡Jejeje, pues ahora soy la putita que tanto quería ser te guste o no! –

- ¡Cállate maldito cállate, no te soporto! –

Fernanda arrojaba los platos, estaba asqueada, necesitaba aire libre, no quería ni comer en esa mesa arruinada por el asqueroso y sucio pecado de su hijo.

Arturo estaba feliz de que su madre se hubiera ido por un rato, ya se estaba cansando de sus tontos reclamos sin sentido, el ahora era una linda putita y quería gozarlo, corrió a su habitación para vestirse con un lindo bikini que se había comprado y salió al jardín para pasar el día en la alberca, donde sabía que los hombres que pasaban y sus vecinos más pervertidos la estarían observando curiosos de saber quien era la nueva linda señorita que habitaba en la casa de al lado.


- ¡Nieves, paletas! –un hombre tocaba su carrito de helados –

- ¡Hola, me da una nieve de vainilla por favor! –Arturo salía de su jardín para acercarse al hombre de las nieves, quien se quedaba mirando asombrado a la linda niña que salía por su llamado –

- ¡Hola linda, que te damos preciosa! –

- ¡Jeje, me da una nieve de vainilla por favor! –

- ¡Claro que si mi reina ahorita te la doy pa la calor! –

- ¡A mí también me da una nueve de limón por favor! –Max, un vecino de Arturo y el cual siempre le gusto, se acercaba aprovechando para conocer a la nueva señorita de al lado –

- ¡Claro que si mi rey, pa todos tengo y pa todos doy jeje! –

- ¡Hola!, ¿Eres nueva verdad?, no te había visto, no sabia que una chica tan linda como tu viviera aquí, creí que Arturo era el único hijo de la señora Fer –

- ¡Hola, jeje!, no, solo soy…, Angela, una prima de Arturo, el se fue por unos días con mis tíos en el extranjero, mientras que yo vine acá como intercambio si se puede decir ¡Jeje! –

- ¡Oh ya veo!, pues que bien que estes por aquí algunos días, sabes, tu primo era algo rarito, pero me caía bien, siempre era un buen amigo –

- ¡Enserio!, pues que rarito, al mejor le gustabas, estas tan sexy que incluso los hombres podrían caer en tus encantos ¡Jejeje! –

Arturo aprovechaba y se insinuaba sínicamente a Max, quien parecía estar interesado en la bella lindura que ahora era, si tan solo supiera que se trataba del mismísimo Arturo en persona.

- ¡Si quieres pasa!, te doy permiso de observarme mejor desde mi silla –

- ¡Muchas gracias por la invitación!, ¿Cómo sabes que te estaba observando? –

- ¡No lo sé, supongo que es un don jeje!, cuando sabes que los hombres desean admirar la belleza de una chica tan preciosa como yo ¡Jejeje! –

- ¡Que presumida!, pero si, eres más preciosa en persona –

Arturo llevo a su nuevo amigo hasta su alberca, ambos estuvieron hablando acaloradamente, afortunadamente su madre aun no regresaba de donde quiera que se hubiera ido, entonces, Arturo comenzó a insinuarse mas a Max, quien no parecía desaprovechar la oportunidad, Arturo comenzó a quitarse sus prendas, dejando ver a Max sus lindos y tiernos atributos.


- ¿Te gusta mirarme mejor ahora? –

- ¡Si, vaya que eres linda! –

Arturo tomó un poco de su helado embarrándolo en su linda vaginita, esperando a que Max decidiera tomar la iniciativa de lamer su rico coño para saborearlo.

- ¿Quieres probar? –

- ¡Claro jeje! –


Max comenzó a acercarse más a la desconocida, mientras que Arturo sentía el calor del momento, deseando que fuera Max el primer hombre en convertirla en una mujercita, Max lamio la vaginita de Arturo provocándole un intenso y dulce placer en su vaginita de niña.

- ¡Ahhh, que delicioso, ummm! –


Max lengüeteaba el coñito de Angela besándola apasionadamente, mientras que Arturo abría sus piernitas sintiendo como su coñito se mojaba, deseaba que Max se la metiera con todas sus fuerzas aunque le doliera, Arturo bajó hasta sus piernas, donde le quito el short y los calzones liberando su Impresionanty, metiéndolo en su boquita tan rápido como sus bellos ojos lo habían visto, saboreando el salado y carnocito sabor de la verga de Max quien estaba bastante excitado al ver como la preciosa niña que apenas conocía caía fácilmente ante sus encantos.

Arturo saboreaba como nunca el placer de poder sentir en su boquita la verdadera verga de un hombre, ni en sus fantasías y sueños húmedos había sentido tanto placer como ahora que tenía uno realmente redentor de su boca, saboreando su cabecita con una y con otra lamida de su lengüita.

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Arturo tomo a Max y lo llevo hasta su habitación, donde se recostó en la cama para exhibirse mas rico frente a Max, esperando que le metiera su verga por su culito y la convirtiera en toda una putita, Max no dudo ni un segundo y acerco su verga introduciéndola lentamente en el coñito de la niña, haciendo que Arturo gimiera muy rico del placer que gozaba al sentir por fin la verga de un hombre dentro de su culito.


- ¿Te gusta amor? –

- ¡Ahhh, sí, me encanta!, me encanta que me hagas tu putita, tú siempre me gustaste, siempre quise que me metieras tu verga y que me hicieras tu putita –

- ¿Cómo, ya me conocías? –

- ¡Ahhh, si, si jeje!, Arturo siempre me hablaba bien de ti, me mandaba fotos y por eso te conocí, tú también eres más guapo en persona, ¡Jeje! –

- ¡Oh, bueno!, que curioso es ese Arturo, no sabía que me tomaba fotos –

- ¡Si, no lo sé!, solo me mandaba fotos tuyas y de tus ricos brazotes, ¡Ahhhh! –

- ¿Te dolió? –

- ¡No, me gusto, ahhhh, que rica leche tienes! –

Arturo recibía la lechita del pene de Max, quien se vino dentro de su culito, haciendo que Arturo se estremeciera de placer, cumpliendo por fin una de sus más grandes fantasías.

Pero Arturo y Max habían perdido la noción del tiempo, ya era algo tarde y cuando apenas habían experimentado el rico sexy oral y anal, la madre de Arturo llego azotando la puerta.

- ¡Tu mama!, digo, ¡Tu tía Fer! –Max gritaba asustado, no quería que la señora lo viera en su casa y menos cogiéndose a su sobrina de esa forma –

- ¡Ahhh, porque paras amor! –

- ¡Lo siento!, me tengo que ir hermosa, espero verte pronto –

Max salió por la ventana, tratando de no caerse mientras lograba salir hasta la calle escapado sin problema.


- ¡Arturo, Arturo donde estas, porque están tus prendas regadas en la alberca! –

- ¡Ahhh, que rico!, no imaginaba que se sintiera tan caliente la lechita de un hombre dentro de mi culo –

- ¡Arturo, pero que carajos, sigues con tus cochinadas! –

- ¡Mama, porque siempre me arruinas toda la diversión! –

- ¡Pendejo chamaco, pero que hiciste, porque estás todo manchado de semen! –

- ¡Vino el vecinito y me la metió! –Arturo le respondía cínicamente –

Arturo le jugaba al vergas con su madre, quien estaba desesperada por el maldito comportamiento de su hijo, que se había vuelto una chica insoportable.

- ¡Te me limpias el culo ahorita mismo y te me vistes decentemente!, iremos a casa de ese tonto de Max para reclamarle a sus padres, que te tiene que estar metiendo su cochinada esa cuando aún eres una niña –

- ¡Tengo 17 madre, no soy una niña!, ya casi soy mayor de edad –

- ¡Me vale madres, mientras vivas en mi casa me respetas! –

- ¿Y cómo les vas a explicar a los vecinos que tu único hijo hombre ahora es una chica? –

Fernanda se quedó callada, volvió a cerrar la puerta y dejo a Arturo encerrado con llave como castigo en su cuarto, no quería que intentara salir de noche y corriera algún peligro, pues, aunque odiaba que ahora fuera una chica, no podía permitirse que le pasara algo malo a su por ahora única hija.

Arturo disfrutaba de su rico coño, saboreando los placeres de sus jugos vaginales, disfrutaba acariciar sus lindas tatas y de mirarse vestida como una putita en el espejo, pensando en que no podría llamarse Arturo, tenía que buscarse un nuevo nombre, pensando en el que había usado con Max y ese sería Ángela, un ángel precioso llamado Ángela para conquistar a todos los hombres con sus encantos, todo gracias al deseo de su madre, quien se quejaba de su hijo maricón y ahora era una preciosa niña pervertida.


Espero les haya gustado mucho esta tercera cuarta entrega de el Tg October, comenten por favor, casi no lo han hecho y me desanimo un poco uwu :(



5 comentarios:

  1. Ami me encantó Kari, me sacaste unas cuantas risas, una cap muy divertida eh interesante

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  2. Estuvo muy divertida, la verdad es que ese cambio de perspectiva con un personaje poco común como Arturo es muy interesante, muy muy bien, Grande Kary

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  3. Que bueno esta el tg october

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  4. En el siguiente la madre se podria transformar en hombre?, Eso estaria interesantd

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