viernes, 22 de abril de 2022

¡𝑹𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆!

 

Historia de comisión para Ricardo pendiente desde diciembre xD


¡𝑹𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆!

 

Ricardo estaba pensando mucho en su relación, últimamente las cosas son iban bien, y si bien él era un buen novio, un gran nombre con un buen futuro, lo cierto es que las relaciones no siempre terminaban de la mejor manera.

Mientras caminaban en el parque, Ricardo estaba sereno y pensativo, sus manos temblaban, así como su ritmo cardiaco estaba alterado, tomado de la mano de Fernanda, su novia, apenas estaba terminando su helado favorito cuando este tiro la servilleta parando en seco, sus ojos lo decían todo y Fernanda quien estaba estresada por la escuela y seguir pensando en las ridiculeces cursis de Ricardo como novio solamente orillaban a que la relación ya no pudiera dar más entre ambos.

- ¡No puedo creer que sigas fregando con lo mismo Ricardo! –






- ¡Y qué!, ¿Yo si tengo que aguantar que me hayas engañando con otro hombre? –

- ¡Ya supéralo, al menos Pablo si tenía mejor verga que tú! –

- ¡Esta bien Fer, se terminó, te dejo libre para que puedas hacer de tu vida lo que quieras, anda, ve a cogerte a Pablo, a Raúl o a quien tú quieras, pero conmigo ya no cuentes –

- ¡Ni quien te pele!, es más, me has hecho un favor al ya no tener que soportarte –

- ¿Cómo tu digas?, solo espero que no te arrepientas algún día de lo que haces –

- ¿Me amenazas? –

- ¡No, claro que no!, solo digo que las cosas tarde o temprano se pagan –

Luego de la pequeña discusión, Ricardo dio la vuelta y regreso a su casa, mientras que Fernanda hacia lo mismo desinteresada, aunque algo dolida de coraje por tener que soportar las idioteces de Ricardo, de quien realmente ya no sentía nada más que lo que vivieron juntos algún día.

Por su parte, Ricardo estaba verdaderamente destrozado, no tenía las fuerzas para poder salir de esa depresión tan grande que sentía, por supuesto que de primera instancia no sentía ganas de una venganza como tal, pero luego de pensarlo un poco, el necesitaba desahogarse de todas las que Fernanda le había hecho, quería hacerle pagar, aunque no sería con una simple violación, con matarla o solo exhibirla a las redes sociales.

Ricardo haría algo más para hacerla sufrir verdaderamente por todo el daño que había hecho, solo que aún no sabía de qué manera podría tomar venganza.

- ¡Oye tu –Ricardo escuchaba como una mujer extraña se acercaba –

- ¿Si, dígame? –

- ¿Quieres vengarte de esa chica verdad? –

- ¡Si…!, ¿Cómo sabe? –

-Puedo sentirlo en tu mirada y tus pensamientos me lo dicen –

- ¡Pues si!, quisiera vengarme de ella, arrebatarle todo lo que más ama por hacerme daño –

- ¡Entonces no se diga más, ven conmigo, yo te ayudare, pero antes, ¿Tienes alguna prenda suya? –

Ricardo estaba desconcertado, no sabía con qué motivo esa señora extraña se había acercado, pero ardido por su reciente ruptura, el chico decidió intentarlo, llevando consigo una tanga que le había quedado de Fernanda un día que estuvo en su casa.

Luego de estar con la bruja, esta le indico que debía de entregarle un anillo con el que se vengaría, mientras que el debía de portar otro igual, el que ocasionaría que el hechizo se lograra, Ricardo no entendía bien lo que la bruja quería que pasara, él pensaba que si acaso, Fernanda regresaría arrepentida y completamente enamorada de él.

Como bien sabia la bruja, Ricardo dejo aquel objeto en su butaca, mientras que regresaban del descanso esperando a que ella lo viera y de inmediato lo tomara, cosa que resultó bastante fácil, como lo era ella.

Ricardo noto como al instante de que ella se lo colocara en su dedo, los anillos de ambos comenzaron a brillar, iluminando todo el salón.

- ¿Qué paso amiga? –una de sus amigas le decía preocupada –

- ¡No lo sé!, me puse este anillo que me encontré y simplemente brillo –

Fernanda no sabía lo que pasaba, de repente, el anillo comenzó a arderle en su dedo, pero por más que intento sacárselo no podía, por otro lado, Ricardo temblaba del susto, pues al parecer nadie se había dado cuenta de que él también había brillado junto con Fernanda, aun que esperaba que ella regresara a sus brazos de inmediato, cosa que no sucedió, sin embargo, sentía el mismo fenómeno que Fernanda, pues su dedo comenzaba a arderle en la zona del anillo.

Luego de las clases, Ricardo regreso a su casa decepcionado, la bruja lo había estafado y Fernanda nunca regresaría a sus brazos, pasaron algunas horas, hasta que Ricardo empezó a sentirse muy cansado, sin darse cuenta, termino dormido en su cama, mientras que sentía como su mente y alma daban vueltas sin parar, en una especie de viaje que culmino con una extraña sensación intensa recorriendo su cuerpo.

- ¡Pero que me paso, en donde estoy? –Fernanda despertaba confundida, sintiéndose muy diferente –¡Mierda, pero que es esta cosa! –

Fernanda notaba el espantoso bulto entre sus piernas, se levantó rápidamente, encontrándose que ahora tenía el cuerpo de Ricardo, de inmediato, Fernanda comenzó a gritar desesperada, sintiendo todos los cambios en su cuerpo, pues ya no era aquella mujer sensual que era antes del intercambio.

- ¡No es posible, pero como mierda me hizo esto, ese maldito inútil resentido de mierda, no me puede hacer esto no! –Fernanda comenzaba a gritar desesperada, mientras que sentía como su nuevo miembro masculino regresaba metiéndose de donde estaba –¡Que asco, no quiero estar así, no puedo ser un hombre, necesito recuperar mi maldito cuerpo! –

Fernanda jadeaba en completo pánico, cuando noto aquel anillo en la mano de Ricardo.

- ¡Ese hijo de puta, el provoco todo esto, que estúpida fui, porque tomé ese maldito anillo! –

Fernanda gritaba con coraje, mientras que la madre de Ricardo interrumpió asustada por el cómo su hijo gritaba.

- ¡Hijo, pero que pasa, porque gritas, que tienes! –

- ¡Nada señora, lárguese de aquí, necesito estar sola, estoy en el cuerpo del imbécil de su hijo! –

Fernanda le gritaba a su ex suegra, a quien no le caía bien, pues siempre la ofendía y con justa razón que tenía la mujer.

- ¡Tengo que quitarme esta cosa!, quizás vuelva a mi cuerpo si lo intento –

Fernanda intentaba sacarse el anillo del dedo de Ricardo, pero por más que lo intentaba no podía, era como si el anillo se hubiera fusionado con su piel, estaba tan apretado que parecía que la única opción era amputándose el mismo dedo.

- ¡Mierda, no puedo, esta atorado, no puedo hacer nada! –

Ricardo comenzaba a despertar, había tenido un sueño muy extraño, algunos tontos recuerdos con algunos chicos que no había visto y otras tantas cosas de chicas que jamás había dicho, de repente, tomo extrañado el cabello largo que caía de su cabeza, quitándolo de su vista.

- ¡Desde cuando tengo el cabello largo? –

Ricardo se preguntaba mientras que notaba que algo andaba mal, poco después, Ricardo miro debajo de sí mismo un par de senos pegados a su pecho.

- ¡No puede ser, tengo senos, pero que me paso, porque me convertí en una mujer! –

Ricardo gritaba acelerado, cuando de repente se dio cuenta de que su nueva voz se le estaba haciendo familiar.

- ¡Mierda, mierda, no puede ser, soy, soy Fernanda! –

Ricardo jadeaba mirándose al espejo, de un momento a otro, sus hormonas comenzaron a ponerlo muy tenso, su cabeza se sentía muy mareada y la información de Fernanda provocaba un caos en su mente, una punzada muy fuerte estremeció a Ricardo, quien con dolor acerco sus manos muy asustados hacia su vientre.

- ¡Ahhh, que me pasa, me duele mucho, me voy a morir, mierda, pero que me hizo esa bruja loca! –

De repente, Ricardo sintió como un fluido de húmedas salía de entre sus piernas, de una forma completamente extraña a como siempre había orinado, pero al mirar, noto súbitamente que se trataba de un líquido muy rojo e intenso que simplemente incremento su miedo.

- ¡Ahhh, me desangro, me estoy muriendo, que alguien me ayude maldita sea, una bruja me está matando, ayúdenme! –

Ricardo jadeaba tirado del dolor, sobando su vientre asustado y con terror, mientras que su nueva vagina no dejaba de desangrarse sin parar.

- ¿Qué pasa hija, que tienes? –

- ¡Señora, me desangro señora, no sé qué hice, perdóneme, pero me estoy muriendo! –

La madre de Fernanda entraba asustada por los quejidos tan fuertes de su hija, pero al entrar, noto como Fernanda estaba tirada en el suelo, hablando incoherencias.

- ¡Estúpida chamaca!, ¿Otra vez estas drogada?, ¡Te está bajando chamaca del demoño! –su madre le decía algo tranquila de que al menos aun no estuviera embarazada –

- ¡Señora le digo la verdad, no que sé que paso, pero ayúdeme! –Ricardo suplicaba sin que la mujer entendiera de lo que hablaba –

La mujer, apoyo a su hija mientras que desnudaba su cuerpo, le ayudo a limpiar su órgano y luego de un baño tan alucinante para Ricardo, le entrego una pastilla, al igual que un té, junto con unas prendas limpias y frescas.

- ¡Pero seño…!, ¡Gracias ma, me dolía mucho! –

Ricardo le decía tratando de mantener mejor la calma, no podía explicarle a la mujer como es que era el ex de su hija y ahora tenía su cuerpo, poco a poco comenzó a sentirse mejor después del tan doloroso martirio, espero a que saliera y empezó a despejar sus dudas.

- ¿Cómo mierda terminé en el cuerpo de Fernanda? –

Ricardo trataba de pensar, distrayéndose al mirar el cuerpo desnudo de la chica, una mirada de atención y lujuria se formó en su mirada, estaba en estado de shock al sentir todo un nuevo cuerpo lleno de cambios femeninos embargando su mente y sus sentidos, sus manos temblaban mientras que su mente se retorcía de pensamientos vertiginosos y muy locos, de una en una, sus manos se dirigieron hacia los senos de Fernanda, los cuales estaban libres y caídos por la gravedad.

- ¡Ahhh, que rico se siente tocarlos! –

Ricardo jadeo una vez que sus manos oprimieron las tetas de su ex novia, pellizco sus pezones muy sorprendido de las sensaciones y poco después empezó a masturbarse admirando su reflejo, una corriente de energía invadió todo su cuerpo, hasta que un pequeño chorro fluyo de su entrepierna, mirando asombrado que también tenía su vagina.

- ¡Dios, incluso tengo una vagina, me convertí completamente en Fernanda, tengo su maldito cuerpo! –Ricardo deslizaba sus manos cuidadosamente entre sus pernas, experimentando la pegajosa sensación que producía su nuevo órgano –¡Ay, no puede ser, no era esto lo que quería, no quiero ser una mujer, mucho menos quiero ser Fernanda! –

Ricardo jadeaba molesto en el espejo, alcanzo a ver el anillo en el dedo de Fernanda y recordó todo, pues luego de ese extraño suceso en el salón, ambos habían intercambiado sus cuerpos.

Ricardo tomó el anillo, sintiendo lo apretado que estaba, parecía que no podía sacarlo con facilidad, estando bastante apretado que incluso parecía haberse fusionado con su dedo.

- ¡Mierda, es imposible, esto está muy apretado!; quizás sea parte del hechizo que provoco la bruja, necesito ir a verla para que me devuelva a mi maldito cuerpo, aunque quizás pueda divertirme un poco antes de eso –

Ricardo miraba el reflejo de su nuevo cuerpo en el espejo, sintiéndose confrontado por su masculinidad, sus ojos aún se sentían indiferentes ante la nueva perspectiva que sentía, todo un mar de cambios hormonales y diversos que provocaba su cuerpo femenino, de la nada, alcanzo a ver la vaginita de Fernanda, imaginando conmocionado en cuantas vergas habían entrado en ella para engañarlo.

- ¡Mira nada más, es la vagina de Fernanda!; me pregunto cuántos penes habrán enterado por este coño de zorra –

Ricardo dirigía sus dedos hacia su vagina, frotando con cuidado y con miedo al mismo tiempo, rompiendo su poca masculinidad, al experimentar una muy placentera sensación en ella, Ricardo no pudo bloquear los gemidos tan maravillosos que salían de su boca, su mente le jugaba una mala pasada, pues de la nada comenzó a enviarle señales vertiginosas a Ricardo, moviéndose bastante rastrero sobre la cama, como si se retorciera de un fuerte cosquilleo producido por su entre pierna.

- ¡Ahhh, esto es maravilloso!, no puedo creer todo lo que disfrutaba Fernanda con eso, es una maldita arma, con razón, la que no es puta no disfruta –

Ricardo pensaba machistamente sobre el cuerpo de su ahora propiedad, mientras que jugueteaba un poco más con su respectiva vagina y pellizcaba los pezones de los senos de Fernanda con priesa y perversión.

- ¡Bueno, es hora de vestir el cuerpo de esta zorra! –

Ricardo limpiaba tranquilamente su vagina mientras que inspeccionaba las prendas que la madre de Fernanda le había puesto en la cama.

-¡Que sexy!, me tendré que poner esta tanga en su rico culote de zorra, ¡Ahhh, mira nada más lo bien que me queda esta tanguita!, ahora vamos con el sujetador, ummm, que rico huele, es de las pocas cosas que me encantaban de Fernanda, que extraño es ponérselo, no entiendo bien, pero supongo que va de esta manera, ahora vamos con el top que por supuesto no falta para enseñar sus chichotas y estos leggins que ufff, dejan más marcado su culote, pero bueno, que sexy me vere con este cuerpo, me imagino que tendré que coger con algunos hombres hoy –

Ricardo reía balbuceando frente el espejo mientras que imaginaba como hablaría Fernanda siendo tan puta, estaba irónicamente fascinado con ser ella y afligido por tantos sentimientos alterados.

- ¡Mierda, mierda, no puedo, que estoy diciendo!, no puedo salir vestido con estas cosas, me siento tan desnudo, no me imagino estar con un hombre, esto debe de parar ya, ¡No quiero ser una mujer! –

Ricardo recobraba el sentido que por unos momentos había perdido, comenzando a sentirse incomodo al verse atrapado en el cuerpo de Fernanda, sin más remedio, la ahora chica tomo su bolso, cual pues ahora tenía que usar sin tener más opciones para acomodar sus cosas en los leggins que traía en sus piernas.

Camino hacia el lugar en donde se había encontrado con la bruja, esperando a que ella le regresara a su cuerpo, pero al llegar, no había nada más que una nota.

“Hola chica, felicidades, lograste vengarte de esa perra, ahora disfruta de tu nuevo cuerpo”

Ricardo entro en pánico luego de leer lo que la bruja le había escrito, era como una burla hacia el mientras que ahora sin nada que hacer, tendría que estar atrapado en el cuerpo de la mujer que le había hecho tanto daño, el chico guardo la nota, incómodamente pensando en todo lo que ahora tendría que vivir siendo mujer, mientras que un par de chicos pasaban por la calle y se quedaron mirando su cuerpo.

Afortunadamente para Ricardo, estos chicos solo iban de pasada, pero su corazón se aceleró en gran medida de solo pensar en que estos pudieron haberle hecho algo peor que solo mirarle el culo.

Ricardo bajo su mirada hacia su entrepierna, llenando su mente con ideas temerosas sobre lo que tenía entre las piernas, suponiendo que dentro de aquella vagina debían de entrar penes si llegase a perder el control en sus hormonas.

La chica camino intentando regresar hasta la casa de Fernanda, pues de momento era su lugar seguro, no pensaba seguir experimentando en la calle a que más hombres lo miraran hasta sentirse incomodo y con miedo de que le hicieran algo.

- ¡Aquí estas imbécil! –

Fernanda se encontraba con su cuerpo afuera de su casa, su madre no le había dejado entrar, pues tenía un comportamiento muy extraño, ella intento convencer a su madre, pero esta termino tomándolo por loco, exigiéndole que dejara de acosar a su hija.

- ¡Que mierda me hiciste maldito, regrésame mi cuerpo! –

- ¡No sé qué paso, solo desperté en tu odioso cuerpo! –

- ¡Ay aja, tu bien sabes lo que hiciste, me dejaste este mugroso anillo como trampa para robarte mi cuerpo! –

- ¡Efectivamente fue una trampa, pero no lo puse ahí, yo también me lo encontré por ahí! –

- ¡Pues no te creo nada estúpido, fuiste tu quien lo puso, no pudiste vivir con tu fracaso como hombre y decidiste robarme mi cuerpo pervertido de mierda! –

-Vengarme robándome tu cuerpo no era la idea que tenía en mente, todo fue a causa de una bruja que me encontré, me engaño pensando que era un amarre y termino cambiándonos de cuerpo, pero qué más da, que mejor que verte sufrir arrancándote lo que más quieres, ya no podrás ser una puta nunca más, no creo que a los hombres que te gustan les guste un chico tan patético y horrendo como tú –

Ricardo se burlaba mientras pasaba sus manos por todo su cuerpo en señal de placer por ser el ahora quien lo tenía, Fernanda comenzaba a sentirse desesperada, mientras que tomaba un cuchillo y lo apuntaba hacia Ricardo.

- ¡Me vas a devolver mi cuerpo o si no! –

- ¿O si no que?, no pensaras apuñalarme, no te conviene, estamos donde pueden verte y además si llegaras a recuperar tu cuerpecito dudo que quieras recibirlo con una cuchillada –

- ¡Saca este anillo de mi dedo! –

- ¡Ya lo intenté, esta apretado, no se puede sacar! –

- ¡Entonces ve y dile a la maldita bruja que nos regrese a nuestros cuerpos! –

- ¡No puedo, justo acabo de buscarla y ya no está donde se encontraba! –

- ¡Pues entonces yo hare que me lo devuelvas! –

- ¿Qué piensas hacer estúpida? –

Fernanda tomo el cuchillo haciendo presión en su mano, su cuerpo temblaba mientras pensaba precipitadamente en la mejor opción, de un momento a otro, Fernanda colocó la mano de Ricardo en la pared y con fuerza rebano el dedo del cuerpo de Ricardo.

- ¿Pero qué hiciste estúpida? –

Ricardo veía con terror como la locura de Fernanda la había hecho apuñalarse el dedo hasta cortarlo.

- ¡Aquí está el maldito anillo! –

- ¡Eres una psicópata! –

Fernanda ignoraba a Ricardo, quien, con emoción y esperanza, esperaba que el efecto del hechizo se rompiera para volver a su cuerpo, pero de un momento a otro, el anillo del dedo amputado de Ricardo, comenzó a ponerse negro y se hizo polvo de la nada.

- ¿Qué paso, porque no puedo volver a mi cuerpo? –Fernanda jadeaba asustada al ver que nada sucedía –

De repente, el anillo del dedo de Fernanda también comenzó a ponerse negro hasta hacerse nada.

- ¡El mío también se hizo mierda! –

- ¿Por qué no volvemos a nuestros cuerpos, que fue lo que hiciste? –

- ¡Yo no hice nada!, seguramente acabas de hacer algo mucho peor que intentar que volviéramos a nuestros cuerpos –

- ¡Ahhhhh, porque maldito porque, eres una mierda, como se te ocurrió robar mi cuerpo! –

Fernanda gritaba del dolor que sentía por su ahora dedo amputado, mientras que la sangre salía de la herida como fuga, Ricardo intento pedir ayuda, sintiéndose asqueado al ver a la horrible escena de su dedo amputado, al menos no había tenido que regresar a su cuerpo aun con ese horrible malestar, la ambulancia llego en minutos y se llevó a Fernanda para ser tratada, mientras en el camino continuaba hablando incoherencias con la anestesia.

La madre de Fernanda salió a ver que sucedía, notando a su hija alterada cuando se llevaban a Ricardo, pero el decidió no decir más nada y con más calma regreso a su nuevo cuarto a despejar su mente un rato.

Ricardo se sentía angustiado, al pensar que definitivamente ahora nada podría regresar a ser un hombre, pero, por otro lado, estaba feliz de ver la tortura que vivía Fernanda después de haberle hecho tanto daño, pasaron las horas cuando un mensaje en su celular interrumpió su tranquilidad.

- ¿Amiga, ya estas lista? –preguntaba Cecilia, la mejor amiga de Fernanda –

- ¿Si, para? –

- ¡Ay amiga!, ¿Qué no te acuerdas?, ¡Hoy es la fiesta de Juan Carlos!; no dijiste que te invito personalmente, se ve que quiere algo contigo, estabas bien emocionada, más porque por fin terminaste al estúpido de Ricardo, deberías aprovechar ahora que por fin estas soltera y llevártelo a la cama –

- ¡Si…, claro amiga, porque no, vamos a gozar, te espero en mi casa para irnos juntas…! –

- ¡Si amiga, en un rato llego chao! –

- ¡Maldita puta!, ya tenías planes para deshacerte de mí, pero mira nada más, ya se te arruino tu fiestecita y tu revolcada con el tipejo ese, de ninguna manera pienso ir a dicha fiesta, me quedare aquí a disfrutar de tu cuerpo un rato hasta dormir –

Ricardo hervía de coraje, mientras que, con odio, frotaba las tetas de Fernanda recostado sobre su cama, pero al poco rato, Ricardo se sentía húmedo de su entrepierna, su cuerpo estaba caliente y de la nada comenzó a delirar mientras gemía al estimular sus senos.

- ¡Ahhh Juan Carlos ummm!, que sexy eres, seguro tienes una enorme verga ahí debajo, ¿Qué, pero que fue lo que dije, porque estoy pensando tanto en Juan Carlos?, no puedo seguir en el cuerpo de Fernanda, siento que en cualquier momento terminaré en la cama de algún hombre –

Ricardo se sentía poseído por los instintos del cuerpo de Fernanda, quien parecía tener otros planes para Ricardo así fuera el nuevo dueño de su cuerpo, pues era parte del efecto que la bruja le había puesto al hechizo, decidió tomar un baño y relajarse al tratar de desviar su atención a la necesidad que sentía de acostarse con un hombre, sobre todo, si era Juan Carlos, el chico mas sexy de la escuela de quien se trataba.

Pero luego de unas horas, Cecilia llego a su casa sin previo aviso, para tomar a su mejor amiga e irse juntas a la fiesta más esperada del semestre.

- ¡Hija, Cecilia está aquí, ya vino por ti! –

- ¿Cecilia, pero que hace esa estúpida aquí? –

- ¡Amiga, pero que haces vestida con pijama, vamos a una fiesta no a dormir! –

- ¡Pero…, pero yo no…! –

- ¡Vamos!, ¿No me digas que no quieres ir?, so estuviste esperando mucho tiempo a que Juan Carlos te hiciera caso –

- ¡Ay sí, pero dudo mucho que me quiera de su novia!; seguro me terminara botando como a todas –

- ¡Ay si amiga, pero si solamente te lo quieres coger, no ser su tonta novia, acuérdate lo que dijiste, hombres van, vergas vienen –

- ¿Yo dije eso? –

- ¡Ay andas medio rarita!, seguro ya te bajo, entonces tienes razón, no vaya a ser la de malas que termines embarazada de el –

- ¡Embarazada, no, jamás!, pero no siento ningún malestar, solo que quiero descansar, fueron muchos penes por ahora –

- ¡No digas mamadas Mary Fer!, ven, vamos a escogerte un vestido –

- ¡Pero enserio, yo no quiero ir! –

- ¡Ay mira, este vestido se te vera divina! –

Cecilia tomaba un vestido dropeado color negro del armario de Fernanda, parecía sr un vestido costoso y muy elegante, como si hubiera estado ahí, esperando a estrenarlo para una gran ocasión.

Ricardo estaba nervioso, no podía negarse ya que Cecilia lo estaba presionando, de un momento a otro, Ricardo comenzó a vestirse mientras que Cecilia le pasaba toda su ropa, por alguna razón, Ricardo se desnudo frente a Cecilia, quien de momento no sospechaba que dentro del cuerpo desnudo de su mejor amiga se encontraba el alma de su ex, violando y destruyendo su vida.

Ricardo se sentía controlado, mientras no dejaba de mirarse en el espejo, tan solo para quedarse como un tonto deleitándose con su hermosa figura, Cecilia comenzó a maquillarlo y poco a poco, ya estaba listo para salir de fiesta con Cecilia y cogerse a Juan Carlos toda la noche.

Ricardo se noto tan bonita que se despisto un buen rato, tomo su celular y comenzó a tomarse muchas fotos en el espejo, haciendo algunas poses sexys y deleitando a sus nuevos seguidores en sus redes sociales, pues ahora lo único que quería era lucirse para hacer enojar aún más a Fernanda.


- ¡Ah, que delicioso es tenerte toda esta atención!, gracias a este cuerpo, tal vez no se amala idea salir a divertirme un rato y ver todo lo que me ofrece ser Fernanda –

Ricardo salió junto con Cecilia, pero antes de llegar a la sala con su madre, tomo a Cecilia del brazo robándole un muy atrevido beso.

- ¡Fernanda, pero tu…! –

- ¡Shuu, tranquila!, es solo por ayudarme a ponerme tan sexy, acaso no emos hecho cosas locas antes –

Ricardo se ponía algo intenso, totalmente excitado de la aventura que estaba viviendo, era su primera salida como una mujer, pues ni como hombre al ser tan introvertido había disfrutado tanto, ahora lo hacia como una chica y le excitaba tanto experimentar con otro cuerpo.

Cecilia estaba consciente de las aventuras sexuales de su mejor amiga, pues incluso sabía de antemano que se metía con mujeres eh incluso con ella misma, cosa que le encantaba, pues cuando Fernanda se ponía así de intensa, sabía que la noche seria divertida.

Las dos chicas llegaron a la fiesta, mientras que miraban a todos los invitados quienes las observaban encantados, como un pueblo esperando ansioso a sus reinas, aunque claro que quien se robó más miradas fue Fernanda en su modo mas sexy para conquistar a Juan Carlos, quien desde el primer instante en que llego no le quitaba los ojos de encima.

Luego de un rato, Ricardo estaba algo tomado, el cuerpo de Fernanda no resistía demasiado alcohol, por lo que siempre pasaba con muchos hombres sin saberlo, pero fueron los recuerdos de su amargo descubrimiento y el dolor de su corazón roto, que comenzó a dejarse llevar demasiado por lo que su cuerpo experimentaba en ese momento.

- ¡Hola Fer, que bonita estas hoy! –J. C la elogiaba –

- ¿Enserio, te gusto, que tan sexy me consideras, crees que soy tan deliciosa para que me leves a la cama? –

- ¡Por supuesto, por mi encantado de tener sexo sin compromisos! –

- ¡Excelente, no sé si es lo que quiero, pero vamos, quiero vengarme de esta puta! –

- ¿De qué puta hablas? –

- ¡Nada, solo sígueme! –

Ricardo totalmente llevado, tomó la mano de Juan Carlos, ya no podía esperar más, su vagina colapsaba y su cuerpo ardía de calentura, se sentía tan excitado que con solo saber que estaba llevándose a su hombre a la cama ya estaba algo mojada.

Juan Carlos la como del cuello y comenzó a besarla, Ricardo estaba completamente perdido en la locura, sus gemidos eran suaves y poco a poco su memoria perdía la masculinidad que le quedaba, estaba convirtiéndose completamente en la puta de Fernanda, una perra sumisa que se divertía con cualquier hombre.

Ricardo levanto sus piernas y se saco el vestido, dejándose ver desnuda para Juan Carlos, quien excitado no dudo en hacer lo mismo y empezara acariciar las partes de Fernanda, a quien le tenia ganas desde hace mucho tiempo.

- ¡Ummm, pero que sexy eres amor, me encantas, mírate nomas, estas ardiente! –

- ¡Si, me encanta que te excites, mírame, acaso no estoy buenota! –

- ¡Si, no sé porque andabas con esa basura, pero que bueno que ya lo terminaste, de cualquier manera, era todo un cornudo –

- ¡Si!, todo un cornudo, pero ojalá lo pague pronto, mientras yo seguiré disfrutando y vengándome, ¡Penétrame, ahhhh! –

Ricardo comenzó a sentirse mucho mas desdichado al escuchar las palabras de Juan Carlos, no solamente era un miserable patético, sino que ya todos sabían de los engaños de Fernanda, quien realmente parecía que nunca lo había amado, Ricardo sentía un gran odio y despecho lo único que quería era sentir la verga de Juan Carlos dentro de su vagina y gozar de esa noche desenfrenada.

Con muchas ganas, Juan Carlos comenzó a penetrar su coño, Ricardo parecía perder la cordura, dejándose llevar por completo por sus hormonas, su odio, su venganza y su rabia, ya no le importaba ser el cornudo, ahora solo deseaba ser la zorra que le arruino la vida y divertirse tal y como ella lo hacía.

Juan Carlos parecía no tener fin, estaba gozando llevarse a Fernanda al máximo, Ricardo estaba bastante sorprendido del tremendo aguante que el otro tenia, mientras un poco de vergüenza y coraje se apoderaban de el al saber que había fallado como hombre al dejarse llevar por el cuerpo de Fernanda, quien había cedido rápidamente, Ricardo gemía viniéndose al menos unas tres veces, sin saber que todo lo que había vivido habían sido ya 2 horas de sexo intenso, ambos estaban mojados sobre toda la cama, era una noche inolvidable para ambos.

Al día siguiente, Cecilia le recordó a Ricardo todo lo que había pasado, el apenas despertaba, afortunadamente en su propia cama sin saber nada de lo ocurrido, sentía que sus piernas y su cadera le dolían, su vagina estaba algo hinchada, pero sin embargo se sentía sumamente feliz y relajado, observó su cuerpo desnudo por juntos momentos, admirando la belleza de sus senos, tenia un cuerpo de infarto, era el mejor días de su vida, ahora sabía que podría vivir al máximo, sin importar que fuera una mujer feliz desde ahora.

 


3 comentarios:

  1. Muchas gracias Karina, eres la mejor, la verdad esta historia esta increíble, nunca se me hubiera ocurrido una historia como esta, la verdad es muy bonito imaginar que eres protagonista en una historia y mas en una como esta.

    ResponderBorrar

¿Te ha pasado que quieres decir algo pero las palabras no son suficientes? Ahora puedes colocar imágenes o vídeos en comentarios, con los siguientes códigos:

[img]URL de la imagen[/img]

[video]URL del video[/video]