Era
un explorador experimentado en busca de la verdad sobre la vida eterna, me hallaba
en Yucatán investigando sobre una pieza arqueológica muy antigua que sabía que
los millonarios más excéntricos deseaban encontrar, me escabullí por dentro de
la gran pirámide buscando indicios de lo
que estaba buscando, relatos mayas muy
antiguos y confusos que databan sobre la transfiguración de las almas, de cómo
el medallón Zulú uno de los tantos Zulús esparcidos por todas las culturas
antiguas del mundo se encontraba culta dentro de la tumba de la gran pirámide,
capaz de poder transfigurar el alma de los
ancestros a cuerpos jóvenes durante la época prehispánica, todos esos
eran simples mitos que el día de hoy eran leyendas transformadas en secretos
bastante codiciados para la humanidad.
Fue
entonces que, luego de obtener el medallón, me sentía el hombre más afortunado del mundo, salí lentamente de la
gran pirámide caminando sigilosamente bajo la oscuridad, cuando un par de jeeps
me emboscaron en medio de la selva, corrí lo más rápido que pude aún a pesar
del miedo de que un jaguar o algún animal terminara matándome y devorándome,
hasta que finalmente logre llegar al pueblo más cercano, camine tranquilamente
disimulando lo mejor que podía de la persecución que pensaba yo ya había dejado
atrás, pero había sido inútil, rápidamente, el convoy de jeeps me había
emboscado nuevamente y corrí unas calles entre las pequeñas casas de concreto, pero luego de ver
que ya no tenía escapatoria, decidí abandonar el descubrimiento de mi vida,
arroje el medallón antiguo a su suerte, este término cayendo en una de las
casas y justo cuando llego el convoy armado de hombres furiosos por arrancarme
el descubrimiento de las manos, sentí como
mi alma fue arrancada de mi cuerpo y de la nada, me encontraba bajo la
regadera, sintiendo un extraño cosquilleo en todo mi cuerpo provocado por el
agua tibia que recorría mi piel desnuda, pero no tarde en darme cuenta de que ya
no se trataba de mi cuerpo, note las jóvenes y suaves tetas morenas en mi
pecho, miraba con nervio como estas tiernas bolas de carne se agitaban al
moverme y eran perfectamente acariciadas por el agua que corría por todo mi
cuerpo, tenía el cabello largo y enchinado, era proporcionalmente más pequeño y
claramente femenino, tenía una vagina y las tetas de una chica joven, mire el
medallón en el suelo cubierto por la clara agua de la regadera y al tomarlo pude
concebir que este haya golpeado a la chica una vez que lo lance hasta esta casa
esperando a que me asesinaran, fue cuando la toco que mi alma termino transfigurada
hasta su cuerpo y me salvo de mis captores, pero ahora no sabía qué hacer, tenía
un medallón antiguo en mis manos y ahora debía de cuidarme siendo una chica morena de un lugar inhóspito
para mis exigencias.
Puedes continuar la historia de la hermana bullying por favor 🥺
ResponderBorrarTiene potencial como para iniciar una historia de su alma transfiriendose de persona a persona dado que se quedo con el medallon
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