viernes, 1 de noviembre de 2019

"Segunda Oportunidad" -El abuelo-







El cielo se ponía resplandeciente, el anuncio de los dioses había alarmado a toda la población celestial, tendríamos una segunda oportunidad de vivir y claramente estábamos ansiosos por regresar a ver el mundo, aunque lo extraño era que debíamos de tomar un cuerpo para regresar a la vida por tres días en los que nos podrían a prueba para saber si seriamos dignos de una nueva vida.


Al seguir la  luz  pude ver de nueva cuenta el mundo, bajábamos con gran velocidad, podía sentir el viento de aire recorriendo mi aura fantasmal, hasta llegar a la tierra, lo primero que hice fue buscar a mi familia, yo era Jaime toda mi vida la pase procurando a mi familia, preocupado de los gastos y de que rindiera el dinero, afortunadamente logre criar a un buen hijo que estudio y se preparó para ser abogado, se había  casado con una buena mujer y ambos me dieron a mi única nieta antes de que muriera, ahora 18 años después podría regresar a ver a mi familia, pero el problema era en que cuerpo seria, no podría tomar el de la mujer de mi propio hijo eso sería bastante raro, claro que él no lo sabría, pero perdería juventud de todas maneras siendo una mujer madura de ya 46 años, así que pensando en las últimas posibilidades de ver a mi hijo de nuevo, cuando llegue a su casa, me encontré con mi familia peleando, mii hijo regañaba a su hija de cómo era una irresponsable, de cómo desperdiciaba su vida convirtiéndose en una chica sin intereses de estudiar y de ver un futuro, solo a la espera de que algún hombre la mantuviera siendo que eduque a mi hijo con buenos valores eso era un problema para su familia, su mujer no hacía más que mimar a la niña y contradecir lo que mi hijo decía, pensé entonces que podría aprovechar estos tres días que los dioses nos otorgaban para intentar arreglar las cosas para mi hijo, me acerque hacia mi joven nieta entrando a su cuerpo.


Sentí un extraño shock hasta que de repente me vi mirando un aparato extraño frente a mí, mis manos se veían suaves y con las uñas decoradas, note como unos cabellos cubrían mi frente y rápidamente me levante de la cama notando mi cuerpo con mucha impresión, no era de esperar sentir algo de morbo por tener el cuerpo de una chica adolescente, siendo mi propia nieta quien seguramente ni siquiera se debe de acordar de mí, pero la sensación de su cuerpo comenzaba a invadirme, me acerque a un espejo para admirar mi nuevo cuerpo notando la belleza del cuerpo en el que estaba, sabía que solo serían tres días que no desaprovecharía, primero decidí explorar la feminidad de mi cuerpo como una oportunidad de conocer este lado humano, sentía como mi cabeza reaccionaba a los estímulos enviándome algunos recuerdos, desde el chico que le gustaba a mi nieta, hasta  sus  relaciones de amistad y algunas situaciones penosas, también que no soportaba la idea de que su padre le impusiera estudiar algo que no quería, Valeria como se llamaba mi nieta, se sentía sola tan solo quería disfrutar más de la vida antes de tener tantas responsabilidades, pero intentaría hacer lo mejor posible por ayudarla, intentando no ser pervertido, recorrí su cuerpo con delicadeza experimentando sensaciones únicas, pase gran parte de la mañana en eso hasta que llego la tarde, entonces reaccioné luego de quedarme perdido entre las sensaciones del cuerpo de mi nieta y comencé a buscar algo que hiciera que mi nieta se sintiera a gusto con lo que decidiría para su futuro y que su padre se sintiera orgulloso de ello, descubrí muchas cosas de mi nieta dando a la conclusión de lo que a ella le gustaría estudiar, salí a platicar con sus padres experimentando algo de nostalgia por ver a mi hijo, a pesar de todo mi nuevo padre momentáneo demostró un extraño sentimiento familiar hacia mí, pasamos el fin de semana juntos y esperé a que los dioses reclamarán mi partida, luego de una larga noche desperté el cuarto día extrañado, notaba como aún seguía en el cuerpo de mi nieta ya pasado el límite del tiempo permitido, intenté salir por mi cuenta de su cuerpo pero no podía, luego de meditarlo un poco supuse que me había quedado de alguna manera atrapado en el cuerpo de mi nieta, aunque eso sería perjudicarla, luego de un rato me di cuenta de que entre sus cosas de chica se encontraba una carta, al abrirla me di cuenta de que todo se trataba de una carta de los dioses, “As demostrado ser un alma digna para tu  nuevo cuerpo y vida, has elegido sabiamente y mereces las bendiciones que ese cuerpo te traerá para el futuro bien de ti y de tu familia ATTE: Dios y Satán”.



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