martes, 14 de enero de 2020

En el cuerpo de mi tía






-¡Oye tía!, ¿estás segura de que puedo quedarme con tu cuerpo unos días más!? –preguntaba el pequeño Jorge en el cuerpo de su tía Melissa, -¡Claro que sí!, me gusta cómo te vez en él, la verdad te queda muy bien, así que es mejor que sigamos jugando a que tú eres la tía y yo tu sobrino preferido –decía  Melissa resonando en la habitación con la infantil  voz que ahora tenía, -¡Pero es que ya me canse de ser tú, tus tetas son muy grandes y ricas no puedo pasar ni un rato sin tocármelas –respondía la  mujer colocando sus manos en sus senos, -No te preocupes estarás bien, solo debes aguantar hasta que la máquina este totalmente reparada, además prometiste ayudarme con mis experimentos a cambio de que te dejara tocar mis grandes senos ¿recuerdas?, no quieres que tu mami se entere de que su niño ya  es lo suficientemente grande como para desear una mujer sexy –le contestaba a la mujer-, -¡No, no le digas a mama, apenas tengo 14 años solo quería…, pues es que eres mi sexy tía Meli, -¡Sí lo eres tía Meli!, ahora compórtate como la chica adulta que eres y ve a la cocina a prepararme unos huevos con jamón, tengo hambre, después me gustaría jugar contigo en tu habitación prometo que te gustará –le ordenaba el adolescente a la mujer adulta en la casa, la chica de 25 años se giró y camino hacía la cocina después de eso algo molesta caminando con sus tacones nuevos.

Jorge era el sobrino de Melissa, una chica inventora que no logró pasar sus examen a la universidad, mientras que Jorge era un chico adolescente quien apenas despertaba sus deseos sexuales, Melissa decidió experimentar con él para hacer una tesis que la acreditara directamente a la universidad, ella pretendía analizar el comportamiento masculino de un chico de 14 años en el cuerpo de una mujer adulta, pero lo haría en secreto de su hermana para de esa manera obtener datos más contundentes de su sobrino en su cuerpo, lamentablemente la máquina se arruinó al momento de cambiar y Melissa no puede repararla ya que no pensó en que teniendo el cuerpo de su pequeño sobrino no tendría la capacidad para resolver algunas ecuaciones como con su cerebro y sin la ayuda de alguien experto no podría hacer nada para repararla, aunque ahora que el tiempo ha pasado Melissa se ha adaptado muy  bien a su cuerpo y ahora sus hormonas adolescentes le hacen pensar en algo más que regresar a su propio cuerpo.





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