miércoles, 16 de octubre de 2019

-¡Noche de Brujas!- III -El Orfanato- Pt2








-¡Noche de Brujas!-
III
-El Orfanato-

-Pt 2-



Las parejas se quedaron un rato en la sala, estaban a gusto esperando a la llamada de la mujer para comer, pues les había  invitado a tomar un café con pan que había hecho para la cena, todos se miraban extrañados preguntándose uno a uno que era lo que hacían ahí, Diego y Laura le contaron a ambos que esperaban desde hace mucho tiempo un hijo el cual por razones naturales no podían concebir, la monja estaba escuchando todo desde la cocina, estaba tan al pendiente como los niños quienes esperaban pronto el hacerse de alguno de los cuerpos que estaban de visita, la mujer salió con las bebidas preparadas así con del pan recién caliente y cortado, los niños rodearon a todos tratando de convencer a las personas, la suerte de ser escogidos solo dependía de ellos, pasaron algo de lo que quedaba de la noche y de la tarde a gusto contando historias entre otras cosas para divertirse, el más amargado era Héctor pues estaba pensando aun en el lugar afrodisiaco al que le invitaron, Laura en cambio estaba emocionada, los niños la hacían feliz, sin embargo presenciaba algo raro en el interior de la mujer que los cuidaba, rodeaba con la mirada el lugar notando la madera seca y podrida de algunas paredes, el viento entro sonando fuerte apagando las velas de la sala lo que ocasiono que se asustaran, la madre encendió rápido unas lámparas y los ayudo a todos a ir a sus habitaciones, una de las niñas quienes parecían ser unos dulces ángeles tomo de la mano a Laura, así como otros niños tomaron las manos de los demás tan solo para  tratar de convencerlos, de su encanto.


Ya en la habitación, Laura y Diego comenzaron a charlar sobre la situación, Laura debía de escoger bien  a uno de los niños, pero parecía estar encaprichada en dos de los niños que más le habían gustado, pues por alguna razón debía de salvarlos de algo, de repente, un niño toco la puerta, Diego abrió rápidamente, notando como el niño lucia pálido, el niño entro corriendo hasta la ventana como si tratara de ver algo, era la luz de la luna, la cual parecía brillante y muy grande, el niño regreso hacia los dos, querían saber que pasaba pero el niño sol suspiraba con rapidez como si estuviera agitado, -¿Qué pasa, te sientes bien?, le preguntaban, el niño asintió con la cabeza, pero parecía que no podía hablar por más que quisiera, hizo un vano intento por liberar unas palabras pero la presión y el miedo le invadían, -¡Hu…hu…huyan! –el niño pedía, pero solo dejaba más consternados a ambos, de repente la madre entro casi como una sombra al acecho entre la oscuridad, saludo a los dos en el cuarto y miro con firmeza al niño, este lucia asustado pero corrió rápido saliendo de la habitación, la monja sonrió macabramente y se salió para dejaros cómodos a ambos.


A la mañana siguiente el sol iluminó el cuarto, Laura sentía que había tenido una especie de pesadillas, veía su vientre hinchado como si se tratara de un embarazo, estaba feliz  y se veía a si misma frente de un gran espejo, pensaba que todo había sido un sueño del que despertó luego del agotamiento del mismo pero de pronto noto como su rostro se notaba perverso, levanto sus propios brazos agitándolos hacia sus pechos los cuales pronto comenzó a apretar dejando salir leche materna de ellos, parecía que su vientre se deformaba mostrando manos y rostros intentando salir y gritar dentro de ella de forma rosando su piel, de repente muchos niños comenzaron  a salir por todos lados cantando en un idioma extraño en tono parejo que hacía  que su mente se sintiera aturdida, noto como la  sobra grande de una moja se aparecía por el fondo de la habitación detrás de los niños y justo cuando estos estaban a punto de acercarse a ella arrinconándola como si estuvieran a punto de hacerle algo despertó encontrándose con la luz de un nuevo día, parecía que había polvo en todas partes que se notaba por la iluminación del sol como reflejo del mismo,  Diego la sorprendió del otro lado de la cama mirándola fijamente con una sonrisa tierna, se saludaron dándose un beso, quería acariciarla jugando un poco per Laura rápido se levantó junto con el ambos entre risas, no quería que la madre o algún niño entrara y los viera, se arreglaron antes de salir de la habitación y escucharon como un par de niños corrieron al escuchar que se acercaban a la puerta, al abrir se toparon con Héctor y Carmen, -¡Hola como amanecieron! –decía Laura, -¡Bien, bien!, pero ya es hora de irnos, ya quiero legar a esas aguas termales que me prometieron desde hace dos días –respondía Héctor, -¡Si, lo sentimos pero ya queremos irnos, anoche no dormimos bien y en, buen tu sabes, peleamos un poco por los niños, es que son tan tiernos ¿no lo crees? –decía Carmencita susurrando y sonriendo tiernamente al oído de Laura, ella sonrió, -¡Sí!, lo son, pensé querrías llevarte uno ¡Jaja!, -No son juguetes que te puedes llevar así porque si ¡Jaja! –respondía riendo entre ambas, los hombres se estrecharon la mano despidiéndose, bajaron hasta la sala donde se despidieron de la madre y de los niños, quienes parecían tristes y decepcionados una vez más, -¡Oh, ya se van!, qué triste ¿pero porque? –les decía la madre María, -No es por nada pero ya estoy harto de este lugar, que bueno ya nos vamos, ahora si quiero descansar en un verdadero lugar, creo que anoche tuve muchas pesadillas, enserio lo lamento pero debemos irnos, gaste mucho en el lugar que rente para quedarnos aquí todo el fin de semana –decía Héctor con egocentrismo mientras que Carmen le soltaba un sutil golpe con el codo, -¡No seas tan mamón!, discúlpenos madre María pero ya debemos irnos, todo esto ha sido tan lindo, los niños también obviamente se llevan toda la atención, pero es que pues ya ve no, usted entiende…, -se disculpaba Carmen con la madre, -¡Oh si hija no hay problema! –la madre respondía, Héctor saco las cosas hasta el auto para guardarlas, cuando noto que sus dos llantas delanteras estaban ponchadas, -¡Oh por un demonio, lo que faltaba!, ¡PTMD mis llantas!, -¡Héctor guarda silencio hay niños aquí!, -¡Me vale madres! –decía mientras intentaba solucionar el problema de sus llantas, pero al no ver remedio no le queda otra más que salir a la carretera a pedir ayuda, pasaban algunos carros pero pocos se apiadaban en ayudarle, más de 2 horas después sin que pasara nadie lo dejaron desesperado, regreso sin opciones Laura y los demás trataban de convivir con los niños pero estos no querían salir a fuera al aire libre, decían que el sol les irritaba por alguna razón extraña, no era común que los niños no quisieran salir pero lo pasaron por alto, se quedaron a dentro jugando con ellos mientras que la madre preparaba algo de arroz para la comida, pues para el desayuno solo les había dado pan seco y un vaso con agua, el resto del día fue tan aburrido como la noche anterior, más paredes de madera podridas por todos lados así como de concreto que parecía del mediterráneo, no había mucho que hacer y el tiempo se acababa, tendrían que irse pronto para regresar a la ciudad y Héctor cuando menos descansar de lo mucho que se estaba fastidiando ahí dentro, algunos de los niños quienes eran los que más se apegaban a Laura, Diego, Carmen y Héctor seguían bajo sus pies intentando darles ternura, mientras que todos a excepción de Héctor quien estaba algo amargado disfrutaban de la compañía  de los niños, al anochecer todos los niños se habían retirado excepto los que estaban junto con los adultos, parecían haberse escondido, la madre les dio pan a cada uno y cenaron con decepción junto con un vaso de leche tibia, pronto parecían que estaban por quedarse dormidos cuando se despidieron y se retiraron, al legar a sus cuartos Laura y Diego discutieron algo con sueño sobre la adopción de Dianita y Luis los niños que estaban siempre sobre de ellos desde que llegaron, aunque Laura aun tenia sentimiento por el niño de la otra noche quien aún no sabía su nombre, Carmen y Héctor se durmieron tan pronto como cayeron en la cama polvorienta y agujereada, Laura todavía se quedó un rato pensando las cosas más que nada en los niños que lucían tan extraños junto con la monja, cuando se dio cuenta ambos ya estaban dormidos.


Laura estaba mirándose a sí misma otra vez, ahora ya no estaba embarazada si no que tenía a un niño en brazos, pronto intento acercarse notando que su reflejo se había vuelto realidad cuando se dio cuenta de que cargaba a un niño ente sus brazos, pero pronto el bebe giro su cabeza mostrando un rostro un tanto abrumador y casi demacrado, este intentaba sacar uno de sus pechos para chupar la leche materna con algo de agresividad usando sus dientes que parecían demasiado afilados a punto de penetrar su piel con dolor, cuando pronto sintió algo de malestar queriendo escapar de ese mal sueño abriendo los ojos cuando noto que un gran circulo de niños estaban sobre de ella cantando, de repente estos pararon y miraron hacia abajo con ojos negros despidiendo un calor algo estremecedor, su cuerpo estaba desnudo cuando estos intentaron irse sobre de ella tomando sus brazos y sus piernas, esta intentaba huir pero no podía pues al parecer los niños tenían mucha fuerza, pronto la pararon aun sujetándola frente a un gran espejo y mirando su reflejo podía ver como la niña con la que estaba encantada se aparecía frente a su reflejo de espaldas, pronto esta giro y cuando lo hizo un hombre aparecía detrás de ella, este parecía  frustrado y enojado a punto de irse sobre encima de ella aun sujetada de brazos y piernas por los demás niños, de repente Diego la despertó, estaba teniendo tan solo pesadillas y se encontraba gritando cosas en la cama cuando el despertó y la sujeto porque intentaba hacerse daño a sí misma, Laura despertó sudando y con los ojos irritados, al ver que todo había sido un sueño se lanzó sobre Diego abrazándolo, de repente escucharon un grito casi como un par de gemidos y salieron corriendo a ver qué pasaba.


Laura iba apresurada hacia la habitación de Héctor y Carmen de donde se escuchaban los gritos, cuando toco nadie respondía más que parecía estar trabado el seguro de la puerta, Diego llego pujando ambos con fuerza hasta  que encontraron una escena desagradable de Héctor y Carmen teniendo sexo con sus cuerpos desnudos y sudando, aunque algo no aprecia bien, la escena les parecía de lo más grotesca de su parte parecía que ambos estaban dormidos, tenían los ojos cerrados y sus gestos o lucían como unas personas normales, más bien parecían ser controlados salvajemente mientras que algo hizo que la puerta se cerrara fuertemente detrás de ellos, las velas del cuarto se apagaron sin siquiera haber viento soplando mientras que algunas sombras se escapaban escuchándose algunos ruidos como risas y golpes de las mismas detrás de la puerta y la ventana iluminada por el reflejo de la luna llena, de repente los cuerpos de la pareja  cayeron desorientados mientras que despertaban sintiéndose confundidos, ambos no sabían que había sucedido pero estaba avergonzados al verse desnudos frente a sus nuevos amigos, pronto se taparon y Laura salió del cuarto junto con Diego, regresaron a su habitación donde prefirieron no decir una sola palabra de lo que vieron, ellos creían un poco en esas cosas y preferían no meterse en sus asuntos para que no los molestaran, quizás la mala vibra de Héctor les habría causado eso, aunque no todo era como parecía, los espectros que habían visto eran las lamas de quienes se hallaban encerrados en los cuerpos de los niños quienes se habían manifestado poseyendo los cuerpos de la pareja pues querían saciar un poco sus deseos de volver a sentir al carne humana así como algunos de sus deseos carnales y pasionales. 




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