viernes, 4 de octubre de 2019

"Psicópata" -El Coleccionista de Pieles-


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1-

Diana se preparaba para el trabajo, se había levantado muy emocionada por disfrutar este día, se levando estirándose y acariciando su cuerpo con cada roce suave y sensible de su piel, descubrió su cuerpo de su pijama color rosa quedándose al desnudo, abrió la llave de la ducha para que esta comenzara a calentarse mientras que ella preparaba su vestimenta y su desayunó así sin pensar en el fresco del aire que recorría con sensibilidad todo su cuerpo, pues más allá de eso parecía disfrutarlo, una llamada al teléfono sonó molestándola, -Oh, de nuevo esa mujer –contestaba-, -Hola, hija, escucha sé que estas bien, pero algo ha cambiado en ti últimamente –decía la mujer con una voz temblorosa-, -Mama, ya basta, me tienes harta tengo que ir a trabajar –gritaba Diana colgando, la chica se dio la vuelta desconectando el cable del teléfono, regreso a su habitación y se metió a bañar, paso un tiempo de calidad consigo misma y luego se salió directo a su trabajo, en la calle se sentía algo temerosa, miraba por todos lados notando a la gente mirarla y a algunos hombres que presentía sospechas, esa era la paranoia que día a día embargaba su mente y cuerpo por miedos que había sufrido durante su vida, el señor Ramírez le saludaba como cada mañana cuando la vea irse al trabajo, sabía que la chica era perseverante y le encantaba el estudio, para él era un ejemplo de lo que debían de ser los jóvenes ahora, su trabajo apenas le ayudaba a mantenerse, le hablo dándole la mano pero la chica que antes le sonreía se fue directo ignorando su mano, el hombre quedo algo confundido pues su joven amiga siempre le saludaba con afecto, Diana se quedó parada un momento y luego se dio la vuelta mirando al hombre algo triste, -Lo siento Don Ramírez, estoy algo estresada por el trabajo, pero regresando en la tarde le preparare un rico café como le gusta, el hombre sonrió algo confundido, a él le gustaba el helado de chocolate y ella siempre le traía de su nevera uno para comer con ella y discutir sobre economía y política, la chica siguió hasta el trabajo pasando el día en  oficina, todos sus compañeros la notaban rara pues parecía ver todos con sus ojos una y otra vez a analizando el lugar como si fuera nueva en ello, también notaba como los miraba uno a uno analizándolos de pies a cabeza, Paola su mejor amiga la sentía extraña pues ella siempre la iba a saludar primero que a todos, era un trabajo modesto sin mucha paga pero algo de lo que ella decía disfrutar hacer, las  notas eran escasas y poco publicadas, pero ahí estaba ella, salieron hasta tarde terminando algunos apuntes y la acompaño hasta la parada del camión, no le mostro mucho interés a Paola cuando ella le explicaba su tristeza por el rompimiento con su novio, Diana solo le sonrió y le dio un abrazo de lamento, pero ella en verdad solo veía sus tetas y Paola lo notaba con algo de intención de su parte, Paola la dejo irse pero entendía que las cosas no estaban del todo bien con ella, Diana estaba por tomar otra ruta cuando recordó su cita con el hombre de la mañana, miro su reloj, saco un pequeño papel del bolsillo de su falda y exclamo con estrés, -Bueno un rato más, mañana tengo una la siguiente tengo una cena importante, Diana regreso a su hogar, el hombre la saludo pero ahora ella lo abrazo con mucha intención, ella jamás mostraba tanto afecto al menos no de buenas a primeras, el hombre pensó que quizás estaría en uno de esos días así que mejor guardo la discreción, bebió él te que le había dado, aunque ella le prometió una taza de café, comenzaron a hablar de algunas cosas aunque nada del que recordaba hablar siempre con ella, parecía hablar más de cosas de mujeres como si ella le tuviera toda la confianza para saberlo, la chica se despidió, entro a su casa y salió una hora después con un maletín en mano y cerrando fuertemente con llave, el hombre la miro desde la ventana de su casa tratando de no ser visto, la joven miro a todos lados y simplemente siguió su camino con una extraña uy perturbadora sonrisa en su rostro, ya estaba oscuro, ella le tenía miedo a salir tarde de noche pero el hombre solo lo dejo pasar.


2-

Fernanda llegaba al consultorio, la mujer de 32 años lucia provocativa con su vestuario de enfermera, aunque lucia más como una especie de sexo servidora, entro contoneándose una y otra vez mostrándose seductora para dos de los hombres pacientes de su jefe, estos  se quedaron mirando a la mujer con buenas caderas, esta entro con el doctor quien rápidamente le daba indicaciones, la  mujer solo se giró iniciando la entrada de uno de ellos, cuando se giró el doctor noto una leve marca de arrúas en su cuello, como su piel estuviera mal acomodada o colgando, -Señorita Fernanda, ¿le sucede algo? –preguntaba el doctor ciscado-, -No doc., para nada todo perfecto, me encanta mi trabajo, ¿no es otro día lindo acaso? –le respondía tratando de no ser descubierta -, -E, si lo es y cómo te fue estos días, tu mama se encuentra bien?, -¿Mi mama?, ¡ha, sí, mi mama!, si está bien doctor, solo fue un mareo, se calló pero ya está mejor gracias por preguntar –le decía aventándole un beso, de pronto un paciente entro, el señor Pablo, un hombre de 45 años con obesidad, estaba punto de cruzar la puerta cuando Fernanda se topó en su camino, la mujer estampo sus pechos contra el hombre quien se quedó algo excitado con la hermosa jugada que el destino le había dado, la mujer pareció no importarle  siguió su con su labor cerró la puerta y comenzó a catalizar al hombre mientras el doctor lo atendía, el docto la miraba extraña, Fernanda siempre armaba un escándalo si alguien le miraba siquiera las tetas, además parecía vestir un una lencería provocativa, pero lo dejo pasar pues le encantaba la vista, al terminar el día la mujer salió sin despedirse, el doctor se quedó pensativo, pero lo dejo pasar, la mujer caminaba de regreso a su casa, aunque era  distinta a la que Fernanda acostumbraba, comenzó a tararear una canción algo extraña, se metió a la casa y cerro fuertemente con llave, poco después una mujer muy bien vestida salía de la casa, camino hasta un auto del otro lado de la calle y se fue directo al centro donde se encontró con un hombre en uno de los restaurantes más finos de la ciudad,  se dieron un beso y poco después el hombre la subió a su auto llevándola a su departamento, ambos pasaron una noche seductora llena de sexo, donde el mas afectado por la calentura de la noche  fue el hombre, Max, un chico de 27 años líder y empresario juvenil exitoso había invitado a su nueva novia a una cena peculiar luego de conocerla, le había encantado pues siempre lucia muy hermosa y femenina, como un sueño y un encanto de mujer que nadie tenía, por fortuna él la había ganado, pero los últimos meses parecía no ser igual como al principio, se desaparecía cierto tiempo y cuando la invitaba a cenar regresaba como si nada, excusándose de muchos deberes en su trabajo, le hombre se quedó mirándola un rato más y se quedó dormido mientras que ella descansaba en sus brazos, al día siguiente, Max se encontró de nuevo solo en su habitación, la mujer había recogido sus cosas para  irse de nuevo, no era una relación tan normal, pero entendía que debían dejar su vida amorosa en secreto para las malas lenguas de la sociedad.


3-

Alejandra, había faltado al trabajo la última semana, su jefe estaba desconcertado, pero por ser una buena empleada y  sobre todo una muy bonita la dejaba hacer lo que quería aunque eso le afectaba a todos los demás, aunque esta  vez sí era de preocuparse, la mujer asesora de ventas llego empoderada, camino hasta la oficina de su jefe sorprendiéndolo, se giró alrededor de él  inclinándose sobre su escritorio dejando su escote abierto para que el hombre la viera, se acercó un poco más y le dio un beso, el hombre se quedó inmóvil pero suspiro, se alejó un poco de ella pues se sentía algo tímido, Alejandra nunca se había insinuado así para con él, inclusive parecía  ser una mujer recta a pesar de su belleza, tenía miedo de que ella reaccionara mal si le insinuara algo indebido, no quería problemas con su mujer, -Oh, Ale, no tenías que hacerlo, si tienes problemas solo dilo, yo no quería que tengas mas por mi culpa y de igual forma no quiero engañar a  mi mujer, -Pero John, esa mujer desaprovecha mucho su cuerpo, sé que te encanta pero no te complace, no sería mejor me dejes a mi ayudarte a darme un ascenso, la dirección de la compañía podría ser mía si me dejaras arte lo que quieres –le decía la sensual mujer, para John ese comportamiento no era el de su empleada del mes de siempre, pero solo trataba de tranquilizarse, no quería problemas con su esposa, mucho menos un divorcio  ahora que estaba tan bien la compañía, -Lo siento hermosa, pero amo a mi esposa sería incapaz de engañarla, ella podría arruinarnos, dejaría mal parada la compañía, la mujer  se sentó abrió las piernas, algo furiosa, -Seguro que no quieres esto, bueno, podría hacer algo mejor, pero deberás esperar hasta esta noche, quizás te guste –la mujer se despedía con firmeza, caminaba sensualmente contoneando sus caderas, lucia como una mujer más dura y más segura de poder, en su oficina llamo a la asistente de su jefe y le pidió que le dierá  la agenda de su esposa, ella si problema le dio los datos, -Así que la partida de póker con tus amigas es, bueno, gracias Jess, -la mujer le agradecía, termino unas cuantas ventas y salió temprano,  tomo un maletín extraño, se dirigió a un centro nocturno de la ciudad, la mujer entro y comenzó su cacería, noto a la gran mujer en una de las mesas cayendo entre risas con algunas de sus amigas, casi a lo lejos escuchaba como se reía de su marido, derrochando su dinero, ella sabía que le tenía miedo, simplemente miren como se mostraba esa mujer, quien lo tenía todo sin problema, se metió al baño con su maletín, de pronto Mónica entro al baño, la mujer estaba algo mareada de tanto alcohol, se arregló un poco para llegar a su casa pues su marido ya la esperaba, de pronto, una chica joven con sonrisa angelical sabio de una de las cabinas del baño, le sonrió asegurando la puerta de la entrada del baño y la rodeo por detrás, aprovechó un descuido de ella por lo mareada que estaba, la sostuvo por la espalda intentando no ser vencida por su peso y agilidad se aseguró de marcar una línea firme con su daga, la mujer  no pudo decir nada, pues si bien apenas la cortada era profunda sus cuerdas vocales dejaron de funcionar, pronto la mujer cayó al suelo mirando a la dulce chica, sentía su garganta ardes y poco a poco con pánico miraba sus extremidades fundirse en el suelo como una especie de masa, la mujer sintió la muerte y pronto su cuerpo estaba tirado como un simple saco de piel sin huesos, sin carne, sin órganos ni viseras algunas, la chica sonrió, saboreo con su lengua la daga quitándole la sangre derramada y se preparó para el resto de la noche.


4-

Mónica regresaba a la mansión, su esposo la estaba esperando como siempre a altas horas de la noche, sus hijos estaban dormidos, los menores dormían para la escuela mientras que John la esperaba para atenderla, -Mónica, en donde estabas, siempre es lo mismo, la mujer se acercó y con  ternura le impregno un beso en su mejilla, le sonrió gentilmente tomándolo de la mano y lo llevo hasta su cuarto, cerro la puerta  con seguro, le comenzó a ver cálidamente mientras que el solo se dejaba llevar, extrañamente su esposa hacia eso, tenía muchos años sin provocarle como antes cuando todo era juventud y amor entre ellos, la mujer sintió su erección y pronto bajo los pantalones liberando su miembro comenzando a lamer y a besar, le miro desde abajo y subió para terminar de desnudarlo, sentía lo caliente que su él estaba por el placer del momento, se giró hacia la cama, lo miro de frente tomando las orillas de su gran saco abriéndolo y dejándolo caer mostrándose sexy para él, con una lencería ajustada sin ropa ni escusas, -Ven amor, no me deseas, no quieres todo esto para ti –decía la exuberante mujer, el hombre la tomo despojándola de sus intimidades, pronto quedo expuesta y sintió la carga de placer en su entrepierna, era una gran mujer para dejar todo eso en la nada, fue embestida por su esposo y pronto obtendría más que eso por recompensa, se giró montándolo ahora a él desde arriba, se impulsó unas cuantas veces más para ayudarlo usando su vagina y se recostó sobre de el para dejarlo terminar dentro de ella, se acercó a su oído y exclamó, -No te olvides de darle ese ascenso a Alejandra mañana, el hombre abrió los ojos del miedo, esta seguía pujando mientras que su miembro eyaculaba en ella, lo tomó como una muestra de su afecto y sabía que no habría problema si pasaba algo con ella, la mujer le sonrió y le dijo que se fuera con ella un fin de semana entero, el hombre la dejo echándose a dormir, al día siguiente su mujer parecía como si nada, se lento telliz de la cama y corrió a darse un baño para darle un desayuno a su familia, una vez que todos se fueron a sus deberes, ella se quedó sola, se arregló muy sexy como la noche anterior y salió de su casa, condujo hasta el trabajo de su esposo y se metió al edifico cambiando de piel una vez más, Alejandra salo del baño con su maletín en mano, se dirigió a la oficina donde sus compañeros la esperaban de nuevo con su retraso de horas y con una fiesta sorpresa que su jefe ahora socio le daba de bienvenida por ser su nueva socia directora de la empresa, Alejandra sonrió y felizmente le entrego más tarde un regalo por agradecimientos  a su nuevo socio, salió de la oficina, regreso a su propio auto y le mando un mensaje a su nuevo marido y socio, “No me esperes que me fui de viaje unos días”, John miro el mensaje sintiéndose algo molesto, pensaba que lo del engaño en realidad había sido para él, sabría todo sobre su  pequeño trato y relación con  Alejandra y le iría muy mal los siguientes días si no es que meses, regreso a la casa confundido encontrándose el auto de su esposa pero ordeno se lo llevaran, pensó que quizás ella no querría  nada del pues por algo se puso tan feliz la otra noche.


5-

Alejandra se estacionó una vez más en frente de la casa en la nada, salió del auto entrando a la casa, pronto un hombre en traje con una capa y un sobrero negro salía de ella, llevaba un maletín en mano, se subió al auto y condujo hasta el centro a altas horas de la noche, se encontró con una de la sexo servidoras de la calle, una de ellas casi le ofrece subirse a cambio de su miembro y unos cuantos pesos, pero este se negó, siguió hasta que encontró a una pobre chica un poco más joven, parecía preocupada, pero su inocencia le aturdió, la subió a su auto llevándose la lejos, la miraba de pies a cabeza, parecía ser solo una de las piezas que faltaban en su colección, la levo hasta su casa donde nadie sospechaba, ella entro invitándola  a comer algo de aprecio, la chica suspiró miraba todo con encanto pensando que quizás sería el hombre que la salvaría del infierno, comió con delicia hasta que dejo el plato limpio, el hombre le ofreció una copa de vino, al cual ella dedujo que sería el momento en que la violaría, bebió de la copa sin sentir nada aun, se quedó tranquila  un rato mientras que el hombre leía un libro, hasta que ella naturalmente se quedó  dormida, al día siguiente Karen salía de la extraña casa, parecía no notar nada diferente al día anterior, siguió su camino contoneándose por la calle cuidándose de no ser muy expuesta en la avenida, subió a un camión donde varios hombres la acosaron y le silbaban mientras que las mujeres la miraba como vulgar e indecente, comenzó a mascar chicle y dejo su goma en el cabello de una mujer que parecía mirarle con desprecio, quizás ahora se quede calva pensaba riendo, salió del bus no sin antes ser manoseada por las manos de algún hombre, caminó unas cuadras hasta legar a un edifico algo sucio, subió las escaleras llegando a su nuevo departamento, se encontró con un cuarto sucio y mal oliente, con pestes así como de algunas cuantas ropas en desorden, intento ordenar todo como una verdadera señorita y se preparó para  una nueva aventura esta noche, un estruendo resonaba en la puerta, -¡Maldita puta donde estas!, -gritaba en casero y dueño de la tipa, pronto entro impresionándola mientras se vestía, la tomo por el cuello y la embestía, la penetro fuerte y la dejo desvalida, pero algo parecía que le excitaba más haya de perturbarla, el hombre se indignó, le encantaba verlas sollozar pero no disfrutar, la chica levantó la cara con algo de lágrimas por el dolor y le sonrió, saco un fajo de billetes de su bolso y lo entrego al hombre, este sonrió, le había sacado una fortuna a sus últimos clientes pensó al menos, la levanto dejándola arreglarse, había obtenido un nuevo asenso, le dio una cita con sus mejores clientes y la mano al trabajo por las calles más finas del centro, Karen caminaba algo entusiasmada, su nueva vida le parecía una desgracia, pero una muy excitante, un auto de lujo se estaciono en la parada, pronto lo reconoció al instante, este abrió su ventana, la chica miro dulce y gentilmente, el hombre era su novio o al menos el novio de Alejandra, sonrió y subió a su auto,  el chico la beso en el cuello y después condujo mientras que ponía su mano en su entrepierna acariciando suavemente, la intensión le excitaba y la presión le seducía, llegaron hasta lo que era su conocido apartamento,  se fugó a la cocina como en automático sacando dos cervezas Heineken de la nevera, el chico parecía asombrado, como es que lo sabía, pero la chica no respondió, abro las botellas con agilidad y ambos bebieron hasta terminar ente besos y caricias, la penetro dulcemente recordando como penetraba con dulzura a Alejandra, pensaba por dentro que esto era un engaño muy cruel de su parte, pero ahora no podría juzgar pues tenía que hacer su papel de la ramera.


6-

Termino dentro de ella y sorbió el final de su botella, el chico se recostó respirando con presión, le había fascinado el sexo con la chica, parecía que le entendía como si tuvieran tiempo de hacerlo, la miro sonriéndole analizando aun su fisonomía, la chica se levantó yendo a la cocina por otra cerveza y le obligo a tomar de ella, el chico fascinado pensaba que ella misma se amarraría, pronto sin control quedo inconsciente, la chica llamo a una de sus colegas quien llego al lugar de inmediato, una chica inexperta pero segura para el trabajo, era joven y nueva recién raptada de la escuela, entro sin demora tratando de no llorar, la chica le sonrió, camino hacia ella, le coloco su dedo en su mejilla acariciándola, -Oh, tu eres más niña de lo que creía, le tomo de la mano llevándola hasta el cuarto, miro al hombre inconsciente y con duda intento girar hacia su amiga quien rápido la tomo por la espalda clavando su daga en el cuello de la chica, esta no logro analizar la situación y pronto se quedó sin vida en el cálido suelo de alfombra del cuarto, miro por última vez al chico, -Ay, Max, yo pensé que eme amabas, quizás es mi culpa, por dejarte tanto tiempo a solas, pero bueno que quiero hacer, esto será divertido no lo crees, la chica levanto su cuerpo con trabajo, comenzó a colocarle la piel de la chica transformándolo de inmediato en ella misma, -Luces tan sexy y tierno Max, o quiero decir, Dani, o dulce Dani, la chica la levanto con algo de trabajo, la llevo aun dormida hasta el auto del chico, mientras conducía hasta el edificio de su jefe, -Mi amo, aquí le traigo a esta, se quedó borracha por culpa del cliente e esta noche, le pago una miseria, pero creo que es  justo es que mañana pague con los hombres más cochinos y perversos por su mal servicio, -Es cierto, que listilla me saliste mi princesa y eso que hace dos semanas ni querías ganarte unos pesitos por dejar  que jugaran contigo, le hombre le acaricio su babilla le produjo algo de cosquillas pero se mantuvo, pensaba en si hacer lo mismo con el hombre tan perverso y asqueroso pero sería mejor darle por su lado a la venganza del ahora ex novio de Alejandra, la chica se fugó de regreso a su departamento, se desvistió de piel completa, el hombre tomo su maletín y regresó a las andadas, se aseguró de no ser visto y salió saludando a su nuevo jefe callejero, -Buena mañana señor, que pase lindo día, -Si buen día señor, espero haya disfrutado a una de mis putas, el hombre sonrió mientras regresaba la vista a la calle, caminó hasta la parada y tomo el bus más rápido a su casa, llego y dejo su maletín en la mesa de la sala, colgó su saco  y su sombrero, camino hasta la cocina se preparó un café, colocó música clásica de la que tanto degustaba, tomo su maletín bajando hasta el sótano, encendió la luz de este y pronto abrió una gran puerta congelada, la extendió como un armario mirando sus varios trajes colgados, encontró un par de espacios y coloco sus nuevas piezas de colección en ella, la berrinchuda de Dianita que conoció esta semana, la grosera de Fernanda los pacientes de su jefe la odiaban, creo que ahora estarán encantados de visitar al doctor cada semana, pero creo que esta no se podrá, Mónica, buen te largaste sin nada no creo que te busquen por un buen tiempo, tu Alejandrita contigo siempre activos en la noche y tu mi nueva niña, Karencita quizás  tu patrón no te busque por un tiempo, creo que le dejamos una nueva chica que tendrá que domar antes de que quiera ir a buscarte, aunque no sé, quizás estés mejor aquí conmigo que con el, en este frio y refrescante congelador hasta que me den ganas de usarte, analizo sus agendas y tomo las que necesitaba para esta nueva semana, Gabriela la maestra, tus vacaciones acabaron, que mal, Jimena la madre de Carlos y Pamela tus hijos regresan de estar con su padre, Valeria ya entras de nuevo a la escuela, bien, creo que con ellas tengo por ahora, ha Karina tú padres te buscan, será mejor que vuelvas a casa por unos tiempo, el hombre sonreía, tomo las pieles de las mujeres que necesitaba guardándolas en su maletín, cerro su guardería especial y se giró caminando de regreso a las calles, Gabriela tomaba el primer camión a la escuela, sus alumnos la esperaban pues se le había hecho algo tarde.





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