Mi
hermana y yo hemos tenido que aprender a vivir con el cuerpo del otro, no ha sido
del todo fácil, pero al menos podemos platicar más acerca de cómo nos ha estado
yendo en la vida, a veces incluso hacemos más que platicar, nos ponemos a explorar
nuestros cuerpos cuando no están
nuestros papas, que es cuando las cosas se ponen aún más interesantes y
experimentamos el sexo de una manera muy perversa, no me molesta para nada, me
encanta como aprendió a coger con mi
propio pene, eh de decir que ha mejorado mucho desde entonces, sabe complacerme
en todo momento y pues claro, siendo este su anterior cuerpo, saber en qué
punto tocar para hacerme sentir la mujer que ahora soy.
Todo paso cuando estábamos de viaje familiar, mis padres quisieron ir de visita a las ruinas mayas y mientras pasábamos por una salón de artesanías en las edificaciones mayas, mi hermana se encontró un espejo antiguo con marco de oro, ella quería llevárselo mientras que yo no quería que ella cometiera una estupidez, ambos comenzamos a pelear mientras nuestros cuerpos se reflejaban en él y al parecer perturbamos con nuestros gritos a un ser ancestral atrapado en el espejo, sin darnos cuenta, el ser había usado su poder para cambiarnos de cuerpo, nos pusimos a llorar mientras mirábamos el cuerpo del otro confundidos y avergonzados de lo que nos pasaba, intentamos hacer que el espíritu del espejo nos devolviera a nuestros cuerpos pero al intentar tocarlo sentía como nos quemaba la mano y ya no pudimos más tocarlo, por desgracia mis padres ya nos hablaban que teníamos que salir y avergonzados les explicamos lo que había pasado, el guía nos regañó y sorprendido nos dijo que habíamos sido parte de una maldición por perturbar a dicho espíritu y que este era nuestro castigo por perturbar su noble paz.
Me encantó
ResponderBorrar