El
siguiente día todo fue más tranquilo, desperté con el roció de la mañana
esperando a encontrarme de nuevo con Jorge, el seguía lado mío mientras que una de sus manos estaba
sobrepuesta en uno de mis pechos, retire su mano lentamente para no despertarlo
pero fue inútil, al parecer ya lo estaba, me saludo con un beso acercándome
hacia el mismo, ambos comenzamos a levantarnos para realizar nuestros labores
del día, Jorge me recordó que hoy vendría de visita mi mejor amiga Karen, poco
sabia sobre ella, además de no recordar la dicha de su visita, me di un baño rápido
para quitar excesos de sudor entre otras cosas y me arregle como el día
anterior sin exageraciones ni cosas con las que pudieran regañarme, sin embargo
pensé que debía verme mejor si una de mis amigas vendría verme, así que
solamente me coloque un vestido cómodo sin tanta exageración, unas zapatillas
de piso y me peine un poco el cabello, mi rostro era tan hermoso que no precise
usar maquillaje, sin embargo tampoco quería usarlo porque no me sentía segura
aun de hacerlo, Jorge se vistió cómodo con un short y su playera además de sus
sandalias, creo que de igual forma se viste así cada fin de semana, bajamos a
desayunar al comedor donde ya mi madre nos esperaba con una buena y distribuida
comida, unos hotcakes y jugo de naranja,
coloque miel sobre las piezas de pan y poco a poco comí, platicamos un rato
sobre los planes de un viaje, mi madre al parecer no iría pero nosotros dos si,
se me hacía extraño pues había prometido que me cuidaría estos meses, inclusive
note como ella y Jorge se miraban entre si misteriosos, pero solo lo deje pasar, quizá era porque solo debíamos ir a
disfrutar como pareja, seguimos platicando cuando me di cuenta con una extraña
sensación que necesitaba ir al baño, deje un poco la mesa disculpándome, mis
modales aunque buenos para ser yo quien los hacia eran algo o demasiado educados
para ellos quienes conocían a lauro como una chica no nerviosa ni avergonzada,
sobre todo porque solo pediría perdón por ir al baño en un caso necesario o de
cortesía, llegue rápido al baño donde hice unas cuantas necesidades, para mi aún
era extraño todo esto de ser una mujer, orinar sentada mientras escurría el orín
mojando un poco de más por los lados no me era muy grato, tuve que limpiar todo
como siempre y por si fuera poco subir a cambiarme la panti, baje de nuevo a
seguir comiendo, terminé mi apenas pieza de hotcake cuando volví a sentir la
necesidad de ir al baño, esto me estaba cansando, simplemente les mencione que iría
al baño de nuevo, esta vez no lo tomaron con tanta sorpresa, no atendía porque
tanto orín salía de mi cuerpo a cada rato, solo notaba que quizás sería por el
embarazo, afortunadamente esta vez no me manche de más y pude volver limpia,
terminamos de comer salvo que yo no terminé mi plato, me dio algo de coraje
pues sentía ganas de comer más pero mi estómago no, sin embargo este me vibraba
por dentro como si estuviera en movimiento, notaba como me se me había hinchado el abdomen y de pronto unas ganas grandes de vomitar me hicieron
salir corriendo al baño, fue algo repugnante pues odiaba hacerlo seguido
últimamente, mi madre y Jorge habían terminado de lavar los trastes y yo
apenada me senté a descansar en un sillón de la sala, llegaron conmigo abrazándome
tratando de consentirme y calmarme, notaba mi frustración por los cambios en mi
humor de la mañana, mi madre me tomo de la mano llevándome al jardín, me paso
unos guantes los cuales me puse así como un sobrero para el sol, comenzamos
ente ambas a arreglar el jardín pues estaba algo descuidado, pues yo tenía
mucha exigencia en él, sentí como se me daba por alguna razón el cuidarlas y mantenerlas,
corte algunas hojas con las que sentía estorbaban a la buena vista de los
colores y texturas de mis flores, algunas con matas ya crecidas y marchitas, regresamos
a dentro pues había mucho sol, al poco rato llego Karen la chica que se suponía
era mi mejor amiga, el timbre sonó, Jorge fue a atender, saludaba a Karen muy
amistosamente, pensaba en estar celosa pero mi mente me mandaba señales de
calma a la vez, como si me indicara que ella no era mi enemiga, ella camino
hacia mí, la recibí alegremente mientras ella extendía sus brazos para
abrazarme, me dio un beso en la mejilla con el cual le correspondí, nos
sentamos un rato a platicar mientras que mi madre nos levaba algunas galletas y
tazas con te, me sentía en intimidad con Karen, poco me llegaba el recuerdo de
lo felices que éramos antes del accidente y bueno aun lo somos, le advirtieron
de mi fallida memoria así que no tuve
esa inquietud por fallar en mis respuestas, Jorge nos dejó solas mientras que
el subió a ver un partido de futbol al cuarto, pronto estuvimos entre chicas
hablando, mi mama y Karen eran las que más fluido hablaban sobre mí, pues solo
escuchaba todo lo que decían tratando de animarme y recordar ciertas cosas, al
igual que mi mama recordando mi infancia y adolescencia, algunos secretos que
ni yo misma pensé que Laura recordaría por mí, aun así trate de seguir el paso
de la charla e intente reírme con alguna de las cosas que decían, paso el tiempo y llego la hora de
comer donde los cuatro nos sentamos, platicamos un poco más de todo, al igual
que fue como la mañana, Karen menciono lo del viaje mirando a los tres
discretamente, pensaba que algo pasaba más porque indicaban forzosamente ir en
los días finales de este mes, luego de comer sentir ese malestar de nuevo en mi
estómago, afortunadamente solo fue para evacuar esta vez, aunque se sintió algo
extraño, Karen prosiguió con una plática entre las dos, me sentía algo
desconcertada pues mis pensamientos aun masculinos me provocaban algo de morbo
al verla, ella era una chica igual de sexy que yo, así que no me podía
aguantar a ver a su escote intentando
notar mejor sus pechos, sin dudarlo tenía un par más grandes que los míos, pronto
ella me noto distraída mirando como ida en el espacio, me asuste pensado lo
peor pero solamente susurro en secreto vigilando que no hubiera nadie.
“-No
me digas que aun quieres tener eso…, por ahora no, aquí no, quizás luego”-
La
chica me dejo algo atónita, es que Laura y ella tenían algo en secreto, quizás
solo como juego o armonía consigo mismas se encontraban para tener uno que otro
faje íntimo, mi mente estaba en blanco sin recordar si lo que imaginaba era
cierto, como deseaba esta vez los recuerdos de Laura me dijeran algo que
necesitaba, tendría que esperar para estar a solas más íntimamente con ella si
es que ese era el plan, me aguante las ganas de seguir mirando su escote, pronto
ella se despidió, durante la plática solo me dio unas consejos de cómo cuidarme
mejor estos días que me recuperaba del accidente de hace una semana, pues ya tenía
un mes de embarazo y no quería perjudicar al bebe, también me dijo con urgencia
mi próxima visita a su consultorio para realizarme unos exámenes y ver como
avanzaba él bebe, pensé tontamente que sería para hacer lo que pensaba en
secreto pero supongo que sería más por lo del bebe, solamente me quedaba esperar
para averiguarlo.
Ella
se despidió y se fue, miraba sus caderas moviéndose de lado a lado, pensaba que
mejor ella hubiera sido un mejor cuerpo para mí, por lo que decía Karen, estaba
soltera y no creo que estar a solas con
un cuerpo como el de ella hubiera estado tan mal, pero sin embargo ahora estaba
aquí con una nueva familia y un hijo en espera, quizás este sería el propositito
que tenía que seguir por estar con vida, la noche llego y cenamos algo ligero,
nos despedimos como siempre y solamente esta vez Jorge me dio unos besos
tranquilos, con unas cuantas caricias leves para no agotarnos, acomodamos la
cama y terminamos por dormir.
Los día
pasaron, parecía que mis hormonas afectaban o eran alteradas conforme avanzaba
el embarazo, sentía mis pechos más sensibles y en un cierto grado crecían
poco a poco, llego la fecha en la que visitaría
por fin a Karen, llegando Jorge me llevo al consultorio, tenía trabajo que ir a
hacer ese día así que solo me dejo con Karen la saludo y se despidió para llegar
a su trabajo, mientras que la chica me analizaba yo la veía, sin duda estaba más
bonita, todos estos días me dormía intranquila pensando en nuestro encuentro,
pero todo paso poco a poco, ella me llevo a una camilla donde tenía un aparato
especial como de ultra sonido, me recosté abriendo un poco de m blusa para
dejar al descubierto mi abdomen, ella coloco en mí una crema que estaba algo
caliente y a la vez fría, encendió un dispositivo hasta que con un tuvo algo
aro comenzó a darme caricias en el vientre, pronto una imagen aparecía en la
pantalla de la máquina, estaba siendo reflejado el avance del embarazo dentro
de mi útero, se veía algo escaso pero se entendía que el feto estaba en buen
crecimiento, no tenía problemas por ahora, ella desconectó todo mientras que me
limpiaba la crema con una toalla humada el vientre, estaba por bajar mi blusa cuando
ella me detuvo, comenzó a subir sus
manos estirando a un más mi blusa hasta dejarme con la mitad del cuerpo desnudo,
me desabrocho el pantalón tomándome sorprendida y metió una de sus manos con
sus dedos acariciando mis labios vaginales e introduciendo sus dedos en mi
vagina, sentía el placer iniciándose como algo extremadamente perverso, salvo
que quería tocarla también a ella, pero al parecer ese no sería el caso, con su
otra mano subió hasta uno de mis pechos el cual comenzó a apretujar, pronto estaba
experimentando como mi vagina desprendía de nuevo esos fluidos, mi expresión
estaba demostrando lo bien que me hacía sentir sus dedos sobre mis carnes,
cuando pronto saco sus dedos de mi vagina para meterlos en mi boca, el sabor de
eso fue algo asqueroso pero me excitaba la forma en la que me sometía, luego,
del bolsillo de su pantalón saco una especie de aparato pequeño.
-Mira
lo que te traje nena, lo recuerdas, yo creo que sí, tu cuerpo lo debe recordar
muy bien-
Karen
bajo el aparato por mi vientre jugando, introdujo el mismo dentro de mi vagina
mientras que sentía o frio que estaba por el material del aparato, como de un
metal liviano, ella apretó un botón de él haciendo que este comenzara a vibrar,
las sensaciones rápido invadieron mi cuerpo dejándome completamente a su merced,
mientras más gritaba por lo impotente que me sentía ante los orgasmo de su
juguetito en mi vagina más me sometía, me ponía excitada, sin duda Karen era la
amiga más íntima y la mejor de Laura, tomo mis pechos y los saco de mi
sujetador, estando expuestos comenzó a poner su lengua en mis pezones los
cuales ya estaban muy excitados,
mientras chupaba de ellos mis orgasmos aumentaban, me tomo del cuello subiendo
hasta mi cabello y jalarlo, me estiro provocándome
algo de dolor mirándome como con odio.
-¡Te
gusta esto perra!- me decía-
Yo
solo quedaba perdida ante sus perversiones, pronto me acerco su escote sobre mi
cara el cual comenzó a aplásteme con ellos la cara, sentía su suavidad, tome
sus pechos con mis manos haciendo lo mismo que ella, lo saque del sujetador y
comencé a chupar metiéndome cada uno a la boca mientas que ella se estremecía
excitada igual que yo, se acercó a mi oído y comenzó a chuparme el lóbulo
mientras decía.
-Te
vi el otro día mirándome, seguro que, si recuerdas bien lo que teníamos en
secreto, pero solo somos amigas recuérdalo, esto solo lo hacemos entre nosotras
para distraernos-
Karen
me dejaba impactada, lo sabía todo de Laura y eso podría ser una desventaja si
algún día Laura debe ser Laura, aun así le seguí el juego, ella logro llevarnos a ambas al clímax
y finalmente nos incorporamos de nuevo en su oficina, ella me dio los últimos
detalles de los resultados del bebe y me dio unas indicaciones para los siguientes días, pues
estaba entrando en la segunda etapa donde vendrían otros nuevos cambios, ella
me ayudo a llegar a la calle donde pidió
un Uber, se despido de mi con un beso en la mejilla y con su lengua me paso
acariciando la oreja seductoramente, sonrió como si nada indicándome que
subiera al auto, el Uber tomo su camino mientras que veía como Karen se
alejaba, este me llevo segura a la casa, me dijo que no había pago pues ya
estaba pagado, todo era tan diferente para mi pues ahora no tenía que conseguir
nada, como chica todo me lo daban, inclusive cualquier mujer podría darme el
sexo que quería aunque fueras lésbico, seguí mi camino hasta entrar a la casa,
mi madre me recibió notándome algo alterada y aún caliente, no me había
percatado de eso, mi rostro se enrojeció de la pena y solamente me inmute,
pasamos el resto del día hasta que Jorge llego con la sorpresa de los boletos del viaje, seria a Cancún
nuestro destino, nos iremos este sábado por toda una semana para llegar el
viernes que venía, él ya había pedido sus vacaciones así que no había problema
en su trabajo, ambos parecían más extraños que de costumbre, nos sentamos a
comer y le explique todo lo que había pasado a Jorge, menos lo absurdo y perverso
claro estaba.
Llego
el día del viaje, mi madre me ayudo a poner todo en su lugar para que no me
faltara nada, aseguraba que el viaje era solo para distraerme además de que
descansara para estar más preparada por el embarazo pues dudaban lográramos
tener otro viaje para disfrutarlo hasta que él bebe ya estuviera listo sano y
salvo, deje mis preocupaciones a un
lado, aunque mi madre seguía misteriosa, me preocupaba de la misma manera que
algún día me preocupo mi madre en paz descanse, pues con su enfermedad tenía
que pasar día y noche robando para poder pagar sus medicinas, afortunadamente
no creía ella estuviera enferma ni tener yo que robar para ayudarla, salimos de
la casa dejando a mi madre del cuidado de ella, nos preparamos para subir al
avión y nos fuimos a gusto hasta la playas de Cancún, me sentía feliz pues jamás
me había subido en un avión y menos en clase de lujo, todo era color rosa hasta
que algunas turbulencias me provocaban temor, quizás Laura tenia estos pavores
cada que salían y Jorge no tardo e confirmarlos, pues me abrazo exclamando que
siempre tenía miedo a los aviones.
Los
días en playa fueron satisfactorios, también era la primera vez que visitaba
una, sentir el calor del sol de esa manera en mi cuerpo me hacía sentir más
relajada, ya nada me preocupaba esos días, lamentablemente se terminó y
regresamos a la ciudad de nuevo, los días pasaron volando y el sexo no quedaba
en el olvido, parecíamos dos bestias salvajes montándose una a cada una día tarde
y noche, regresamos a casa, mi madre estaba seria, la salude intentando
reanimarla pues había regresado, ella no dijo nada a pesar de mis preguntas, sonrió
y con la voz entre cortada me dijo
-¡Te
amo hija!-
Yo solo pensé estaba triste porque le hacia falta, fui al
jardín regresando con una flor bonita y ella sonrió, decía que antes cuando
niña hacia eso al verla triste, lo cual me produjo sacar algunas lágrimas pues
lo mismo pasaba conmigo y con mi madre en aquellos años atrás.
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Que bien que tomaste en cuenta los comentarios, por cierto excelente historia!
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