lunes, 29 de enero de 2018

Destino de unos cuantos

Nueva historia por Vanesa Mae

DESTINO DE UNOS CUANTOS


Tenía 57 años de edad, los cuales ya pesaban, me llamo José y trabajo de conserje en unas oficinas de administración, mi trabajo nunca me gusto, pero por no contar con estudios no podía lograr a aspirar a un futuro mejor, tenía un patrón muy estricto, llegaba a un punto que debía aguantarme las ganas de gritarle por el temor de perder mi trabajo, realmente familia nunca tuve siempre fui soltero, la chica alguna vez ame me rechazo por ser pobre al final ella se casó con mi mejor amigo, siempre han dicho “para que quiero amigos si tengo enemigos”, el fin eso fue mi pasado  y hoy mi presente, desde el día que entre a trabajar a la oficina me topé con varias chicas muy bonitas, siempre intente hablarle o invitarlas a salir pero siempre tuve como respuesta un “no”, cada día que pasaba nació un odio en mi corazón, nunca tuve la fortuna que tuvieron los demás, lograr obtener lo que deseas, el tiempo pasaba y mi estilo de vida era repetitivo, solo amanecía salía de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa, en mi trabajo solo me hablaban para decirme “José por favor limpia esto, limpia el otro, necesito que llegues puntual, necesito que vuelvas limpiar porque no me gusto”, si lograba llegar 15 minutos tarde me sancionaban en mi sueldo sin importar que mi edad ya fuera algo avanzado. Siempre tuve el deseo de saber cómo era vivir como un rico, tener todo lo que hubiera deseado, me encontraba caminando para ir a mi casa, pero en el camino me encontré una viejita pidiendo una moneda para comer, al verla le regale una moneda de $10, me dio las gracias y me regalo una pulsera, pero me dijo cosas raras “como regalo te doy esta pulsera que cumplirá tu deseo” solo paso por mi mente que la pobre estaba un poco mal de la mente, seguí por mi camino hasta llegar a mi casa, me refresque pero al revisar mi bolsillo vi que traía la pulsera de la viejita que me había dado decidí colocarlo en mi muñeca. 
Era sábado me encontraba limpiando la oficina, estaba a punto de acabar solo me encontraba trapeando, pero de repente llego la hija de mi jefe, solo me señalo y me pidió que fuera a buscar unas copias en recepción no logre escuchar un por favor, cuando uno tiene dinero se sienten dueños del mundo y no tienen educación a inferiores a ellos, baje y regrese ya tría lo que ella me había encargado, se lo entre en sus manos el revisarlo, me los arrojo en el rostro diciendo alegando que esto no fue lo que pidió, me dio un coraje que  cada vez que venía la hija de mi jefe a la oficina era una fresita era joven creo que estaba estudiando administración se creía por ello y se sentía el derecho de ofender a cualquier empleado.

JOSE: Disculpe señorita no era mi intención equivocarme, le pido perdón.

ANA: No te preocupes, porque no habrá una segunda vez, como es posible que no acabes con tiempo en limpiar mi oficina, aparte que no haces tu mejor esfuerzo, yo la representante de la empresa te pido que recojas tus cosas, tus servicios ya no son requeridos y por favor sal de mi oficina ok.

JOSE: Señorita por favor, acepte mis disculpas, no ve que es mi única fuente de ingreso.

ANA: Lo hubiera pensado mejor antes de cometer su error. No comprendo por qué mi padre le ofreció el trabajo.

JOSE: Señorita no me iré a ningún lado.

ANA: No se preocupe, hablare a seguridad.

(José tomo con sus manos a Ana, comenzaron a forcejear ella gritaba pidiendo ayuda, pero el había perdido el control porque ya se había cansado de los malos tratos que le daban)

JOSE: No lo voy a permitir.

ANA: ¡Suéltame!

JOSE: ¡Cállate, cállate! ¡Perra! Me gustaría que estuviera en tus zapatos para mandar y tener la autoridad que tienes. Por qué es lo mejor que sabes hacer.

ANA: ¡Auxilio!

(El suelo se encontraba mojado, José y Ana se encontraba luchando por soltarse, pero ella resbalo jalando a José en el suelo, al caer el cuerpo de José comenzó a derretirse como una veladora, el no comprendía que le estaba pasando entro en pánico porque perdía el sentido de su cuerpo, Ana quedo en shock al ver que el cuerpo de José se transformaba y entraba dentro su cuerpo por su boca hasta que perdió el conocimiento)

GUARDIAS: ¿Señorita se encuentra bien?

ANA: ¿Que paso? (ella había perdido la memoria de lo que había sucedido)

GUARDIAS: La encontramos en el suelo, señorita usted pidió ayuda.

ANA: SI quería que detuvieran al conserje que me estaba atacando.


GUARDIAS: Señorita ahorita que llegamos no logramos ver a nadie que solo a usted en el suelo.

2 comentarios:

  1. Gran historia continuala pprfavor

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  2. Hola quisiera saber si la historia de dulce ya no vas a subirla me gustaba mucho

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